—Creí que esto era lo que querías.
Pasión y Deseo
Lúcian movió la cabeza rápido pero no encontró nada a su lado, se dió cuenta que estaba solo, se golpeó la cabeza para volver en sí —Estoy perdiendo la cordura.
—Crees que estás loco —Lúcian volvió a mirar a los lados agitado —Pero me sigues oyendo. —dirigió la mirada hacia arriba —Y me sigues buscando.
—¡¿Pero qué?! —siguió buscando pero no encontró él origen de la voz… se adentró al callejón creyendo que la voz estaba escondida pero siguió sin encontrar el origen.
—Si crees que soy producto de tu imaginación ¿qué haces buscándome?
Lúcian entró en un trance, mientras más buscaba más sentía que su mente se iba, trataba de mantenerse en pie pero era imposible
—Porque no solo… Te dejas llevar…. —Lúcian se tapó los oídos
—¡Qué quieres!
—¿De ti? Nada, yo solo escuché tu deseo y te lo concebí. —explicó la voz.
—¿Pero de qué hablas?
—Y ahí estás, creyéndote loco pero sigues buscándome. —Soltó una risa —Que patético.
—¡Ya basta! —seguía golpeándose —Kamari…
—¿Lúcian?... —Lúcian abrió los ojos y enseguida se les iluminaron al ver que tenía al frente a Kamari, vestida con su vestido favorito azul brillante qué le hacía honor a su hermosa silueta con tiras, la mujer elevó su mano y tocó su cara con mucha suavidad…
—Kamari… —Soltó un susurro cerrando los ojos mientras apoyaba la mitad de cara en la delicada de Kamari…
—¿Qué haces aquí?... —preguntó la mujer —Debes sentir mucho frío…
Lúcian no aguantó más y se echó a llorar, ahí parado frente a Kamari, no hizo nada solamente se dejó llevar, era la sensación que le provocaba solo cuando estaba cerca de ella.
—Shuuu —le indicó Kamari —¿Por qué lloras?... —tomó su cara con sus ambas manos. —Mírame. —Lúcian negó.
—¿Por qué no quieres mirarme?...
Lúcian se aferró a sus manos con las suyas —No quiero que desaparezcas… —gadeó —Sé que al abrir los ojos mi sueño también Desaparecerá, —negó —Y no quiero…
Kamari sonrió —Oye… ¿Y que pasa si es así? ¿Que pasa si te das cuenta que nada de esto es real?
—No quiero… no quiero dejarte… No otra vez… Porque ya no se que hacer sin ti.
—Oye oye pequeño, —levantó su cara para que Lúcian la mirara a los ojos —¿Sabes de que están hechos los sueños?
Lúcian abrió lentamente los ojos húmedos y la miró a ambos ojos.
Kamari al ver que ya tenía su total atención sonrió mostrando los dientes —De ilusiones. —con su meñique acarició sus mejillas
Lúcian suspiró. —Siento que esto es una pesadilla… —ambos rieron.
—Entonces no dejes que tus pesadillas te roben la ilusión de seguir soñando. —Se acercó a sus labios y posó un tierno beso.
—¿Lúcian?
.
.
¿Amigo?
.
.
¡Despierta!
Lúcian despertó después de recibir un choque eléctrico en su pecho. Los médicos le había practicado Rcp, al último intento logró despertar del coma en que había entrado.
Lúcian miraba a su alrededor y los médicos se hallaban felicitando por revivirlo, a su otro lado estaba Mael sudando por los nervios, luego se miró a su mismo y su ropa estaba manchada de sangre y un poco rota.
—¿Estas bien amigo? —le preguntó Mael.
Lúcian se recostó muy cansado y adolorido por la descarga eléctrica, una enfermera se acercó e intento introducirle medicamentos pero Lúcian la detuvo, sosteniendole el brazo con fuerza.
Mael lo vio y le tomó del hombro —Oye dejala hacer su trabajo, puedes relajarte estas en mi zona.
Lúcian asintió y la dejó continuar, luego de un rato todos salieron dejando a Mael y a Lúcian solos
—¿Se puede saber que Diablos te paso? Desde esta mañana que te vi supe que no andabas para nada bien.
—¿Puedes decirme en que fecha estamos hoy?
Mael rodó los ojos —La fecha ahí vas otra vez con la fecha, ¿dime anoche te caíste?
—Mael es importante…
—¿Qué tiene de importante la fecha de hoy? ¿¡Y porque actúas como si fueras despertado sin conciencia!? ¿Por qué me dejastes hablando solo esta - ¡Arg maldición Lúcian! —se dio la vuelta y continuó quejándose —Desde esta mañana me tienes corriendo muy preocupado, y no sabes lo muy importante que eran esas personas fueran a ver mi club hoy, ellos iba a inventir y pum, lo arruinaste.
