Capítulo 18: Inquietud

2458 Words
LA INQUIETUD "Estado de nerviosismo que se produce ante una determinada situación. La persona que está inquieta no tiene paz interior ni puede relajarse, ya que hay algo que le genera preocupación" **************************************** Gia No puedo concentrarme en las clases, pensando en Jean y en lo que puede sucederle, estoy inquieta, intentando adivinar quién puede ser el padre, si Luka no descubre pronto a la persona que está detrás de todo esto, puedo tener fácilmente un ataque de ansiedad, y definitivamente, no es el momento. — ¡Gia! — Escucho la voz masculina y dejo de caminar, cierro los ojos y suspiro. Este es uno de los momentos que he temido durante la semana, Luka regresó hace cinco días y yo no había visto a Damien, en realidad no había querido escribirle y esperaba no encontrarlo aquí, pero no he contado con mucha suerte. Siento sus brazos rodeando mi cintura y como besa mi mejilla. — Hermosa, pensaba ir a verte hoy. No has respondido a mis mensajes — Toma mi mano y empieza a caminar — ¿Tienes tiempo para un café? — He bajado a la cafetería para comer algo, llevo casi todo el día sin comer. — Damien, necesito hablar contigo, pero no sé si este sea el lugar o momento adecuado — Últimamente siento que mi vida está llena de problemas y Damien desgraciadamente se ha convertido en uno de ellos y eso me hace sentir supermal, porque de una forma u otra, fui yo, quien acepte salir con él. — ¿Estás bien? Cuéntame lo que te preocupa, para eso estoy aquí hermosa — Toma mi mano entre las suyas y yo paseo mi mirada inquieta por todo el lugar, estoy segura de que hay hombres vigilando, con todo lo que está pasando, Luka anda bastante paranoico. Estamos sentados en una de las mesas de la cafetería, tenía mucha hambre, pero en este momento no soy capaz ni de beber un vaso con agua. — Damien, siento mucho lo que tengo que decirte, te aseguro que no ha sido mi intención engañarte o darte falsas esperanzas — Me siento como la peor de las mujeres, porque a pesar de seguir casada con Luka, volver con él ha sido como engañar a Damien, aunque todavía no lo había aceptado como mi novio. En realidad, estoy completamente perdida. — ¿Quieres dejarme? — Frunzo el ceño — Bueno, sé qué todavía no estamos en serio, pero si me dices que no quieres seguir viéndome, es como si me dejaras — Entiendo su punto de vista y me siento peor que antes —¿Es por tu ex? Sé que me dijiste que necesitas estar divorciada antes de que tengamos algo serio y si te está poniendo problemas, no te preocupes, puedo esperar, ir poco a poco — Suelto mi mano y la llevo a mi regazo. — No voy a divorciarme — Observo por un segundo la ira en su mirada, para cambiar rápidamente, así que me pregunto si solo fue mi impresión. — Dijiste que Meyers estaba de acuerdo y que iba a firmar — Me muerdo los labios con nerviosismo, esto es más difícil de lo que creí. — He vuelto con Luka — Digo rápidamente y bajo la mirada, no soy buena para esto, para hacerle daño de manera gratuita a las personas. — ¿Es por Jean? — Levanto la mirada y niego rápidamente, sin embargo, la duda se instala en mi cabeza ¿Luka ha vuelto conmigo por Jean? ¿Es por eso que me dijo la verdad? ¿Me ha dicho toda la verdad o todavía me oculta cosas? — Tal vez Meyers decidió volver contigo para protegerlos, lo que comprendo; sin embargo, pienso que no deberías volver a atarte al hombre que te abandonó, solo por la seguridad de tus hijos — Sigo observando y escuchando a Damien y mi corazón se acelera ¿Estaré viviendo una mentira con Luka? — No, yo... Los dos decidimos volver, por nosotros, no por los niños — Intento hablar con seguridad, pero ahora que tengo la duda, no me siento segura de nada. — No quiero perderte Gia — En realidad Damien nunca me tuvo, por eso he tardado tanto en aceptarlo y he puesto como condición el estar divorciada, antes de tener algo serio, porque necesitaba tiempo para aceptar que ya no volvería con Luka, pero hemos vuelto y ahora no sé cómo me siento. — Lo siento Damien y te aseguro que no vas a perderme, podemos seguir siendo amigos, solo que ahora, con todo lo que está pasando, tal vez deberíamos dejar de vernos por un tiempo — Luka me pidió sacar de nuestra a vida a Damien, pero no es tan fácil, él ha sido