Capítulo 24: Lujuria II

1329 Words
Me acerco al torno y tomo la arcilla que estaba moldeando. — Desastroso — Su mirada llena de furia me excita mucho más — ¡Ven! — Extiendo mi mano libre y la ayudo a levantarse, tomo si mano y la llevo hasta la gran mesa donde termino mis obras, afortunadamente la tabla está vacía — acuéstate sobre ella — le muestro y la impulso tomándola de las caderas. Gia extiende su cuerpo sobre la mesa, sé que no es cómoda, pero esto tomará solo unos minutos. — Ahora voy a moldearte, cómo siempre he deseado — La sensación es intensa, Gia respira con fuerza y veo de nuevo el fuego en su mirada, está realmente enojada. — No soy arcilla — Replica. — Lo eres, cuando estás en mis brazos lo eres tesoro — Se muerde los labios, enojada — Pero no te preocupes, yo también soy arcilla en tus manos y me encanta serlo — Cierra los ojos y mis manos inquietas se deslizan por entre medio de su camisa, desabrocho los botones restantes y observo el cuerpo de mi mujer, sus senos, su vientre con un poco redondeado, no lleva ropa interior y mi m*****o se aprieta un poco más en medio de mis pantalones. Gia no tiene un cuerpo de modelo, tiene curvas donde son necesarias y su cuerpo que para muchos puede ser imperfecto, es completamente perfecto para mí, en su vientre albergó a mi hijo y desde hace casi cuatro años, me recibe deseos y dispuesta y yo me pierdo en ella, porque es todo lo que deseo y necesito. Mis manos se deslizan por su cuerpo dejando una capa de arcilla y agua, su cuerpo se estremece, su respiración se entrecorta y sus rodillas se flexionan, dejándome ver lo húmeda que se encuentra, deslizo toda la arcilla, para al final abrir sus piernas con mis manos sucias y húmedas, respinga. Su cuerpo se levanta de la mesa cuando mi boca se apodera de su centro, tan mojada, siempre lista para mí. Me recreo en ella, moldeo sus reacciones, la chupo hasta el cansancio, para luego Lambaré y succionar, sus manos se enredan en mi cabello y tiran de él, es maravillosamente hermosa cuando llega al orgasmo, moriría feliz de solo ver esa expresión en su cara cada día. — ¡Luka! — Hasta ahora, después de tantos años, no sé si prefiero escucharla, gemir mi nombre o decirme, señor, los dos me ponen y me descontrolan. — ¿Qué deseas, Tesoro? — Susurro, mientras mi aliento se desplaza por su v****a, la siento temblar, atrapando los últimos vestigios de su orgasmo. — A ti, te deseo a ti — Gime con la respiración entrecortada — ¡Oh Dios! Te deseo a ti — Levanta mi cara y la mirada y me pierdo en su expresión ¡Tan hermosa! — Ya me tienes tesoro, por siempre — Sé a lo que se refiere, sonrío porque sé que la estoy desesperando, pero yo estoy igual, voy a explotar en cualquier segundo. — Idiota — Gime con los dientes apretados y tira de mi camiseta — Deseo que me folles, ¡ahora Luka! — En realidad, no puedo continuar con el juego y me deshago de mi ropa, lo hago deprisa, sin prestar atención a donde cae. Su mirada me embriaga, observo sus piernas abiertas y la lujuria se apodera de mí, solo pienso en estar en su interior y sin dudarlo, rodeo su cuerpo por su cintura, la levanto y la hago descender de la mesa, la giro y me pierdo en su espalda, mis manos se entretienen en sus caderas y pecho, mientras que mi boca hambrienta se inclina y acaricia su dorso, desciendo por su espina dorsal, ella se inclina y extiende sus manos sobre la mesa, sin dudarlo, me introduzco en su húmeda cavidad, mi pene se ensancha y agradece ser rodeado por su calor. — ¡Oh Dios! — Susurra Gia y en segundos, aumento la intensidad de mis embestidas, quiero escuchar