Capítulo 19: Confusión

1342 Words
LA CONFUSIÓN Es la acción y efecto de confundir (mezclar o fundir cosas diversas, perturbar los ánimos, equivocar). La noción de confusión, que proviene del latín confusĭo, puede estar vinculada a la perplejidad o la turbación de ánimo. ************************************************* Luka Diez horas antes Siento la humedad en la parte inferior de mi cuerpo que se estremece por completo, sé que estoy durmiendo, pero al parecer tengo un sueño húmedo bastante explícito. Anoche estaba extremadamente cansado, llevo varios días buscando a mi padre e intentando comprobar si Danna está muerta o no, además de que hoy probablemente reciba los resultados de la muestra de ADN que me hice con Jean, nos dijeron que era probable que no obtuviéramos un resultado exacto porque Danna y yo éramos medio hermano, la única opción que nos queda, es que mi padre también sea el padre de Jean y todo este asunto me ha dejado exhausto. — ¡Maldición! — Exclamo en un gruñido cuando mi m*****o se vuelve erecto por completo, vuelvo a sentir el calor y la humedad recorriéndolo y compruebo que se encuentra en el interior de una boca, la de Gia, por supuesto, que lo estimula con sus carnosos labios y su delicada mano — ¡Tesoro! — Vuelvo a gruñir. — Buenos días, señor — Abro los ojos para encontrarme con la oscuridad y por fin me doy cuenta de que una banda bordea mis ojos. — ¿Qué mierda? — Escucho la sonrisa de Gia, mientras intento mover mi mano y descubro que las dos se encuentran atadas al cabecero de la cama. — ¡Gia! —Exclamo impaciente, al sentir como introduce por completo mi erección en su boca. — ¿Necesita algo, señor? — Está jugando con juego y probablemente, no voy a poder resistir más de algunos minutos, despertar de esta manera es lo mejor que puede pasarme en este momento, el problema es que ella quiere tener el control, pero yo no podré controlarme. Me muerdo los labios porque quiero perderme en su interior ¡Ahora! — ¡Fóllame! — Gruño, no puedo ni tocarla, ni verla y la impaciencia comienza a ser presa de mí. — No sea impaciente, señor Perverso — Escucho el sonido que hace su boca al dejar libre mi m*****o. Hace años le dije a Gia, que el sentido del tacto estaba subvalorado, pero al parecer sucede lo mismo con el del oído, escucho cada gemido, cada roce o sonido que hace su cuerpo al darme placer y mi excitación aumenta, me muero por tenerla. Sus piernas presionan mis caderas, la siento montar sobre mí y desplazarse por todo mi cuerpo ¿Qué está haciendo? — Un pequeño aperitivo de buenos días — Susurra y siento como sus piernas se detienen a cada lado de mi cara — ¡Tómalo! — Mi erección se tensa y ensancha, me encantaría tomar sus caderas con mis manos, pero en este momento es ella quien controla. Siento su olor y su calor contra mi boca, abro la mía y saco mi lengua, que en segundos se pierde en su interior. Aunque no puedo verla, puedo sentir cada una de sus reacciones, me concentro en tomar todo de ella, sin darle tregua, tiro, succiono y chupo con fuerza, sus piernas presionan mi cara, siento su temblor, su desesperación y escucho sus gemidos que inyectan por completo de erección mi m*****o. — ¡Córrete! — Mi voz completamente ronca. Conozco el efecto que tengo sobre ella, a pesar de que quiera controlarlo todo, ella es mía y responde a mis estímulos de inmediato. — ¡Córrete, ahora! — Repito y siento como su cuerpo reacciona ante mi comentario, se estremece, sus muslos me aprietan fuertemente y la humedad de su orgasmo. Quisiera ver su cuerpo que puedo jurar, está pegado contra la pared, me hubiese encantado verla erguidas, con sus senos erectos y el sudor deslizándose entre estos. — ¡Mierda! — Susurro