la persona que le ayudó a superar el abandono de Luka, es alguien importante para mí. — Él te ha prohibido verme ¿Verdad? — Parpadeo, no quiero crear un problema de esto. — No, no. Para nada, es solo que... — Damien posa un dedo sobre mis labios y yo trago con fuerza, voy a tener un serio problema con Luka. — Fue él, lo sé. Te conozco Gia, más de lo que te imaginas — Damien se pone de pie, mira a su alrededor y luego se acerca a mí, se inclina y me habla al oído — Yo estaré aquí para cuando me necesites, no te conviertas en su sumisa, eres mucho más que eso — Cierro los ojos y me concentro en mis manos que tiemblan, siento la caricia de los dedos de Damien en mi mejilla — Eres más que eso para mí, volveremos a vernos, Gia — Sé que se ha ido y no tengo la menor idea de cómo me siento, aliviada por haber hablado con él, ansiosa por la impresión que se llevó al final de nuestra conversación y decepcionada conmigo misma, porque ahora siento que he hecho todo lo que Luka ha querido, sin dudarlo ¿Qué diablos me pasa? Observo todo a mi alrededor, durante cinco años fui la mujer más feliz del mundo, tanto, que pensé que viviría junto a Luka hasta el final de mis días y que todo estaría bien, porque Danna ya no existía en nuestras vidas; nada más alejado de la realidad. Sin embargo, Luka está enfermo y aunque no es algo mortal, lo conozco y sé que haría de todo por evitar el mínimo sufrimiento a su familia o lo que él considera que nos haría sufrir, creo en él. — Hola — Reviso rápidamente mi teléfono y veo el número de Ariana llamándome — Amiga, ¿podemos hablar más tarde? — No tengo muchos ánimos ahora y debo volver al laboratorio, quedé de encontrarme con mi grupo de estudio. "Rozo me ha llamado, está intentando comunicarse contigo" — Miro las llamadas perdidas y tengo varias de Ariana y de Rozo, pero ninguna de Luka. — Ya veo, no entiendo por qué, no le dijo a alguno de los guardaespaldas que puso a vigilarse — Seguro que solo buscaba una excusa — Me da la impresión de que ese huevo quiere sal — Sonrío y me dirijo al laboratorio. La relación entre Ariana y Rozo siempre ha sido muy extraña, cuando Ariana se quedó embarazada se suponía que no estaban juntos. "Déjate de idioteces, sabes que voy a casarme pronto y aparte de Mia, Rozo y yo no tenemos nada en común" — Y por eso se quedó embarazada de él y no del diseñador, su novio eterno — "Y si me ha llamado, es porque es urgente" — Me detengo al darme cuenta de que puede tener la razón, si Rozo la llama a ella para contactarme, es porque es algo urgente ¡Jean! — ¿Te dijo algo? — Le pregunto, tengo miedo de que haya sucedido algo malo. "Te he dicho que me llamó Rozo, no Thomas, así que ya debes saber que me ha dicho lo suficiente" — Suspiro — "Dile a Gia que me llame" — Ariana imita perfectamente la voz de Rozo. Me calmo, creo que si hubiese sido urgente o si algo le hubiese pasado a Luka o a los niños, me hubiese dicho. — Vale, ya lo llamo — Le digo adiós con mi mano a los chicos que deben prestarme seguridad e ingreso al laboratorio, ellos no pueden hacerlo y me esperan afuera. No ha llegado nadie, le marco a Rozo, pero no contesta, intento comunicarme con Luka y Thomas, sin embargo, mis esfuerzos son infructuosos. — ¡Hey! Has llegado temprano — Laure, una de las chicas de mi grupo de estudios, ingresa al laboratorio — Tienes que presentarme a uno de esos chicos, vienen contigo ¿Verdad? — Niego con la cabeza, todo el tiempo me está pidiendo que le presente a Rozo, hoy por lo menos lo ha olvidado — Aunque ninguno es como Rozo, ese tipo me hace hervir la sangre — Sonrío y me distraigo cuando llegan los otros chicos, intento llamar de nuevo sin obtener respuesta, concluyo que no debe ser urgente o Rozo me hubiese enviado un mensaje, así que me concentro en el trabajo que tenemos que hacer. Me he quedado un poco más de tiempo, había algo que no entendía y mañana tengo un examen y detesto ir tan perdida. — Chicos, voy al baño y nos vamos — Le digo a los dos escoltas que observan como corro hasta el baño, sé que van a quedarse a una cierta distancia para respetar mi privacidad. Desde la tarde quería ir al baño, pero preferí esperar a terminar todo. Entro corriendo y no me fijo en nada más que la puerta del cubículo abierto ¡Gracias! Aunque por la hora