Mientras tanto en una de las bodegas de la mafia china… - Vamos maldita sea, ¡Rápido! – ordenó el jefe Chang, mientras veía a sus hombres llevar la mercadería y traspasarla a uno de los tráileres. Tenía planeado escapar esa misma noche, Hades había sembrado miedo después de ver su transformación. Miró su muñeca y vio aquella marca que Hades había dejado en su piel, todavía quemaba o tal vez ardía, era difícil de explicarlo. No sabía que era Hades, quién era o qué cosa era. Lo único que sabía era que tenía que irse lo antes posible, lo había hecho enfadar y no quería sentir la ira de Hades sobre él. - Señor, este es el último cargamento. – dijo su mano derecha. – estamos listos para irnos cuando lo ordene. - Bien. – sonrió Chang satisfecho por el buen trabajo de sus hombres, después