Mansión Rumanio
Lúcian se abrochaba los botones de su camisa blanca, mirandose frente a un espejo, mientras se admiraba recordó la plática qué tuvo con su padre
***
El señor Rumanio le pasó a Lúcian una imagen de él abrazando a Kamari en la facultad, Mael abrió los ojos ampliamente al ver a Lúcian en esa posición, miró a Lúcian qué estaba a su lado.
—¿Puedes explicarme porque mis hombres te vieron de forma comprometedora con la hija de los Spencer?
—Si… Explícanos qué hacías con la hija de los… ¿Spencer tienen una segunda hija? —miró fijamente las imágenes y las iba pasando una tras de la otra, el señor Rumanio rodó los ojos y volvió a mirar a su hijo esperando una respuesta.
Lúcian bajó la cabeza aguantando la risa, respiró hondo y volvió a levantar la cabeza —Es… Complicado…
—¿Enserio? ¿Tan complicado que según en las fotos me dices que tienes una relación secreta con ella?
Mael levantó la mano —Eh… Disculpe señor pero según en las fotos, esta chica parece actuar como si fuera la primera vez que hubiera conocido a Lúcian… No Actúa como so tuviera una relación secreta.
El señor Rumanio le tiró una mirada sería y Mael guardó su compostura.
—Padre… Enserio es complicado… Pero prometo ponerte al tanto cuando haya ordenado mi cabeza, pero por favor me gustaría que me dejaras manejar el asunto de los Spencer a mi manera.
Mael comía galletas y al escuchar esa última petición se mordió la lengua lo cuál expresó su dolor repentinamente.
Su padre se mostró sorprendido —¿A qué te refieres con manejar el asunto de los Spencer a tu manera?
—Se perfectamente lo que ellos necesitan, y estoy dispuesto a ayudarlos con la condición de que sea a mi manera.
Mael se tapó la boca, miró a Lúcian y luego miró al señor Rumanio, después de un rato volvió a darle un mordisco.
—¿Y que piensas hacer exactamente?
***
—¡Ey Lúcian! —Mael salió del armario y se exhibio con un traje formal de fiesta rosado sin corbata.
Aquello hizo que Lúcian saliera de sus pensamientos y lo mirara a través del espejo, al verlo pestañeo rápido y no dijo nada al respecto.
—¿Estás sorprendido verdad? Lo sé, esa es la sensación que causo en las chicas y que ahora la cause en un hombre me hace sentir —se pasó los dedos al cabello —Increíblemente guapo.
Lúcian se miró a si mismo y miró a un lado la silla con su ropa.
Mael se acercó a su ropa y la elevó —No me digas que usaras esto.
Lúcian termino con los botones de su manga. —Es solo una cena.
—Una cena de COMPROMISO, amigo tienes que demostrar que eres el jefe y el que manda.
—Soy el jefe y el que manda —Reprochó, intentó quitarle su saco pero Mael lo hizo a un lado y negó con su dedo.
—Eres, el hijo del jefe, el hijo de papi, con este color demuestras que vienes por un recado, el n***o es bueno para una fiestas de reunión formal, pero no a una cena familiar.
Se dirigió al armario y sacó un conjunto azul marino y otro conjunto color morado.
Lúcian negó rápidamente —Ni lo sueñes, no va con mi estilo.
—¿Tu estilo? Tu estilo es aburrido y anticuado, no sales del n***o, si me visto igual a ti te juro que en la calle nos llamarían "hombres de n***o"
—¿Y eso es malo? ¿Además porque tu estas vestido de rosa?
—Shuuu —Mael levantó la mano —El rosa mi hermano, es libertad… —movió los brazos simbolizando el planeta —Es fiminista y Amor, y sobre todo, igualdad.
Lúcian se rascó la nuca —¿Y para que quieres demostrar todo eso?
—Ay Lúcian… en vez de decir que convivo con el enemigo digo que convivo con un cavernicola. —le pasó el conjunto azul ——Usaras este.
—No, por supuesto que no.
—Oh si, por supuesto que sí.
Unos momentos después
—¿Ves? Ahí vemos la diferencia.
Lúcian se miraba de forma anticuada en él espejo con el conjunto color azul. Se dió la vuelta y miró a Mael qué estaba sentado detrás de él como un juez —Me siento como si fuera a competir en un circo.
—Es normal, con el tiempo y con una buena dirección de la moda te acostumbraras.
—No lo digas… —se acomodaba el saco.
—Bueno, ya no hay tiempo que perder, ¡Tenemos una cena qué firmar! —Mael se levantó del sofá de un brinco.
*Villa de los Spencer*
—Ash, ya son las 10… ¡¿Por qué no llegas?!
La casa timbró.
