Conjuntos de ropa

800 Words
Perséfone estaba tan emocionada que decidió llamar a sus padres y darle la gran noticia. - Felicidades, hija mía. – dijo su madre feliz por Perséfone. – sabía que tu inteligencia y seguridad te darían el trabajo. Perséfone pensó en sus palabras, claro que había sido inteligente al chantajear y fingir tristeza ante la secretaria diciéndoles que eran pobres, ella también podía ser mala cuando quería. - Gracias, mamá, lo que busco lo encuentro. – dijo Perséfone muy segura. - ¿Te estás alimentando? – volvió a preguntar su madre. - Por supuesto, muy pronto las semillas que me dio mi padre darán sus frutos y no tendré que ir al supermercado a comprar verduras ni frutas. - Esa es mi Perséfone. – habló su padre orgulloso de su hija. – en cuanto pueda te envió semillas de girasoles para que puedas sembrarlas. - Yo estaría muy contenta de recibirlas y ver cada mañana como crecen. – Perséfone se imaginaba a sus futuras plantas crecer con su ayuda. Estuvieron charlando un poco más, hasta que Perséfone tuvo que colgar la llamada para ir de compras, necesitaba nuevos conjuntos para su trabajo, solo tenía una muda y ese no iba a durar todos los días laborales. Se puso un vestido verde, zapatillas bajas y salió en busca de almacenes que vendieran lo que ella buscaba y necesitaba. Recorrió todo el Shopping buscando ropa a su talla y sobre todo que tuviera algo verde, ya sea franjas, el borde o incluso el bolsillo, pero el color verde tenía que estar dentro del conjunto elegido. A medida que pasaba el tiempo, sólo encontró tres pares como ella atesoraba, los demás eran neutros y sin sentido para ella. Decidió llevárselos, ya sus piernas dolían de mucho caminar. Para remediar los conjuntos y el color, fue en busca de vinchas con su color favorito o algún accesorio que acompañara la blusa. - Tenemos muchas variedades y accesorios con ese color. – dijo la encargada, una muchacha que la atendía. Perséfone observó los accesorios, quería comprarlos todos, pero solo había traído poco dinero. Compró tres paquetes, agradeció el servicio recibido y se fue contenta del almacén. Al llegar a su departamento, se midió toda la ropa, tenía un conjunto por día, era suficiente, podía cambiar y hacer diferentes estilos para que no se notara la repetición. Se sentó a descansar y tomó su laptop, quería saber más de las empresas Hades. Buscó en el navegador y obtuvo la imagen de Hades su futuro jefe, con una postura totalmente seria, no tenía ninguna pisca de simpatía en su rostro, estaba demasiado serio y a su lado derecho Caronto su fiel chofer y del otro lado un enorme perro n***o. Perséfone tuvo mucha curiosidad, él hacía que su corazón latiera de forma rápida como que, si quisiera decirle algo, era extraño y misterioso lo que Hades podía hacerle sentir con tan solo ver su foto. Perséfone había tenido noviazgos, pero ninguno de sus ex la hacía sentir así de curiosa. En cuanto Perséfone se sentía mal con esas relaciones las deba por terminar, no pasaban de besos y ciertas caricias, pero jamás tuvo un acercamiento en esta vida, su nueva vida, porque sentía que alguien la llamaba. En sus vidas pasadas, vivió hasta envejecer, sola sin nunca haber amado, ni haber conocido el verdadero amor, cosa que hasta el día de hoy sueña con encontrarlo. ... Hades estaba en su alcoba, bebiendo un buen Ron, mientras pensaba en Perséfone. Pensó que aquel sentimiento había muerto, que equivocado estaba, en cuento la vio, su frío corazón empezó a latir con fuerza, pero no podía tenerla, tenía que alejarla, él es malo para ella y al mismo tiempo para él. - Lo siento Perséfone. - dijo y alzó su vaso para beberlo, después volvió a decir. - pero por tu bien tienes que alejarte de mí en cuanto antes. Te he perdido tantas veces que no estoy dispuesto a soportarlo. - respiró frustrado. - nunca encontré la solución para el hechizo, la única solución que pude encontrar, fue ignorarte para que puedas ser feliz y que vivas a una vida plena lejos de mí, una vida que no pude darte. - Amo Hades. - lo llamó Caronto entrando en la alcoba, Hades asintió y permitió su acceso. - La señorita Perséfone fue vista en uno de los almacenes. Al parecer esta emocionada por trabajar para usted. - ¿Cuánto crees que le dure su emoción? - preguntó con una mirada maniática. - de todas formas sus ropas van a terminar desechas, debería comprar ropas a pruebas de agua y a prueba de mí. - estiró sus labios al decir esas últimas palabras. Sirvió un trago más de Ron y dijo con algo de burla. - Perséfone, bienvenida a mi empresa.
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