CAPÍTULO IV-3

1986 Words

Entonces vio que la puerta del frente estaba abierta y le pareció extraño que los sirvientes de la Duquesa se hubieran atrevido a entrar en la casa. Pero antes que pudiera decir nada a Jerry apareció un hombre en el umbral y ambos se pusieron rígidos. Sabían de quién se trataba. Nadie podía vivir en la finca de los Grimstone sin conocer a William Bollard, y todos estaban al tanto de su reputación. —¿Qué está él haciendo aquí?— murmuró Jerry entre dientes. Lo vieron decir algo al lacayo y entrar de nuevo en la casa. Después de un momento, Deborah lanzó un grito ahogado, pues pudo ver que Bollard y otro hombre estaban en la habitación superior, que pertenecía a su tío. Las ventanas estaban abiertas y los dos hombres iban de un lado a otro, abriendo armarios y cajones, sacando libros de

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