Esa misma noche
Entro a la entrada de coches de la inmensa mansión donde se lleva a cabo la fiesta que Mauricio Di Marco ha organizado para su posible nuevo socio italiano y una vez que llego a donde están los jóvenes que están a cargo de estacionar los vehículos freno y uno de ellos me abre la puerta. Bajo del auto, les sonrió pretendiendo ser un hombre carismático y acomodo mi esmoquin. Muevo mi cabeza de un lado a otro intentando aflojar está tensión que siento y respiro profundo mientras que otro hombre me abre la puerta.
—La señora lo guiara hasta el jardín— Me explica y una mujer de cabello rubio y ojos café vestida elegantemente me sonríe.
—Señor, por aquí por favor— Me pide y sigo sus pasos hasta que llegamos a una serie de puertas corredizas de crista completamente abiertas que dan al elegante jardín.
—Muchas gracias, no necesita acompañarme más— Digo amablemente y le sonrió.
Puedo ver como ella duda e intenta encontrar las palabras correctas en su cabeza —Disfrute de la fiesta señor…—
—Sandonini— Termino la frase.
—Disfrute de la fiesta señor Sandonini— Completa la frase y se aleja para ir en busca de los otros invitados que van llegando.
El jardín esta perfectamente decorado con mesas de coctel que rodean la piscina, lámparas que cuelgan de los arboles, música en vivo, una barra donde se hallan la mayoría de los hombres y camareros vestidos elegantemente que se pasean con bandejas de comida de un lado a otro del lugar. Siento la mirada de varias personas sobre mi e intento ignorarlas, no quiero distraerme con nadie, tengo un solo objetivo y tan solo lo busco entre todos hasta que lo encuentro y para mi fortuna esta junto a su hija. Me acerco un poco y a medida que la distancia se hace menor, veo a la mujer más de cerca y de inmediato me doy cuenta del peligro que ella representa.
Las fotografías de internet definitivamente no le hacen justicia. Sus ojos grises se fijan en mi y yo hago mi mejor esfuerzo para que no me afecte, pero es demasiado hermosa para mi propio mal. Viste un vestido n***o largo que grita elegancia por donde se lo mire y se ajusta a su figura de una manera sumamente tentadora. Su cabello castaño es perfecto, cae en ondas por encima de sus hombros y su piel pareciera ser de seda. Tiene un rostro angelical que te llena de invitaciones que de inmediato yo rechazo y reemplazo por mis verdaderas intenciones 《Concéntrate Lucas, no dejes que ella te desvié de tu plan》Me convenzo por dentro.
—¡Lucas! — Me dice Mauricio con mucho entusiasmo y nuestra video llamada hace algunos días pareciera haber sido más que suficiente para que me reconociera entre toda esta gente.
Termino de acortar la distancia e intento concentrarme en él —Señor Di Marco, buenas noches— Lo saludo haciendo mi mejor esfuerzo conteniendo estás ganas que me consumen por dentro de querer matarlo con mis propias manos por lo que le hizo a Lucia. Miro a Sienna y sé que camino debo tomar —¿Su esposa? — Pregunto sabiendo muy bien que no lo es y la manera en que me mira podría llegar a desarmarme por completo si no fuera quien es.
—No— Responde él y se ríe —Mi hija, Sienna— Aclara y la mira —Hija, te presento a Lucas Sandonini, posible futuro inversionista de la naviera Di Marco. — Le informa y ella sonríe de una manera coqueta que no sé si es planeada, pero me hace pensar que debo tener cuidado de no caer en su juego.
—Será un placer hacer negocios con usted señor Di Marco— Le comento a él y la vuelvo a mirar —Señorita Di Marco, un placer conocerla— Digo e imito su juego sonriéndole como podría hacerlo si fuera un actor de Hollywood.
—Un placer— Me dice ella con un tono desbordado de amabilidad.
《Necesito alejarme》Pienso, pero también sé que debo hacerme el interesante…
—Si me disculpan, iré por una compa de champagne; ya regreso. — Anuncio y sin pronunciar ni una sola palabra más, me alejo de ellos
Camino entre todos los invitados y sabiendo que está noche ella tiene que caer en las redes que estoy tejiendo para ella, voy hacia la barra y me abro paso entre todos los que están aquí cuando su voz me interrumpe —¿Puedo acompañarte? — Cuestiona y por dentro sonrió.
《Bien Lucas, vas por buen camino》Me aliento y a pesar de que alejarme de ella era algo que necesitaba por mi propio bien mental, respiro profundo sin que ella se de cuenta y me giro para mirarla de pies a cabeza sabiendo que es la manera de traerla a mi terreno. Es peligrosamente bella e intento no perderme en esa figura perfecta que posee y me centro es sus ojos grises —Claro que puedes— Respondo sonriente y llamo al bar tender —Joven, una copa de champagne para la señorita per favore— Le pido y si, estoy sacando todas mis armas para que ella caiga, solo espero poder conseguirlo.