—¿Se puede saber qué tipo de percance tuvieron?
***
*Villa de los Spencer*
Camila tiró al suelo a Kamari abruptamente. —¡¿Te creés lista Kamari?! Ah? ¿Solo porque mis padres te permitieron estudiar te crees a mí mismo nivel? —mientras la mató seguía en el suelo Camila la tomo por el cabello y la abofeteó.
—¡Camila suéltame!
—¡¿Bruja cómo te atreves a siquiera mirar a mi hombre?!
—¿Tu hombre? Hasta ahora sigues sin un anillo de compromiso así que a lo que me concierne el es del pueblo.
Camila abrió los ojos de par en par e inhalo profundo apretando con fuerza su mandíbula y los puños de la ira. —Parece que olvidaste de donde vienes, creo que voy a tener que ayudarte a hacer memoria. —levantó el brazo y Kamari se cubrió lista para recibir el siguiente movimiento hasta que el timbre de la casa sonó.
Uff, justo a tiempo. —Kamari respiró profundo.
El mayordomo abrió la puerta dejando entrar a tres hombres vestidos muy formal de color n***o junto a seis hombres que los custodiaban, Camilo dibujó una sonrisa al ver desde lejos de quien se trataba, Soltó a Kamari y esta callo pegando la cabeza del suelo
Se arregló el cabello y el vestido campana qué traía puesto, se apresuró a la sala e hizo al mayordomos a un lado dejándole a los invitados una expresión casi perfecta.
—¿Ustedes son los hombres de Lúcian verdad?
Los invitados se miraron a las caras y volvieron a mirar a Camila extrañados, asintieron con la cabeza
Cánula se alegró —Perfecto, ¿no gustan pasar? Supongo que su jefe ya viene en camino y ustedes se adelantaron para decirme que no me preocupe… —Soltó una risa nerviosa al final.
—Discúlpenos, pero no podemos quedarnos, vinimos para entregarle un recado a su padre.
Camila borró la sonrisa —Eh yo soy su hija mayor, puedo recibir el recado. —pestañeo rápido y ansiosa.
El hombre que lideraba suspiró y arrugando la línea de sus labios, miró a la chica de pies a cabeza y notó qué pequeñas manchas de sangre en sus dedos, levantó la mirada explorando su alrededor buscando indicios de agresión pero no halló ninguno.
—El señor Lúcian tuvo un retraso así que la nueva hora estipulada para venir será a las 10, —sacó de su saco un pañuelo con la marca de la familia Rumanio y se lo entregó a Camila indicándole qué se limpiara la sangre de sus dedos, Camila apenada lo aceptó. —El señor desea ver a toda la familia reunida debido a la ocasión especial.
Camila sonrió mostrando los dientes y enderezó su postura, Kamari miraba desde una ranura en la pared escondida.
—También —hizo una pausa arqueando una ceja —Desea ver presente a la señorita Kamari. —Posó su mirada fijamente a Camila quien había fruncido las línea de expresión de su frente y mordió su labio inferior. —Asique sin más, nos retiramos. —hicieron una pequeña reverencia ante Camila y le dieron la espalda.
Camila quedó inmóvil mientras los miraba subir a sus autos blindados y marcharse de la villa, la señora Spencer bajó las escaleras apresurada haciendo un nudo en su bata de baño.
—Querida creo que escuché autos, ¿era tu padre?
Camila miró a su madre —No, eran los hombres de Lúcian…
La señora Spencer exhaló aliviada, giró el torso hacía atrás y llamó a un joven que se escondía detrás de las escaleras con medio cuerpo desnudo
El. Joven se apresuró a bajar y con su ropa aun en sus manos se despidió de la joven y salió rápido de la villa.
Camila miró a su mamá aún con más irá —En Serio no soporto a las mujeres que quieren aparentar algo que no son. —volteó la mirada y se dirigió a la cocina.
—Más respeto jovencita, ¿Olvidas que soy la mujer que te dió un techo y un apellido decente?
—Y es esa la mujer que se acuesta con niños menores que yo solo para sentirse "más jóven" —abrió la heladera y sacó un pote de helado de fresa con diminutos cortes de fresa.
—Algún día cuando tengas mi edad, me vas a entender. —Su madre sacó una cuchara y también probó del helado.
—Deberías comportarte como una mujer de tu edad.
—Tu padre hace lo mismo y a él no se lo reprochas.
—Mamá, papá es hombre, es normal que en una familia sea él hombre quien sea infiel, está en su naturaleza. —se llevó un bocado de helado a la boca. Lo que me recuerda… ¿Por qué Lúcian querría tener a Kamari con nosotros en la cena familiar?
Su madre la observó pensativa —¿Te encuentras bien querida?
Camila salió de sus pensamientos y miró a su madre que se encontraba se frente comiendo helado, enseguida le llegó un plan pero tenía que convencer a su madre de que la ayudara lo que le pareció fácil de hacer; se acercó a su madre cautelosamente y se aferró a su brazo como una niña pequeña se aferra al brazo de su padre pidiendo ayuda, arrugó la frente e hizo un puchero con sus labios expresando cierto brillo de bebé en sus ojos
—Mamá… —la llamó bajando la voz —Es aquí cuándo requiero de tus dones de madre… —Apoyó su cabeza en el hombro de su madre.
La señora Spencer aceptó escucharla…
—Necesito que me ayudes con Kamari, sabes que ella siempre está encima de mí y quiere lo que yo quiero, esta vez sospecho que va detrás de mi hombre, y creo que Lúcian también… —bajó la mirada triste —Y no puedo permitirme qué Lúcian se aleje de mi… Asi qué necesito que me ayudes…
La madre pensó —¿Quieres que la encierre en el ático? Estaría cómoda ahí, tenemos la sala de cine y comida justo ahí así no será un secuestro.
Camila negó —Lúcian ordenó ver a Kamari en la cena, así que tenemos que pensar en otra cosa.
—¿Y que tienes en mente?
—Y si… ¿Usamos. a uno de tus chicos con los que te acuestas?
—¿Eh?
—Piénsalo, no podemos encerrarla pero si podemos hacer qué ella tenga pareja, además seria pagar el favor que te debe asi qué no puede decir que no, y Lúcian sabría que ya tiene pareja.
La madre esperó unos segundos para procesarlo. —Me parece buena idea… ¿Tienes en mente a alguien en específico?
Camila sonrió de oreja a oreja. —Sorprendeme.