cómo se pierde en el deseo, como su cuerpo explota ante un orgasmo. Adoro escuchar sus gemidos y gritos roncos, como si su garganta estuviera siendo forzada a contener el sonido, como si sus cuerdas vocales estuvieran igualmente extasiadas. Mi mano en su cadera la guía y ella se acomoda a mi antojo, es masilla en mis dedos, solo mía, para amarla y complacerla como ella desee; llevo mi otra mano a su hombro, durante un segundo me distraigo en su nuca, es tan provocativa que quiero quedarme acariciándola, pero en este momento, necesito explotar y sentirla explotar conmigo, la lujuria es más potente que el romance, presiono en su hombro y la inclino, rodeo su cuello y vuelvo a presionar, un poco no mucho, sé cómo el placer la invade cuando se siente de esta manera, y me encanta hacerlo con ella, pero también sé el peligro que conlleva esta práctica. — ¿Luka? — Sé que quiere y voy a dárselo en este momento. — Ahora, tesoro, ¡Córrete! — Presiono un poco más, su espalda se tensa y contrae, su cara se levanta y el cabello se expande rodeando mi mano, mis venas se inflaman y sé que es el final, no podré soportarlo más y mientras ella grita y contrae su interior, atrapándome con más potencia en su centro, me desbordo por completo en ella y siento como le entrego todo, mi energía, mi fuerza, mi amor. — ¡Maldición! — Mi cuerpo se tensa, para luego temblar descontrolado. Esta ha sido una follada increíble, normalmente con ella todo es así, pero la intensidad de esta tarde, el calor, el lugar, la hacen única. Escucho la risa de Gia y frunzo el ceño ¿Qué diablos le pasa? — Tesoro, ¿Te estás riendo de mí? — Pregunto con calma, todavía sigo en su interior y quiero quedarme un momento más. — Para nada, señor, usted ha maldecido, así que he pensado que no he estado a su altura — Sigue riendo, tiro de su cabello y levanto su cara, la giro y la beso sin controlarme. — En ocasiones hace bien maldecir ¿No lo crees? — Susurro. — En ocasiones hace bien estar solo con tu esposa, sin fiestas, solos tú y ella — No pensé que le ofendería tanto celebrar con nuestros amigos nuestro aniversario. — Creo que no apreté lo suficiente, no estás perdida en la sensación poscoital que te dejan sin poder razonar coherentemente — Su carcajada se vuelve más fuerte, se gira y observo cruzando los brazos, impresionado, su reacción. — ¿Gia? — Pregunto algo molesto, en serio se está riendo de mí. — Presionaste lo suficiente, todavía siento réplicas aquí — Señala su centro y yo frunzo el ceño — Y mi corazón sigue acelerado, como siempre — Se acerca a mí y me abraza — Siéntelo mi amor, siempre se acelera por ti — La abrazo y decido olvidar lo que acaba de hacer — Sabía que la arcilla que tomé no era suficiente — ¿De qué diablos está hablando? — Me voy, ahora que he encontrado lo que he venido a buscar, no sabía que utilizabas arcilla de tan buena calidad — Se inclina y me besa, acariciando mi cabello con sus finos dedos — Te amo, gracias por esta superfollada de aniversario — Se separa de mí y se aleja — No demores para ir a cambiarte, los invitados llegaran pronto y estoy realmente emocionada por celebrar con ellos, ya sabes, todas las mujeres van a envidiarte querido, eres una obra increíble — La observo guiñar su ojo izquierdo y salir del estudio cerrando la camisa. No puedo creerme que acabe de tratarme como un objeto s****l, un muy querido objeto, pero s****l, el próximo año será , tengo doce meses para pensar en una venganza de aniversario y voy a asegurarme de que sea épica, por algo soy el señor Perverso.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD