Me había olvidado de que Patrick tenía una llave de mi casa, me olvidé por completo y es que de todos modos había llevado ayer mismo todas sus cosas hasta su casa y sacado las mías de la suya, entonces ¡¿qué demonios hacía en mi casa?! Entró mientras yo me bañaba y cuando salí de la ducha lo encontré sentado en la cama, una botella en su mano y la cabeza mirando hacia el suelo. Me dio un susto de muerte antes de saber que era él, me sorprendí bastante, no lo escuché por el agua y por lo visto él fue muy silencioso. –¿Qué demonios haces en mi casa?–Era viernes, sé que llegaba hoy, pero pensé que sería en la tarde, no a media mañana–. Patrick, sal ahora mismo de mi casa y dame la llave que tienes o quédatela, ahora mismo me da un poco igual, de todos modos, cambiaré la cerradura. Dejé la