Lo curioso de la publicación de mis fotografías en una tienda de cadena es que a los pocos días circulaba entre mis compañeros de universidad, sin importar la facultad, mis imágenes en ropa interior y ni hablar de mis r************* , todos me preguntaban por algo nuevo o me felicitaban, menos Lucia, quien se había convertido en mi amiga ahora no quiere ni verme.
— ¿Por qué no me dijiste lo de las fotos? — me pregunta triste — ¿no confías en mí?
— Lo siento — susurro — solo que no sabía si en verdad iba a suceder, he escuchado de historias que toman fotos, pagan la sesión y al final deciden buscar otra modelo, así que temía quedar en ridículo.
— Sofía, pensé que éramos amigas, pero me doy cuenta que para ti no es así…
— Lucia, ya te pedí disculpas, en verdad me gusta ser tu amiga, pero hoy no tengo ganas de discutir, porque temo que el tema se salga de control y mis padres se enteren.
— ¿Tus padres no saben lo de la sesión? — pregunta confundida.
— No, no saben nada — digo apenada.
— Pensé que te había acompañado a la sesión de fotos.
— Te mentí a ti, les mentí a ellos, pensé que no pasaría nada y cuando justo llego hoy a la universidad veo que hay fotos mías circulando y algunos señalándome, pensé que pasaría desapercibido.
— Pero no fue así, y quizás en algún momento deberás asumir las consecuencias de lo ocurrido – dice en un tono realmente acusador que me hace sentir incomoda.
— Les tengo miedo a mis padres, tienen unas ideas tan retrogradas que no parecen de este siglo.
— Los míos también tienen unas ideas un tanto locas, pero agradezco tenerlos a ellos y no a los tuyos, son bastante relajados con muchos temas — dice en un susurro — pero cuéntame, ¿Cómo fue lo de la sesión de fotos? Y por la gente no te preocupes, pronto llegara el siguiente chisme y disfruta que estas en todos los lugares, luego asumirás lo de tus padres, igual ya eres una mujer adulta, además cuentas conmigo
— Sí, eso es cierto — murmuro — pero no quiero peleas familiares y ya pague el curso de modelaje, no sé cómo hacerlo.
— Yo también evito las peleas, siempre termino perdiendo, y lo del curso yo te ayudo, no te preocupes, ahora cuéntamelo todo, quiero chismes.
Conversamos durante un rato, le cuento la sesión de fotos, mi conversación con Gael y la ilusión que me hace volverlo a ver, aunque para ser honesta conmigo misma, no sé lo que siento por él, es más afecto por un viejo amigo que el amor desbocado que describen que se puede llegar a sentir por el otro.
Y aunque con el paso de los días y la llegada de la recta final del semestre el chisme paso a un segundo plano, por lo que yo aproveche para empezar a trabajar en lo mío. Los días lunes, miércoles y viernes luego de clases mi padre nos recogía a la puerta de la universidad y nos llevaba hasta la casa de Lucia, con el plan de estudiar pero una vez veíamos que estaba lejos tomábamos un taxi hasta la escuela a donde ella me acompañaba.
Tenemos un mes en esta rutina, que ha salido mejor de lo previsto, jamás me imagine que mi padre me diera permiso para ir a estudiar a la casa de mi amiga, está bien que es bajo un estricto horario y controlado por él, en donde unos días yo estudio con ellas y los otros debe ir Sofía a mi casa, y ese tiempo lo aprovechamos para adelantar todo lo que podamos.
Estamos una tarde de lunes esperando a mi padre afuera de la universidad cuando me dice en tono de reproche.
— Si vez que es más fácil si cuentas con mi ayuda, la idea de un día en tu casa un día en la mía para estudiar le gusto a tu padre.
— Lo sé, solo que me daba miedo meterte en problemas.
— Mis padres siempre están trabajando, asa que no te preocupes, desde que era niña siempre he tenido que ser muy disciplinada con todas las cosas que hago, además que confían mucho en mí, en las decisiones que tomo, por lo que les cuento muchas de mis cosas, otras son de total reserva.
— Me gustaría que mis padres fueran así, todo es tan a la antigua, a su modo, en su forma, tengo que pedir permiso para hacer todas las cosas, con mi hermana fue igual hasta el día que termino la universidad, y aun así tiene que pedir permiso además sé que tiene novio y no puede llevarlo a casa, mis padres no le dan permiso.
