Sostengo la maleta mientras miro hacia atrás, Manuel sigue agitando su mano, me doy la vuelta y sigo mi camino, entrando al pasillo donde ya no logro verlo. Me detengo, me recuesto a una pared y contengo las lágrimas que reflejan mi tristeza, no solo por las cosas que han pasado, no solo por el dolor que ahora cargo, también porque sé que me marcho y en el fondo soy consciente que no tengo una fecha para volver aquí, no mientras mi corazón se encuentre tan herido. Sorbo mi nariz y levanto mi mirada, arrastrando mi maleta que parece tan cargada. A lo lejos, aunque más cerca de lo conveniente, reconozco esa chaqueta, la manera de pararse como si el resto del mundo desapareciera alrededor de él, verlo me hace llorar con más afán, porque encontrarlo podría ser un momento agradable, correr