Cerberus

712 Words
Al siguiente día Perséfone recibió otro mensaje de Hades. - Te espero en la entrada de la empresa, trae bueno zapatos. Ella leyó una y otra vez el mensaje ¿A qué se refería con que llevara bueno zapatos? ¿Qué le tenía planeado para hoy? Se preguntaba a cada rato. Como siempre llevó dos pares de ropa, ya tenía puesto unos zapatos, eran lindo y sus favoritos, altos con un tacón grueso y de color verde, no iba a cambiarlos porque él lo diga. Subió a su coche y condujo hasta la empresa Hades. Estando por llegar vio a Hades con un enorme perro de color n***o que era sujetado por una cadena que para ella era un chiste. La cadena era de un material que no resistiría y era de color rosa, para un perro tan grande que la palabra peligro estaba en cada uno de sus ladridos. Bajó algo sorprendida al ver al gran animal y sobre todo al ver como Hades sonreía sosteniendo al perro por la débil cuerda que en cualquier momento se iba a arrancar. - ¡Perséfone! – dijo con ironía. – me alegra mucho verte, Te presento, esta es mi pequeña mascota, Cerberus. – le dijo al perro. – ella es Perséfone, mi asistente. Perséfone él es Cerberus, mi mascota ¿No es hermoso? - Si, claro. – dijo Perséfone asustada viendo a la bestia que no paraba de observarla. - Tu trabajo el día de hoy es sacar a pasear a Cerberus, esta estresado y necesita caminar un poco por órdenes de la veterinaria. - ¡¿Quiere que yo paseé a su enorme bestia con una cuerda que se puede romper en cualquier momento?! - Que inteligente, no yo lo pude haber dicho mejor. – el sarcasmos e ironía de Hades estaban en cada una de sus palabras. – no juzgues la cadena, va a resistir. – sonrió más al imaginar que no iba a resistir ante la fuerza de Cerberus y que Perséfone iba a estar como una loca tras el perro. - Amo Hades, me disculpa, pero esto ya… - ¿No puedes con esto? – preguntó Hades contento. – Si no puedes lo entenderé y te daré una monetización por los días servidos. – sacó su chequera y empezó a llenar los datos ¿Te parece bien 5000 dólares? – preguntó sonriente y victorioso. Perséfone escuchó algo de victoria en sus palabras como si todo se tratara de sacarla fuera. Vio al animal y le dijo. - Lo haré, pasearé a su pequeña mascota. La sonrisa de Hades se desvaneció por completo, guardó su chequera y volviendo a sonreír le dijo. - De acuerdo, Cerberus necesita caminar al menos por dos horas, lleva grandes fundas porque siempre deja todo lo que come por ahí votado, después lo bañas, le gusta ir limpio al spa, luego que le den un masaje, que arreglen sus uñas, limpien sus dientes y lo cepillen, se lo merece. – hizo piojitos al perro. - que sea VIP, odia la clase normal, no lo soporta. – le dio la correa a Perséfone. – que le pongan su Shampoo favorito, le encanta oler bien. Perséfone quedó anonadada con las tareas que tenía que hacer por un perro. - ¿Algo más que necesite el perro, amo Hades? - Sí, no lo llames perro, dile Cerberus, ese es su nombre y le fascina. – se puso de cuclillas ante Cerberus y le dijo casi en susurros para que Perséfone no escuchara. – no te portes bien. – volvió a ponerse de pie y le dijo a Perséfone. - cuídalo bien, es un amor de mascota, no te dará problemas. – dijo eso y empezó a caminar dentro de la empresa. Perséfone vio a Cerberus y él empezó a caminar o más bien a jalarla. Lo llevó hasta su carro y lo subió en la parte de atrás, el perro ocupaba todo el lugar que no había espacio para nadie más. - Bien Cerberus. - dijo mirando por el retrovisor. – espero que te portes bien. – empezó a conducir en busca de algún parque para perros. Hades los vio alejarse desde su oficina, ya se imaginaba a Perséfone luchar con Cerberus, aunque ella una vez logró sanarlo.
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