ante su rápido movimiento, al sentir como se desliza sobre mi erección, que es acogida por completo en su interior. Muero por tocarla y verla, a pesar de que la sensación de sus paredes vaginales deslizándose por mi pene mientras sube y vuelve a bajar es increíble. Mis pies están libres, así que intensifico sus movimientos con los míos, mis caderas suben y la encuentran en medio de cada estocada. — ¡Dios! — Grita y yo pierdo el control, no puedo utilizar mis manos, pero puedo flexionar mis rodillas, anclar mis pies y hacer con ella lo que quiera, hacer que me sienta hasta lo profundo de su ser. No tardó en darme cuenta de que está en medio de un orgasmo, su cabello uso se extiende entre mi hombro y mi cara, su mano derecha se desliza hasta mi pecho y cuello, ejerciendo presión, mientras siento la otra sujetándose de mi muslo, flexiona un poco más y gime más fuerte. — ¡Oh Dios! ¡Luka! ¡Más fuerte! — Escucharla, me descontrola por completo, empujo con mucha más potencia mis caderas y aunque no la veo, sé que ha hecho lo mismo, escucho el choque de nuestros cuerpos al encontrarse y nuestra respiración, cierro los ojos y me concentro en maravillosa sensación de sus paredes vaginales apretando y encerrándome, contrayéndose una y otra vez; mi pene se ensancha, mis venas sanguíneas intentan explotar mientras siento como mi semilla se desliza con potencia y es acogida por ella, por completo, como siempre. — ¡Mierda! — Gime Gia cayendo sobre mí — Este ha sido el mejor despertar de mi vida — Escucho su sonrisa y suspiro — Lo siento, mi amor. Pero hoy quería ser la de las ideas, no siempre puedes controlarlo todo — Sonrío, Gia me ha sorprendido con su iniciativa. — Yo encantado de que me despiertes cuando quieras de esta manera — Siento como deshace los nudos de las cintas con las que me tenía atado, masajea y besa mis muñecas, para luego quitar la venda de mis ojos. Parpadeo hasta que me acostumbro a la luz, he descubierto que a Gia le excita follar con la luz prendida, observar nuestras reacciones y movimientos. Está sonrojada, se muerde los labios desde su posición, me inclino y paso rápidamente mi mano por detrás de su cabeza, la inclino hacia mí y la beso profundamente. — Buenos días — Mientras la saludo, la giro en un solo movimiento y me posiciono sobre ella — Esto vas a pagármelo — Le susurro en un oído, mis manos aprisionando las suyas a cada lado de su cara. — Pensé que te había gustado — Responde retadora. — Me ha encantado, pero serás castigada, en esta cama, yo soy el único Perverso — Vuelvo a besarla y ella enreda sus piernas desnudad en mis caderas. Lleva una vara de seda color marfil, que se enreda en su cintura, el tirante derecho se desliza por su hombro enseñándome uno de sus senos. — Preciosa — Susurro antes de que mi boca se apodere del seno solitario, el cuerpo de Gia se curva y se adhiere al mío, sus manos en mi espalda y enredadas en mi cintura, presionándome contra ella. — ¡Quita, quita! — Escucho el grito de Gia que me empuja con fuerza — Voy a llegar tarde a las clases, por tu culpa. Me llevo las manos a la parte de atrás de mi cabeza y me instalo en la cama, no entiendo a lo que se refiere, ha sido ella la que se ha aprovechado de mí. — No he hecho nada, fuiste tú la que me ataste a la cama, así que asume y corre — Me miran con intensidad, antes de hacerme un dedo de honor para luego correr a la ducha. Pienso en las ventajas de encontrarme en casa y de poder ver a mis hijos cuando yo quiera y perderme en Gia, igualmente cuando yo quiera. Sonrío y cierro los ojos, espero que todo funcione y que podamos descubrir quién es el padre de Jean.
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