Adelaida sonreía al observar la variedad de peluches que había en la tienda, al solo mirar lo tiernos que se veían le encantaban. Sus manos tocaban la variedad de texturas que poseían los distintos juegues y peluches, entre tantos no sabía cuáles elegir. En ese momento ella hubiera querido que Magnus la acompañará, sin embargo, el mafioso se había disculpado con ella por no poder ir.
Y la razón era que Magnus tenía que reunirse con sus clientes habituales y comprar algunas cosas, esto ella lo sabía porque Bard se lo menciono. Los ojos marrones de la mujer se desviaron hacia un pasillo encontrándose a Bera observando unos juguetes con cierto brillo en sus ojos, esta la había querido acompañar luego de enterarse del género del bebé. Adelaida podía notar como Bera se encontraba emocionada, s
