Prólogo
En aquel entonces no conocía el significado del dolor y la tristeza que conlleva perder a alguien querido, pero debo ser claro en aceptar que todo esto lo obtuve por mis propios actos.
El "hubiera" quedó en el pasado y el presente es mi pesadilla.
El tiempo jamás regresa, y vivir con mis errores es lo que debo seguir.
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La guerra entre dos reinos por un único fin, la venganza, estaba por dar inicio.
La tierra de color blanco como lienzo de arte se aproximaba a lo que pronto sería su tinta de escarlata, y las armas en sus hombros y fundas estaban preparadas para usarse como pinceles ante el enemigo.
El primer flechazo desviado fue el que finalmente dio inicio a la guerra donde solo habia una forma de salir, sobre el enemigo o bajo tierra.
— ¡ATAQUEN! — Anunció.
Las flechas volaron en su dirección y dotada de grandes habilidades logró desviarlas con la astucia de su espada.
He aquí a la más poderosa guerrera, de brillante armadura y cabello reluciente como el sol, sus ojos eran la viva imagen de lo que protegía, pero el reflejo en ellos era su peor maldición.
Amor contra deber —¿Qué seguir?
Hoy las palabras de su maestro resonaban más que nunca sobre su mente.
¿Qué pesaba más? ¿Un juramento de caballería o un juramento de amor?
Aún recordaba las circunstancias en que se reencontraron, ella en una situación embarazosa al estar como Eva y él con unos ojos azules recorriendo cada fibra de su cuerpo.
Y el amor en su pecho le dictaba a escapar. Todo lo vivido, todo el amor jurado, entregarse en cuerpo y alma, todo quedó atrás.
El destino se dividía en dos caminos ¿cual seguir? La decisión de su vida estaba en juego.