Mis ojos se abren de golpe, me incorporo quedando sobresaltada, mi pulso está acelerado y mi respiración es entre cortada
—Bree, tranquila, estás bien, estás a salvo
La suave voz de Max se hace presente, suspiro de alivio al notar que me encuentro sobre la cama y él sentado a mi lado, una de sus manos va a mi mejilla acariciándome con mimo, cuando estoy por acercarme un poco más hacia él, mi rostro se encoge al sentir una fuerte punzada de dolor
—¡Maldición!
Vocifero, él frunce el ceño, pareciera sufrir al verme así
—No debes de moverte mucho, te quedaste dormida en el camino, te traje en brazos a la habitación, nos tenías preocupados, no despertabas, mamá se encargó de limpiarte las heridas mientras aun estabas inconsciente, ella te ha vestido, así que no te preocupes, no te vi de
