—¿Co-cómo alguien como yo?...
Deseo y Pasión.
Lúcian volvió a absorber el puro. —¿Alguien que no sabe cómo seguir mis órdenes y diferenciar su mano derecha con la izquierda considera que puede ser confiable?
El señor Spencer negó de forma dudosa.
—Entonces dígame una cosa y sáqueme de duda, ¿Cómo hará usted y su familia para saldar su deuda con mi padre?
El señor Spencer trató de mantener la calma —Joven Rumanio… ¿Me permite hacerle una pregunta?
Lúcian asintió.
—¿Por qué de la nada ya no quiere a Camila y pide a Kamari en su lugar?
Lúcian bajó la mano que sostenía el puro.
—Camila simplemente no me satisface como hombre, es una joven muy hermosa lo admito, pero no es lo que necesito como la imagen de mi futura esposa que me represente.
El padre agachó la cabeza dando entender que recibió el mensaje. —¿Y qué desea que haga ahora?
Lúcian apartó la mirada hacia la ventana qué estaba detrás de él, apoyó la cabeza en la silla y se centró en el cielo estrellado…
Por alguna extraña razón al regresar a este año algunas cosas están como deben de estar, mientras que otras simplemente cambiaron de curso como si se tratara de otro tipo de juego al destino, Kamari en este mundo no me pertenece, ni me ama… Ni me conoce… Simplemente está allí… como otro peón más que solo se cruza en mi vida para no quedarse, pero, yo quiero que se quede.
Debo cambiar tu destino… tal vez el universo me está dando una segunda oportunidad para remediar mi error… pero ¿Cómo? ¿Kamari dime cómo? No sé qué hacer… me siento solo en una época qué ya viví…
—¿Joven Rumanio? —La voz del señor Spencer lo sacó de sus pensamientos, lo que hizo que Lúcian volviera a darse la vuelta para mirar de frente al señor Spencer.
—No respondió mi pregunta…
Lúcian bajó la cabeza y apagó el puro sobre el cenicero. —Yo me encargaré de esto, pero hágame un favor, hágase usted y su esposa a un lado, no quiero que me topen en mi camino si realmente desea que mi familia proteja a la suya.
Del otro lado Kamari quiso tomar un poco de aire, asique se levantó de la mesa y desapareció de la vista de todos, salió al jardín a refrescarse aprovechando que la brisa fría de movía al compás de las flores y los arbustos, elevó el rostro y respiró hondo dejando que la briza fría rozara su cara y jugar con su cabello moviéndose al compás de su vestido
—¿Te aburriste de la fiestas?
Kamari se asustó y giró el cuerpo por la repentina sorpresa mirando el origen de la voz, se relajó al ver a Calen apoyado en el marco de la puerta
—Disculpe Señor Rumanio no sabía que vendría. —bajó la cabeza disculpándose, se hizo a un lado y trató de salir.
—¿Por qué te vas? ¿No soy de tu agrado?
Kamari detuvo el paso, se dió la vuelta con cuidado y apretó la línea de sus labios —No lo malinterprete. No quiero molestarlo….
Calen sonrió y se acercó a ella deteniéndose a solo unos cuantos pasos —No me molestas, al contrario, para ser tu novio falso estoy muy satisfecho.
Kamari quedó sorprendida al escuchar que por primera vez su compañía le resultaba grata al lado de un hombre que no fuera su abuelo, dibujó una sonrisa tímida y asintió. —Agradezco qué se sienta de es forma y no me haya considerado un estorbo.
—¿Estorbo? ¿No creés que es una palabra muy despectiva para una joven hermosa como tú?
—¿Hermosa… Yo?...
Calen se acercó un poco más y tomó su mentón —¿Por qué dudas?