que es, no debe haber mucha gente en la universidad. Respiro, aliviada y salgo a lavarme las manos, escucho el ruido de la puerta y levanto la mirada, abro los ojos, impresionada ¿En serio? — ¿Qué hace usted aquí? — Pregunto un poco nerviosa, esto es muy extraño. — Necesito hablarle, es urgente — Observo la puerta del baño, podría gritar y estoy segura de que los chicos llegarían segundos después. — ¿A mí? — Empiezo a responder como una estúpida. — Usted es la única que puede detener todo lo que está pasando — Entrecierro los ojos ¿Qué diablos? — Perdone, creo que se ha equivocado — Seco mis manos y me dirijo hacia la puerta. — Por supuesto que no lo he hecho, sé quién es usted — Lo miro a los ojos — Y sé quién es su esposo — Los vellos de mi cuerpo se erizan. — Voy a llamar a mis escoltas — Le digo, puede que haya sonado un poco pretencioso, pero no me siento en seguridad. — Puede hacerlo si quiere, eso no evitará que las cosas sucedan, yo no vengo a hacerle daño, pero tengo poco tiempo, usted tardó mucho en venir a los aseos — Me dice, parece triste. — ¿Desde hace cuánto me está esperando? ¿Me está acosando? — Reviso el baño, no hay nada con lo que pueda defenderme; sin embargo, la puerta está cerca y sigue abierta. — Desde que llegó al laboratorio, sabía que en algún momento tendría que venir a los aseos, pero no pensé que tardaría tanto — Frunzo el ceño. — ¿Qué quiere? — Pregunto cada vez más nerviosa. — Ayudarlos — Su respuesta me estremece ¿Acaso nos conoce? — Quién le ha dicho que necesitamos ayuda — Me acerco a la puerta — Ni siquiera lo conozco — Mi teléfono vibra y lo reviso deprisa. SEÑOR PERVERSO: Tesoro, Rozo necesita vernos y hablar con nosotros, es algo urgente, además acabo de recibir los resultados de la prueba de ADN y no vas creer... — Señora Meyers ¿Todo está bien? — La voz de uno de los escoltas me distrae y sorprende, mi teléfono cae al suelo antes de que pueda abrir el mensaje y leerlo completo. — ¡Mierda! — Susurro. — Shuuuu — Siento como unas manos se cierran sobre mi boca y un cuerpo me presiona contra sí mientras una navaja se posa sobre mi cuello ¡Dios mío! — No quiero hacerle daño, ya le he dicho que solo quiero ayudarles — Me susurra. — ¿Señora Meyers? Vamos a entrar — Escucho la fuerte voz del escolta. — ¡No! — No puedo moverme, siento el filo del cuchillo — No quiero cometer un error, no deben entrar — Su voz me estremece. — Estoy bien — Grito cuanto la mano deja de presionar mi boca, sé que podría gritar, pero mientras los hombres entran, estoy segura de que mi garganta sería cortada en segundos — Ya salgo — mi respiración se agita y me pregunto qué era lo que decía el resto del mensaje de Luka. — ¿Qué quiere? ¿Quién es usted? — Pregunto sin levantar la voz. — Solo quiero ayudarlos — Repite. — ¿Pero por qué? No creo que amenazándome con una navaja pueda ayudarme ¿Quién diablos es usted? ¿Por qué no ha contactado a Luka si tanto quiere ayudarnos? — Levanto un poco la voz, mi respiración agitada. — Porque él no me dejaría ni saludarlo — Me responde, siento su voz extraña ¿Triste? ¿Acaso conoce a Luka? — ¿Quién diablos es usted? — Vuelvo a preguntar, estoy empezando a perder la paciencia. — Philipho Makris — Me responde el hombre con una voz profunda, me quedo completamente en blanco, no tengo la menor idea de quién puede ser este hombre. — No lo conozco ¿Quién diablos es usted? — No logro controlarme y grito — Usted es su padre, ¿Verdad? — El hombre frunce el ceño, para luego sonreír, como si por fin yo hubiese entendido. — Pensé que nunca lo reconocería — Intento acercarme a la puerta, ya no tengo miedo, tengo la impresión de que este hombre no quiere hacerme daño, que solo quiere hacerme pasar un mensaje — ¿Cómo está mi muchacho? — Me pregunta, mis ojos se llenan de lágrimas, no quiero que me quiten a Jean, no voy a permitirlo. — No voy a permitir que se lo lleve ¡Jamás! — Grito y lo empujo con la intención de salir del baño. — ¡Espere! — Philipho logra sostenerse de mi brazo izquierdo, forcejeo y siento cuando él me suelta y soy recibida por un fuerte golpe en mi frente. En medio de mi dolor, logro ver a los dos hombres entrando a los aseos y un segundo después, todo a mi alrededor se vuelve n***o.
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