La alarma de mi teléfono suena a las seis de la mañana como siempre. Abro mis ojos y trato de levantarme, pero mi cuerpo duele, realmente duele. En mi mente vienen los recuerdos de anoche. Cristian embistiéndome en la cama con fuerza. Cristian embistiéndome por detrás. Cristian azotando mis glúteos. Cristian dándome el mejor sexo oral de la historia. Cristian poseyendo mi cuerpo en la cama, en el mueble, en el piso e incluso en el balcón. Cristian, Cristian, Cristian. Paso mis manos por mi rostro espabilando esos sentimientos que quieren salir a flote. Tuvimos sexo, uno magistral, pero hasta allí. No hay amor ni cariño. Me levanto de golpe desnuda directo a la ducha, necesito limpiar mi cuerpo y enfocarme. Gracias al cielo que él no se encuentra en la habitación. Me ducho lo más rápido qu