Tobías se encontraba solo en su oficina, con una mirada que alternaba entre la ventana y los montones de papeles y archivos digitales esparcidos sobre su escritorio. A pesar del hermoso espectáculo natural que entraba por su ventana, su mente estaba en otra parte, navegando por un mar de frustración y ansiedad. Rafael, su colega y competidor, ya había presentado su propuesta, frente a un proyecto nuevo y multimillonario que Adrien McKenzie quería dar a uno de ellos dos pero necesitaba que solo se tratara del mejor, muchas otras empresas internacionales estaban involucradas, por eso sus insistencia en que fuera el mejor, era algo que no podría entregar para que trabajaran en conjunto, puesto que eran dos grandes empresas muy diferentes una de la otra. Pero Rafael ya se había adelantado. Una