CAPÍTULO DIECIOCHO Merk se preparó al ver al grupo de troles que venían hacia él, todos gruñendo y mostrando sus torcidos colmillos saliendo de sus mejillas, levantando sus alabardas mientras salían del bosque. Había confiado en sus instintos al haber sentido algo en estos bosques mientras sus demás compañeros habían regresado, y esto probaba que tenía razón. Pero esto también lo dejaba sólo y vulnerable, lejos de los demás. Se dio cuenta con temor de que tendría que pelear contra todo el grupo él solo. Merk se envalentonó mientras el primer trol lo atacaba dejando que sus instintos asesinos tomaran el control; sintió una gran calma caer sobre él y entró a ese lugar al que siempre regresaba, en el que podía separarse de la violencia que estaba por suceder y donde podía apagar sus miedos