— Todo a su tiempo Sofía, es cuestión que te vean como una chica adulta y veras como todo cambia, ahora vamos que tu padre llego.
— Eso espero — susurro mientras subo al auto.
Y como si las cosas buenas no se demoraran en llegar, al parecer mi primer catálogo fue todo un éxito y un cliente quiere otro igual, además que hay un evento a las afueras de la ciudad en dos semanas por lo que debo pensar en una excusa de forma urgente, el tiempo pasa rápido y no quiero perderlo, pagaran muy bien.
— ¿Qué piensas hacer? — pregunta Lucia emocionada.
— No lo sé, realmente no sé qué hacer — digo con voz estrangulada — sería mi primer evento fuera de la ciudad y la paga está muy buena…
— Lo sé, con eso podríamos comprar tantas cosas – dice con ojos soñadores – se me ocurre algo, será que te dan permiso para ir conmigo de viaje, bueno con mi familia.
— No lo sé, mi familia es extraña, tal vez podría funcionar, como tal vez se enoje más…
Le damos vuelta una y otra vez al tema, por más que miramos posibles planes ninguno pareciera funcionar, y debo dar una respuesta lo más pronto posible, no tengo mucho tiempo, ni muchas opciones, solo sé que quiero ir. Y como si la suerte estuviera de mi lado, una vez llego a casa mi padre mismo me da la respuesta que tanto he buscado.
— Hija, con tu madre nos invitaron a un evento de egresados de la universidad dentro de quince días, es festivo, ¿te gustaría viajar con nosotros? – pregunta intentando sonar casual.
— ¿Qué días estarías fuera? — pregunto con gesto inocente y rogando no delatarme.
— Saldría el jueves al mediodía para estar descansado el fin de semana, creo que voy conduciendo para ahorrar algo de dinero, y estaré de vuelta el martes en la tarde.
— No papá, la verdad me gustaría ir, pero tengo muchos exámenes y trabajos, y estando tan cerca el fin del semestre no quiero arriesgarme, no quiero faltar a clases aunque el decano de la facultad sea tu amigo.
— Así se habla hija, la responsabilidad ante todo, ¿puedo confiar que cuidaras bien la casa?
— Sí, claro, ya soy una mujer adulta, ¿Qué tan difícil puede llegar a ser?
— No se hija, la verdad no es fácil para mi dejarte sola en casa por tantos días — dice en tono sincero.
— Papá, voy a estar bien, lo más difícil que tengo que hacer es ir sola a la universidad, ¿le puedo pedir a Lucia que se quede conmigo?
— Sí, me parece una buena idea, igual tus hermanos van a estar en la casa, para lo que necesites ellos estarán aquí.
No me gusta mucho lo último que dice, pero aun así asiento como aceptando lo que me ha dicho, así que deberé negociar con mis hermanos mí viaje, y tal vez termine siendo su sirvienta un par de semanas, como p**o por cubrirme durante esos días. Pero es aquí donde la vida me sorprende un poco más, cuando entro a mi habitación entra mi hermana con gesto cómplice.
— Sofí, me acabo de enterar que mis padres viajan dentro de quince días, en teoría debemos cuidarte, pero te tengo que proponer algo.
— ¿Qué estas planeando? — pregunto con gesto de sospecha.
— Estamos — susurra …
— ¿Estamos? ¿Quiénes están planeando cosas?
— Nosotros — dice mi hermano entrando a la habitación y señalándose — ¿Te podemos dejar sola en casa? — pregunta en un susurro tan bajo que me cuesta escuchar.
— ¿Para dónde van? — pregunto en el mismo tono de voz — además hace tiempo ni me hablaban, ¿Por qué debería ayudarles?
— Por qué sabemos que la chica que sale en ropa interior eres tú, y podemos decirle a papá… — dice mi hermana con gesto de haber ganado la lotería.
— Está bien, pueden irse solo que yo también salgo el mismo fin de semana, así que la casa se quedara sola y deberemos organizar el plan.
— ¿Para dónde piensas ir? — pregunta mi hermano.
