-¡Abuelos!- el grito de mi hija nos recibe. -¡Princesa!- exclaman mis padres con alegría y la reciben en sus brazos. Camila ama a sus abuelos, siempre ellos estuvieron con ella cuando yo no pude hacerlo, y eso ha creado un hermoso lazo entre los tres. Todos pasan hacia el interior de la mansión, yo soy el último en pasar y me acerco a Renata quien estaba junto a Camila cuando llegamos. -¿Catalina y Cris?- le pregunto muy bajo. -Señor, la señora está en la habitación del pequeño Cris. Decidió no bajar aún- asiento dándole las gracias. Y camino detrás de mis padres junto con Renata. -Pónganse cómodos, en seguida vuelvo- sonrío un poco -Renata se encargará de traerles algo, un café, un jugo, lo que gusten, iré por Cristian- ellos me sonríen y se quedan en la gran sala jugando y hablando a