Lúcian aprovechó qué se había dado la vuelta y se levantó de la camilla, se quitó las ajujas donde le suministraban los medicamentos intravenosos y trató de acomodarse la ropa
—Y no sabes aparte lo que paso en tu casa, tu padre esta furioso porque no notificaste tu regreso y me arruinaste los planes también pero no, solo a mi casi me entierra vivo porque si sabia que estabas aquí y no dije nada asique soy cómplice
Lúcian se abrochó los botones de su camisa
—Y el choque, por casi te me mueres si no fuera porque llegué a los segundos ni respirando estuvieras en estos momentos yyyyy qué diablos estas hasiendo! —mientras hablaba se dio la vuelta y miró a Lúcian de pie abrochandose la camisa sin medicamentos ni nada.
—¿Dime que hora es?
Mael miró su reloj —Son las 4.
—Bien, en cuatro horas debo estar en la villa de los Spencer sin demora, no puedo faltar.
—¿Estas demente? ¡Te acaban de atropellar! ¡Acabas de sufrir un infarto! ¡Te moristes y revivistes! ¡Dejastes este mundo y yo te jale de regreso porque ni loco pienso dejarte qué te vallas primero!
—Y te lo agradesco amigo, pero tengo un compromiso que romper y otro que formalizar. —se puso su reloj, tomó su abrigo y le dio unas palmadas en el hombro a Mael, luego salió de la habitación dirigiendose a la salida del hospital.
Mael quedó boquiabierto e inmóvil. —Me quieres matar definitivamente.
Corrió detrás de Lúcian y en la salida lo encontró esperando un taxi —¡Ey! —se le acercó, sacó sus llaves y encontró su auto. —Súbete, te dije que hoy estaba de buenas para ser tu chófer. —le abrió la puerta trasera y Lucían entró, luego Mael entró en el asiento del piloto y emprendieron rumbo a la Mansión Rumanio.
*En el camino *
—Supongo que no te enteraste de la disputa entre las familias Ferrara y Draco.
—Escuché algo en las noticias.
—Puf, no es ni la mitad, el acuerdo que hizo tu padre lo rompió el señor Eliot Ferrara, ni se pudo aguantar dos meses y ya quería el territorio de los Graco con la excusa qué tu padre les dio muy poquito terrorio.
Lúcian quedó pensativo…
Esto fue justo lo que ocurrió hacen tres años atrás, los Ferrara no respetaron el acuerdo y los Gracos se defendieron, no fue hasta la muerte de mi padre y mi sucesión al poder qué pude tener el control y maneje todo a mi modo, lo que causó muchas bajas…
—Y no es lo único, te sorprenderás lo que piensa tu padre…
—No me digas, ¿esta a favor de los ferrara?
—Me leíste la mente.
—Durante todo el tiempo que estuve afuera me mantuve al tanto de la situación, lo que no me explico es porque sabiendo que pasaría todo esto mi padre no hizo nada y apoyó a los ferrara, a la final ellos serán los rebeldes
En realidad detras de todo esto están los Russo, la segunda familia más grande después de los Rumanio, somos las dos familias mas poderosa en Cirex y Yan.
—Sus motivos tendrá, es un verdadero infierno descifrar la próxima movida de tu padre.
Por suerte, yo estoy aquí. —dijo para sus adentros.
Al llegar a la Mansión Rumanio ambos bajaron del carro y se dispusieron a entrar, en la sala estaban las empleadas domésticas en sus quehaceres cotidianos,
Una de ellas notó la parecencia de los chicos e hizo una reverencia, los chicos se acercaron a ella.
—¿Sabes donde esta mi padre?
La joven asintió —Está en el jardín jugando ajedrez.
Ambos se vieron las cara y decidieron subir, en el camino Lúcian iba pensando en que depsuea de tanto tiempo volvería a ver a su padre, en su memoria lo recordaba como un hombre frío y hostil, pero en su privacidad como alguien de corazón noble, trató de mantener la calma y naturalizar sus emociones frente a él porque, muy bien sabía que lo extrañaba…
Al llegar encontráron a su padre sentado jugando damas chinas debajo de un árbol antiguo, a su alrededor habían varios guardaespaldas custodiando.
Se pusieron al frente de él e hicieron una reverencia, su padre el señor Rumanio siguió prestando atención a su juego, era conocido por ser un hombre calmado y sereno, se resignaba hacer impulsivo y a usar la violencia cuando no era necesario.
Mael miró de reojo a Lúcian y este hizo lo mismo con la manos a la vista.
—Lúcian, te veo bastante sucio, ¿me dirás que te sucedido?
Lúcian tragó en seco —Solo… No mire al cruzar señor.
Su padre movió una ficha, —No miraste… —Dobló la línea de sus labios y se llevó una pieza consigo —¿Y tú Mael porque trajiste a mi hijo a esta hora? —movió una de las piezas negras.
Mael respiró hondo antes de contestar —Tuvimos un pequeño percance en el camino señor —Disimuló una risa. —El señor Rumanio levantó la mirada directamente a Mael y este borró la sonrisa de inmediato.
—¿Y se puede saber qué tipo de percance tuvieron?
—Ham… Bueno.