— Ustedes no quieren contarme sus planes, yo no les cuento el mío, pero no se preocupen, no pienso contarle algo a mis padres, y ustedes guardan silencio, debemos organizar solamente lo que diremos estando fuera para que no nos descubran y ya… simple —digo con suficiencia.
— ¿Desde cuando eres tan grande? — pregunta mi hermano.
— Pues te recuerdo que tengo casi veinte años, y tú tienes casi veintiséis y aun le tienes miedo a papá…
— Solo porque me prometió ayudarme a estudiar la especialidad, sabes que es bastante costosa…
— Si, esa es tu excusa, pero ese no es mi problema, yo tengo planeado irme de casa apenas pueda, no creo que aguante mucho más aquí…
— Se nos creció la enana — mi hermana se burla de mi mientras me abraza — y ahora si me disculpan tengo mucho que organizar y surte con tu emancipación.
Salen los dos dejándome sola en la habitación, en donde aprovecho para contarle los últimos acontecimientos a Lucia por w******p para luego borrar la conversación completa, no pienso dejar ni un solo rastro, lo bueno, es que tengo el plan organizado, saldré detrás de mis padres, y luego que mis hermanos, para estar de vuelta temprano el martes e ir a clase normal.
Los días pasan lento, más lento de lo normal, por lo que aprovecho para estar en un estricto régimen de ejercicio y alimentación, quiero verme perfecta para la ocasión, será un fin de semana bastante interesante, voy a ser una de las chicas del protocolo del lanzamiento de una nueva marca de ropa en un lujoso hotel a las afueras de la ciudad, las chicas que tienen más experiencia serán modelos, ya llegara mi día de ser la estrella.
Es jueves por fin, mis padres saldrán en unas horas de viaje, durante el desayuno nos acomodamos todos en la mesa y conversamos con naturalidad mientras mi padre nos da estrictas instrucciones.
— Reglas para este fin de semana — empieza diciendo — deberán llamarme por lo menos dos veces al día, al despertar y antes de dormir a las nueve de la noche, si yo llamo a cualquier hora deberán responderme, obviamente no llamare en las horas que están ocupados.
— Papá, recuerda que este sábado tengo clase, un profesor tenía pendiente recuperar algunas horas… — empiezo diciendo.
— Sí, estoy enterado y confirme con el decano, aunque él estará con nosotros, así que si te llamo lo hago en la tarde, me imagino que te tomaras tu tiempo para descansar luego de clases…
— Papá, yo tengo turno este fin de semana — dice mi hermano con gesto inocente — para que estés al tanto de ello.
— Perfecto, llámame en los momentos libres, pero si no lo haces te llamare al hospital.
— Cuanta con la llamada — sonríe de una forma que no he visto antes, al punto que estoy cerca de creerle.
Mi padre observa a mi hermana quien guarda silencio que luego de pensarlo mejor prefiere romperlo.
— Papá, yo no tengo nada este fin de semana, así que voy a descansar, no te preocupes por el horario de llamada, voy a estar siempre en casa.
— Así me gusta hija — responde orgulloso — quedo atento a lo que requieran y les voy a entregar una suma de dinero para sus gastos.
Y empieza a darnos dos sobres marcados llenos de dinero, comida y transporte, para luego colocar en el centro de la mesa uno que dice emergencia.
— Espero que cuando regrese este siga en el mismo lugar, solo gastaran su contenido si es necesario, el de comida es solo por si no desean cocinar alguna noche, la nevera y alacena están llenos, y el transporte esta contabilizado para cada salida que deban hacer, espero que lo administren bien y de ser posible les sobre algo para que ahorren.
Asentimos todos de forma solemne para luego mi padre llevarme a clases como es habitual, mientras me da una pequeña catedra de cómo comportarme en su ausencia, y es la primera vez que tengo este privilegio, de no acompañarlos a algún aburrido evento y no ser obligada a ir a casa de algún amable familiar que se sienta comprometido en cuidarnos.
Apenas terminamos clases con el dinero que debía ser destinado para el transporte voy al salón de belleza con Lucia, nos depilamos dejando solo lo estrictamente necesario, cejas y cabello, para luego hacerme las uñas como indican las instrucciones, mañana deberé estar sola en la oficina de la agencia a las siete de la mañana, así que deberé madrugar y verme perfecta, por lo que lo último que puedo permitirme es trasnochar.