Meses después
Todavía no puedo creer que me este viendo obligado a hacer esto. Definitivamente no estaba en mis planes, pero el imbécil de Ramiro me fallo. Si, consiguió hacer que Mauricio perdiera millones de dólares por la supuesta boda fallida entre él y Sienna, pero no fue capaz de continuar con lo que le pedí hace unas semanas atrás… todo porque se enamoro de ella y prefirió acostarse con otra mujer y que ella los viera para que así terminara todo entre los dos. Por otra parte, mi padre me está pidiendo cuentas del dinero que invertí en la naviera Di Marco, y si no quiero que ni él ni mi madre se enteren de lo que estoy haciendo, es mejor que vaya a cuidar nuestros intereses. Obviamente no puedo contarles que para eso deberé invertir otra gran fortuna en la empresa, pero eso no importa ahora, las explicaciones las daré más adelante.
—Señor Sandonini, ya estamos listos para despegar— Me anuncia la asistente de vuelo después de haber recibido las ordenes del piloto. Levanto mi mirada, asiento y ella señala mi cinturón de seguridad.
—Ah si, claro— Digo y rápidamente me abrocho el cinturón sabiendo que lo que me espera en Miami es bastante complicado, pero también sé que es la única manera de hacer un poco de justicia por lo que le paso a mi hermana.
Son pocos los minutos que transcurren hasta que despegamos y el avión se estabiliza en el aire, y aprovechando la oportunidad, saco mi celular del bolsillo y una vez más observo la invitación que me ha hecho llegar Mauricio. Sonrió al ver la palabra “sociedad” escrita en la foto y es que en verdad ni él ni su hija tienen idea de lo que les espera. Los hare sentir tan miserables como él hizo sentir a Lucia.
—Señor Sandonini, ¿desea algo de beber? — Me pregunta la misma mujer que me pidió que me abrochara el cinturón de seguridad hace apenas unos minutos.
Inmediatamente asiento y la miro a los ojos —Un whiskey doble con hielo por favor— Le pido y es que de alguna manera tengo que buscar el valor de alguna parte para hacer lo que debo hacer.
—Por supuesto, en un momento se lo traigo— Me deja saber y se retira.
Aprovechando el trayecto del viaje me aseguro de que todo en Miami este listo para mi llegada y a los pocos minutos ella regresa con mi vaso de whiskey y de está manera disfruto de mi trago mientras que sigo repasando toda la información que tengo de Mauricio y Sienna. Afortunadamente el muy idiota de Ramiro cumplió con esa parte del trato y me dio toda la información que consiguió, eso sin contar los reportes que me enviaba semanalmente.
Las horas pasan con prisa, tanto que el aterrizaje en Miami me toma por sorpresa y es que quizás estoy tan pendiente de cada detalle del plan que no me doy cuenta de nada de lo que pasa, pero supongo que todo esto es normal, el odio lleva ganándome la batalla desde el día que supe de la muerte de Lucia. Agradezco al equipo que me acompaño en el vuelo incluyendo al capitán, y bajo de la aeronave rápidamente encontrándome con la limusina esperándome a pocos metros en la pista de aterrizaje de este aeropuerto privado.
—Buenos días, señor Sandonini, bienvenido a la ciudad de Miami— Me saluda el chofer y le sonrió pretendiendo ser el Lucas que era antes.
—Buenos días— Respondo y de inmediato él me abre la puerta de la limusina mientras que otro de los empleados carga mis maletas en el portaequipaje del vehículo.
—¿A la casa de su familia? — Me pregunta y asiento.
—Así es, tengo una fiesta esta noche y debo descansar un poco— Comento y una vez que todo está listo, él arranca.
Los cálidos paisajes de Miami y su sol radiante reflejado por todas partes se pasan por mi lado a medida que el chofer me lleva a la casa e inevitablemente los recuerdos de las vacaciones en familia en esta ciudad regresan a mi mente recordándome lo mucho que Lu y yo adorábamos ir a la playa sin contar que podíamos perdernos horas y horas navegando en el mar y armar nuestras propias fiestas en el yate. No supero su perdida, me duele demasiado, es como si me hubiesen quitado una parte esencial de la vida y ahora nada tuviera el mismo sentido.
《No pueden verte destruido, debes ser fuerte y dejar todo el dolor atrás para conseguir tu objetivo》Me digo por dentro, pero sé que esto me costara muchísimo, no está en mi naturaleza ser de está manera 《No te rindas ahora, no cuando dejaste todo para conseguir tu objetivo》Me aliento y sin darme cuenta, ya hemos llegado a la casa.
Hacia bastante tiempo que no venía aquí y es que desde que Lu comenzó con esos largos viajes a destinos desconocidos para nosotros, nuestras vacaciones familiares no fueron las mismas y por ende no veníamos a este lugar con la frecuencia que lo hacíamos antes —Según me han informado su coche llegara en unas horas, pero si gusta puedo venir a buscarlo para llevarlo a la fiesta de esta noche— Me propone y niego.
—No, no se preocupe, yo conduciré— Le aviso y él tan solo asiente para después bajar del vehículo y abrirme la puerta para que yo haga lo mismo.
Mientras que él baja el equipaje, yo busco las llaves de la casa y camino hacia la puerta, abro y enciendo las luces a mi paso mientras que escucho al chofer pidiendo permiso para entrar y le digo que pase sin problema. Lo escucho dejando el equipaje sobre el suelo y por mi parte me pierdo entre los encantos de esta enorme casa que, gracias al gusto de una experta en decoración, luce elegante y sofisticada.
—¿Hay algo más en que pueda ayudarle señor Sandonini? — Me cuestiona él y niego.
—Eso es todo, muchas gracias—
—Un placer— Dice y escucho sus pasos.
—Luis— Lo llamo y me doy la media vuelta para verlo mientras saco mi billetera.
—¿Sí? —
—Para ti— Informo acercándome y saco un billete de cien para dárselo.
Él me mira algo sorprendido —Es mucho—
—Es lo que te mereces, gracias por todo— Difiero y se sonríe.
—Gracias—
Solo le sonrío y observo como se marcha mientras que en mi cabeza doy vueltas a mi plan y a la idea de que mi vida también cambiara a partir de esta noche.
《Solo un año Lucas… hazlo por tu hermana》Me repito por dentro e intento convencerme una vez más que todo esto está bien.