Jardín de Otoño

El festival de las flores (4)

El agua moja mis labios y hace que me calme, siento que mi cabeza da vueltas, mi familia mata personas por diversión y bromean sobre ello, no lo entiendo.

– Alteza, sí lo desea puedo llamar a alguien.

– No lo hagas, haré que te ejecuten – no – lo siento, no quise decir eso, estoy un poco alterada – escondo mi rostro.

No debería estar aquí, pero no puedo moverme, mi madre nos da ese medicamento y nos vuelve insensibles y despiadados, sé que somos la realeza, mi hermano será rey, necesita un carácter fuerte o sería pisoteado, la historia está llena de reyes que han sido destronados por no ser lo bastante fuertes, el imperio de Clavelid se formó con la destrucción de dieciocho reinos, Robert debe ser fuerte, cruel y déspota o no sobrevivirá.

Pero, ¿es de verdad esta la única forma?, además, solo Robert será rey, Carolina y yo no, no necesitamos esto.

Acabo de darme cuenta que Demián está en silencio, ni siquiera ha dicho algo sobre mi comentario – sobre lo que dije.

– No lo escuché.

Lloré en sus brazos y le pedí que me sacara de este lugar – eres muy amable.

Voltea a verme y sonríe, no me gustan sus hoyuelos, hacen que quiera tocarlos – no sonrías – por los dioses, ¡eso salió de mi garganta!, es la voz más aguda, chillona y vergonzosa que he hecho en mi vida, y él me escuchó.

¡Dios mío, no!

Sigue sonriendo – lo siento, es que, desde que llegué al palacio escuché muchos rumores y me alegra saber que no eran ciertos, la princesa Violeta, es muy linda.

¡Él dijo que soy linda!

Latido*

Siempre he pensado que soy común, quizá, soy un poco linda, si él lo dijo debo serlo, no me mentiría, ¡lo mato si se atreve!

Esos pensamientos otra vez, mi cabeza es ruidosa, nunca antes me había pasado, estoy avergonzada por sus palabras, pero quiero que siga, quiero que me diga que soy linda y que le gusta estar conmigo y quiero volver a verlo, esto no pasa después de tomar el medicamento, estoy siendo irracional y boba, no me gusta.

Debería tomar el medicamento, todos mis problemas desaparecerían, de hecho, es así, después de tomarlo nada me importa, es como si todas mis emociones fueran puestas en una habitación sellada dentro de mi mente – Demián, si no tuvieras emociones, ¿qué harías?

Su expresión se vuelve pensativa – hay muchas emociones, ¿las perdería todas?

– Dejaría de importarte lo que las personas dijeran de ti, nada te afectaría y podrías matar o robar sin sentir culpa o remordimiento.

Me mira fijamente – si perdiera la empatía y viviera en un estado de egoísmo total entonces, haría todo lo que quisiera, una vida sin consecuencias.

Entiendo, esto es lo que mis padres quieren para nosotros.

– Y sería la persona más triste del mundo.

– ¿Por qué?, dijiste qué harías lo que quisieras.

– Las personas no deben hacer todo lo que quieren, sí lo hacen, nada es especial, es como este festival, es especial porque pasa una vez al año, pero, si se celebrará todos los días, todos estarían acostumbrados a los lirios que brillan y caminarían a su lado sin mirarlos, también, pienso que una vida sin sentir afecto por otras personas, debe ser muy triste.

Tiene razón, muchas veces, mientras me miraba en el espejo, imaginaba el color de mi sangre y me veía cortando mi piel para poder mirarla, también pensé que sería divertido morirme.

Esa idea ahora me aterroriza.

Todo tiene un precio, ser fría, apática y caminar por el mundo sin remordimiento, a cambio de jamás ser capaz de entender el amor y la felicidad.

Lo que mi familia hace, está mal, pero sí lo digo en voz alta, me atarán y me darán el medicamento a la fuerza, no quiero eso. Ya casi es hora de que inicie el festival – debo irme, gracias por todo.

– Estoy a sus órdenes, ¡alteza!

No debería decir esto – también creo que eres lindo – momento de correr.

*****

Hoy es el tercer y último día, recojo mi cabello para trazar un pequeño cambio, es la primera vez que me peino de esta forma en muchos años.

– Te ves bien – me dice Carolina – se notan más tus orejas, deberías hacerte una doble perforación.

– Tendría que combinar dos pares de aretes, estoy bien así.

– Como quieras – se sienta sobre el sillón.

Estamos en nuestra clase de bordado y el tema de este y todos los años, redoble de tambores, ¡lirios!, mi profesora se saca un diez en creatividad, en navidad bordamos campanas, en primavera flores, en verano pájaros y en otoño calabazas, mataría por bordar algo diferente, como una planta naciendo de un corazón, o una mano saliendo de una tumba, o tal vez una trompeta con personas en lugar de notas y esto se volvió extraño.

– ¿Por qué sonríes?

Mierda, si digo algo incorrecto volverán a inyectarme – pensaba que me gustaría bordar algo más dinámico, como un corazón humano siendo atravesado por una flecha.

– No pensé que de verdad te entusiasmará la cacería, me alegro por ti hermana, será divertido verte el año entrante.

Estuvo cerca.

Si me mantengo aferrada a la idea de vivir sin el medicamento, es así como será el resto de mi vida, una constante mentira.

No compartiré las alegrías de mis padres, no podré sonreír cuando ellos hablen sobre asesinatos ni entenderé sus risas y todo para ser capaz de sentir, comienzo a pensar que no vale la pena, ¿y ahora qué?, ¡estoy deprimida!