Kamari no respondió la pregunta, en cambio la transportó a cientos de recuerdos donde discutía con su familia… y todos, sin excepción, concordaban en una sola oración "eres, un estúpido y feo estorbo" al hacer memoria dejó de sonreír, lo que hizo que Calen se preocupara, Kamari hizo un lado de barbilla y salió corriendo del lugar
Con los ojos cerrados evitando llorar quiso taparse y salir de la casa pero en el camino tropezó con algo qué parecía un muro gigante, levantó la mirada triste y ahí estaba Lúcian, mirándola fijamente.
De inmediato la mirada de Lúcian se enterneció, Kamari en cambio no quiso quedarse a charlar y volvió a bajar la mirada para irse pero al instante quiso marcharse Lúcian la tomó de un brazo y se la llevó por lo largo del pasillo hasta llegar a una habitación.
—¡Oiga señor suélteme! —forcejeó, el agarre de Lúcian era aún más fuerte de lo que pensaba. —Señor le suplico que me suelte, me esta lastimando… —a lo último Kamari soltó un jadeo acompañado de lágrimas.
Lúcian por alguna extraña razón sintió justo el dolor en su pecho y eso hizo que se apresurara a querer llegar a su habitación, al llegar cerró la puerta detrás de ellos y ambos se quedaron en silencio.
—¿Qué es lo que quiere?
—Si te sientes mal por alguna razón está es tu oportunidad de dejarlo salir… —afirmó Lúcian apretando sus puños.
Kamari no lograba entender, pero entre querer ser dentro de su familia y no ser dentro de ella había una brecha bastante rota que no lograba unir, y eso la estaba desmoronando por dentro, Lúcian lo entendió…
Sin conocerlo, y sin saber sus verdaderas intenciones por un instante olvidó el porqué había venido esa noche a su casa y se entregó en llanto teniéndolo a él presente, tanto fué su dolor que cayó al suelo y se dejó llevar por un mar de lágrimas… En el suelo recogió sus rodillas y las abrazó balanceándose de un lado a otro para aliviar un poco su carga mientras que Lúcian seguía de pie, sin poder hacer absolutamente nada por ella más que dejarla llorar, en ese instante había una línea de tiempo. Una línea que él aún no entendía… pero quería, eso le bastaba para continuar.
Después de todo este día confuso solo dos, solo tuve dos oportunidades de volver a tenerla frente a mí… ayer lloraba justo como lo está haciendo ella porque la había perdido, y hoy la tengo aquí otra vez, pero con papeles distintos, me mantenía sereno por fuera para que al menos sintieras un poco de paz, quería que te sintiera segura y en paz…
Ja, te lo dije Kamari… Logré cambiar el pasado… Lo logré, conseguí volver y evitar que me odiaras en el primer encuentro, una lágrima también cayó por mi mejilla, apreté mis ojos para evitar que cayeran más y me contuve de mostrar debilidad frente a ella.
Al pasar el rato el dolor en su pecho disminuyó, Kamari pudo sentirse más aliviada… Tanto que fue así que poco a poco sus ojos hinchados fueron cerrándose sin razón alguna, hasta que no pudo aguantar más y cayó en el sueño profundo, Lúcian aprovechó el momento para acercarse a ella con prudencia. Miró a su alrededor y encontró una cama de campamento junto a cobijas y almohadas cómodas, con cuidado la cargó y la acostó sin despertarla
Luego de acostarla y abrigarla quiso mirarla un rato más, se quedó observándola como si se tratara de un bebé, Kamari se movió un poco y desordenó su cabello, aquello hizo que Lúcian riera, con la yema de sus dedos quitó el cabello de su cara y lo puso detrás de su oreja, pero luego quiso más, masajeó su mejilla y aquello lo hizo transportarse a cuándo Kamari dormía en su pecho cansada y él le acariciaba el rostro y eso la ayudaba dormir más plácidamente
Cierta paz siento al verla bien, pero también la nostalgia comenzó a jugar con sus emociones, recordó justo las noches anteriores donde murió en el accidente y la tuvo que ver en la camilla del hospital sin vida,
—¡Lúcian no!...
—Atarah quítate.
—Nadie más tiene que morir esta noche.