Pasaron algunos días, y si bien su brazo ya mostraba mejoras, sentía una opresión en el pecho.
Extrañaba al príncipe Gareth, sus labios aún podían sentir la calidez con las que fueron besados, los brazos de él rodeándola en un abrazo tan íntimo.
Definitivamente, algo había provocado en ella, eran constantes los sueños que tenía, donde él era el protagonista.
Para su sorpresa una noche despertó sudada, luego de tener un sueño bastante obsceno.
Su nana dormía en la cama contigua, así que sin hacer mucho ruido se levantó para salir fuera de la cabaña, recibiendo el viento helado que supuestamente calmaría su mente de pensamientos lujuriosos.
Pero por más que lo intentara, solo recordaba esos roces, las caricias que Gareth le daba a su cuerpo.
Un sueño donde él no solo la besaba, parecí