Y enojada…

¡Maldita sea!, es ridículo que tome tanto tiempo arreglarme, es un vestido, zapatos, accesorios, broches, peinetas y guantes, eso es todo, ¡cómo puede tardar tanto!, acaba de oscurecer, en menos de una hora tengo que presentarme en la fiesta.

– Aline vete.

– ¿Desea que le traiga algo?

– Lo que quiero es que te vayas, cierra la puerta y no entres hasta que yo te lo diga, quiero estar sola.

Baja la cabeza – sí, alteza.

Anoche no nos citamos, tal vez no esté, pero quiero comprobarlo.

Bajo con facilidad, salto sobre la hierba y camino de prisa hasta el gran árbol, llegué muy rápido y él está ahí, ¡qué bueno!

– ¡Qué suerte!, estás aquí.

Él, también se alegra de verme.

– Alteza, necesito que me diga algo, este árbol, ¿lo ha visto antes?

El gran árbol sobre nuestras cabezas con las ramas que se extienden en todas direcciones, es tan frondoso que apenas puedo ver la luna llena a través de sus hojas – sí, ayer y antier.

Niega con la cabeza – en la mañana, u otro día, antes del festival, ¿lo ha visto?

Es un gran árbol, gigantesco – debí verlo, ¿por qué?

– Anoche olvidé mi botella, fue un regalo de mi padre así que caminé para buscarlo y alteza – mira hacia arriba – no hay un árbol de este tamaño en el jardín del castillo.

– Debe haberlo, está ahí – lo señalo – los árboles no aparecen o desaparecen, crecen, por décadas o siglos.

Aprieta los labios – lo busqué, por todo el jardín y también le pregunté a los jardineros, a los guardias, todos me dijeron lo mismo, no existe un árbol como este, alteza, ¿usted recuerda cómo encontró este lugar?

Sí lo recuerdo – seguí los lirios.

Están a nuestro alrededor.

– Alteza – sus manos sujetan mis hombros – lentamente busque el castillo.

De repente me siento ansiosa, el tono de su voz es tan sombrío que hace que mi piel se erice y al mismo tiempo siento mis hombros calientes, giro despacio, veo los lirios dorados brillando a nuestro alrededor, el gran árbol, la luna llena y una inmensa oscuridad.

¡El castillo no está!

Debería ver las luces encendidas, es un castillo enorme, algo tan grande debería poder verlo, y también, un árbol como este, debí verlo por mi ventana, sin quererlo sujeto las manos de Demián – ¿dónde estamos?

– No estoy seguro, la primera noche los lirios me guiaron a este lugar, parece seguro y podemos ir y venir, solo nosotros en las tres noches del festival de las flores, me recordó a la historia de la diosa de la primavera.

Demián mira hacia arriba y yo sigo su mirada, la luna llena, en la historia un hombre se pierde en el bosque y llega al jardín de la diosa de la primavera en una noche de luna llena – no cortaremos ninguna flor – me apresuro a decir, no cometeremos el mismo error que el ladrón, yo no quiero pasar el resto de mi vida en este lugar.

Y ahora, ¿por qué se ríe?

– Lo siento, después de que lo dije me di cuenta de lo tonto que era, no pensé que usted me creyera.

– ¿Qué parte es tonta?, hay un árbol mágico justo aquí.

Él esta…, aguantando la risa, bien, no necesito preguntarme qué emoción es esta, justo ahora, estoy molesta – sí es tan tonto, debería arrancar un lirio y ver cómo te las arreglas.

– ¡No!

Latido*

Sus manos rodean mi cintura y su pecho cubre mi espalda, la sensación es tan cálida, como si una manta cubriera todo mi cuerpo, su cabello rosa mi oreja, escucho los latidos inusuales de su corazón y puedo sentir el aroma que emana de su cuerpo, no parece olor corporal, debe ser una loción, él está, demasiado cerca.

Nuestros ojos se encuentran.

– Lo siento – me suelta.

Mi piel está fría de nuevo.

– Pienso que podríamos intentarlo mañana, hoy es el último día del festival, mañana por la noche los lirios dejarán de brillar, si es así, tal vez fue solo una coincidencia, como la diosa de la primavera que dejó la puerta abierta de su jardín.

Podría ser, ninguno de los dos cortó una flor y nadie…, yo vomité sobre las raíces del árbol – tal vez este no es el jardín de la diosa de la primavera, tal vez solo es un árbol – estoy muy segura, si este fuera mi jardín y yo fuera una diosa, ya me habría maldecido.

– Tal vez – voltea a verme – ya es tarde, el festival comenzará pronto.

Es cierto, el tiempo que tenemos juntos es muy corto – sí mañana en la noche el árbol no está, ¿cuándo volveré a verte?

Sonríe – alteza, usted puede verme cuando quiera, es la princesa, solo necesita llamarme, estaré ahí.

Latido*

Ser una princesa, de pronto me parece grandioso.

– Hasta mañana.

Los lirios me muestran el camino de regreso, subo a mi habitación, reviso que Aline no haya entrado y al dar la vuelta y cerrar la ventana me detengo para levantar la vista muy lentamente.

Veo el jardín, los arbustos recortados en figuras geométricas, la fuente, los lirios dorados, la barda y tal y como Demián lo dijo, no hay un gran árbol de ramas extendidas.

El tercer y último día del festival, es esta noche cuando todos beben y la música es más ruidosa, ha sido así cada año y en lo único que puedo pensar, es en Demián Kourand, el aprendiz de caballero que sirve a mi hermano.