Camila se levanto de un salto y corrió a la puerta, el señor y la señora Spencer caminaron agarrados de brazos detrás de ella para recibir a los invitados
Camila no esperó que el mayordomo abriera la puerta, si no que ella misma dió acceso a los invitados, Mael y Lucían estaban parados uno al lado del otro con las manos al frente con su gente custodiándolos
—¡Cariño! —se abalanzó sobre él y rodeó su cuello con sus besos pero Lúcian trató de detenerla, tomó sus brazos y los separó de su cuello, Mael qué estaba a su lado la miró asustado y casi espantado, le echó ojo a Lúcian quién le contestó con una mirada de auxilio
Kamari se asomó a la vista de la familia, vestía un vestido sencillo un poco arriba de las rodillas color melon campana con mangas hasta las muñecas y un lazo en su cuello
Al verla sus ojos brillaron… era como si estuviera viendo a la Luna llena a lo lejos, o si hubiera bajado una estrella y la tuviera en sus manos apreciandola tan delicadamente, por primera vez en todo el día mostró un diminuta sonrisa, sus ojos mostraban un secreto que no podía gritar pero que tampoco podía negar…
Kamari también intercambió mirada pero por la intensidad del momento la bajó, Camila notó qué Lúcian no le daba atención y que sus ojos brillaban por alguien más… se dió la vuelta y fue cuando miró a Kamari detrás de ella junto a sus padres.
De inmediato un joven apareció y se posó justo al lado de Kamari y rodeó su brazo en su hombro, Lúcian y Mael de inmediato cerraron sus bocas al fijarse de quién se trataba.
¿Calen? —Lúcian no podía creerlo, según sus recuerdos esto no debía de estar ocurriendo porque Kamari aún no conocía a su hermano… ¿Entonces qué hacía Calen en la casa de los Spencer?
El señor Spencer notó aquel detalle, algo que le llamó bastante la atención, se soltó del brazo de su esposa y se dirigió a la puerta junto a los jóvenes.
—¡Hija qué mal educada! ¿Por qué aún no haces pasar a Lúcian y Mael?
Camila arrugó la línea de sus labios.
—No se preocupe señor Spencer, es entendible la emoción de su hija, por el tiempo que no se ven es necesario darse todo el tiempo que los novios desean. —contestó Mael.
Calen y Lucían mantenían la serenidad pero con una tensión tan fuerte que todos podían sentirla, ambos no se quitaban la mirada de encima algo qué le hacía sentir muy incómoda a Kamari lo que hizo que se encorvara sus espalda y recogiera sus hombros.
El señor Spencer les abrió el paso, todos entraron y Camila sin quitarse del lado de Lúcian, algo que empezaba a irritarlo, por fin tomaron asiento en la mesa familiar, los padres en cada esquina, Camila al lado de Lúcian y Calen de frente al lado de Kamari, y Mael, en una esquina del lado de Lúcian…
Al terminar de servir el anfitrión bendijo la mesa y todos procedieron a comer.
Al principio hubo un silencio denso, pero Mael corto algo incómodo momento
—¡Ey!... Vaya sorpresa conseguirnos a Calen por acá… —dijo con un tono nervioso y siempre mirando a ambos hermanos que para nada levantaban la cabeza. —Me… Pregunto qué hizo esta agradable coincidencia… —Soltó una risa nerviosa.
Calen dió el primer paso y levantó la mirada hacia Mael —Claro, nunca creí que mi hermano tuviera cercanía con los Spencer, —hizo un corte con su carne y se lo llevó a la boca.
De inmediato el señor Spencer se atoró con un pedazo de carne, tosió para despejarse pero solo lo logró después de unos segundos. —Ustedes… ¿Son hermanos?
Mael soltó una risa y se limpió las orillas de los labios con una servilleta —A poco no sabía que tenía como yerno a uno de los hermanos Rumanio. —se burló.
El semblante del señor Spencer cambió rápidamente a uno pálido y débil.
Calen también rió y miró a su hermano tomando la mano de Kamari —Hoy el señor Spencer tiene la dicha de recibir una familia completa… —dirigió la mirada hacia el señor Spencer —Todo por un futuro pacifico para usted y sus hijas.
Lúcian resonó el cuchillo sobre la mesa y todos guardaron silencio, le lanzó una mirada asesina a Camila y esta rápidamente se despegó de él.
Tomó una servilleta, se limpió y se levantó del asiento guardando sus manos en sus bolsillos —Vine aquí a hablar de negocio, ya cenamos espero que ahora podamos hablar en paz —dirigiéndose al señor Spencer, quien asintió con mucho temor, también tomó una servilleta y se limpio, el pulso le temblaba muy notoriamente, se levantó despacio y caminó primero siendo de guía para Lúcian dejando solos a los demás en Shock.
Al retirarse Calen soltó la mano de Kamari y soltó un suspiro pesado para liberarse de todo el estrés. Mael agudizó la vista ante aquel acto lo que hizo que sospechara.
En el despacho
—Creí, señor Spencer, qué mi mensaje había sido muy claro —encendió un puro y lo inhaló, separó el puro de sus labios y exhaló el humo.
El señor Spencer miraba sentado del otro lado del escritorio con las manos de entre más piernas y la espalda encorvada, sus frente húmeda dejaba caer una qué otras gotas de sudor mientras que su sangre recorría su cuerpo a mil por horas
—Joven Rumanio, lamento mucho este malentendido, no tenía idea que Kamari… Salía con su hermano menor, de hecho no sabía que eran hermanos ustedes -
—Yo no tengo que dar explicaciones de mi vida privada y menos a alguien como usted.
—¿Có-cómo alguien como yo?