Iba llegando junto a su padre, su mente estaba tan concentrada en verla de nuevo, ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que probó sus labios? La añoraba, de pronto notó a una joven salir corriendo del castillo del reino de las tierras del Oeste, su primera reacción fue ir a ayudarla, pero la mano de su padre lo detuvo. — Hijo, ¿pero qué haces?— preguntó Eduardo. — Entre usted padre, esa señorita parece estar en problemas. Y sin esperar respuesta, corrió tras la joven desconocida de verde vestido. Era curioso, ese camino conducía a… — ¡Espere! —la llamó, pero al parecer ella no lo escuchó. Fue entonces que se metió al bosque. Dios, ese lugar era bastante espeso y si no tenía cuidado terminaría pérdida o peor aún caería al río de la cascada y terminaría ahogándose. De a