Capítulo 4

2297 Words
—Bree, vamos a la cafetería —Lo siento, Alfred, tengo planes Arquea una de sus cejas y se cruza de brazos mientras caminamos por el pasillo, algo me dice que hará un numerito de esto —¿Qué planes? Pregunta, me encojo de hombros —Me invitaron un café, así que iré Suelto con una sonrisa, él detiene su andar y me toma de la muñeca —Bree Sus ojos color miel se clavan en los míos, es tan obvio, sabía que esto pasaría, pero debe entender que estoy lo suficientemente grande para cuidarme sola —Alfred, enserio, ya deja de ser un grano en el culo, me portaré bien, me cuidaré, no eres una niñera Traga en seco y suelta una pesada respiración —¿Con quién irás que estás tan sonriente? —¿Recuerdas al humano al que le borraste la memoria? Musito acercándome a su oído para que los humanos no sepan de lo que se trata, él asiente, noto como se tensa de inmediato, yo retrocedo un paso mordiéndome el labio —Bree, ese tipo no te conviene Su tono se vuelve serio y tiene una expresión de enfado, lo sabía, sus celos no tienen límites —¿Quién lo dice? —Yo, Bree debes entender que te puede hacer daño —Alfred, como ya te dije, no eres mi niñera, sé lo que hago Pongo los brazos en jarras, se pasa ambas manos por el rostro y me mira con detenimiento, está frustrado y debe estar buscando la forma de detenerme, pero no se lo pienso permitir, cierra un momento los ojos y luego niega con su cabeza —Como quieras, solo espero no termines por arrepentirte —Estás siendo muy duro conmigo Pone sus manos sobre mis hombros mirándome directo a los ojos —Entiende que solo te estoy cuidando —Puedo con esto, ¿Ok? Pongo mis manos sobre las que me detienen zafándome de su agarre —Ni hablar, nos vemos en la próxima clase, si te llega a hacer daño dime y lo muelo a golpes —Alfred, creo que no matarías ni a una mosca —Te sorprenderías Dice dando un guiño, niego con la cabeza divertida —Nos vemos, Alfred —Cuídate, ya sabes lo que tienes que hacer Asiento alejándome por el pasillo saliendo del edificio, las puertas de cristal se cierran a mis espaldas y miro hacia el aparcamiento —A ver, ¿Dónde estás Max? Pregunto en voz alta y observo hacia la dirección que me ha dicho, en la última fila justo en la tercera plaza veo una camioneta negra, ese debe ser su Jeep, sonrío encaminándome rápidamente atravesando el lugar, algunos chicos me observan, quizás me gano esas miradas por ser la nueva, pero logro escuchar más cuchicheos mientras me acerco más a la camioneta de Max, justo afuera de esta recargado en el lado del piloto, él —Tardaste, niña Musita guardando su móvil en el bolsillo de sus vaqueros —Lo siento, tengo un perro guardián que no me deja salir tan fácil Arquea una de sus cejas, hay algo en esa mirada que me atrae —¿Novio? Pregunta dirigiendo toda su atención a mí, niego con la cabeza —Amigo, mis padres me enviaron a vivir con su familia mientras estamos aquí Su mirada se suaviza, algo me dice que cabe la posibilidad de gustarle un poquito, o por lo menos eso espero —Ya veo, bueno, si estuviera en su lugar también te cuidaría, ahora, andando, sube —Pensé que iríamos a la esquina —¿Y ya viste lo lejos que queda la esquina? Debemos usar el auto, anda, no te comeré Dice divertido, me muerdo el labio y rodeo el jeep hasta llegar a la puerta, abordo mi asiento cerrando de inmediato para ajustarme el cinturón, él sube y arranca el motor, noto a más personas viéndonos, no sé qué rayos pasa —Oye, ¿Por qué me miran tanto? Suelta una pesada respiración y me da una mirada —Tengo una reputación un tanto dañada, seguro piensan que haré algo contigo —Pero solo iremos a comer —Ellos no lo ven solo así, Bree, pero si estás incómoda podemos dejarlo para… —Me importa un carajo su opinión, vamos Interrumpo encogiéndome de hombros y una amplia sonrisa aparece en su rostro, creo que alguien está feliz de que almorcemos juntos, no me engaño, yo también estoy feliz, salimos de la plaza del aparcamiento y conduce hacia la calle —Me gusta tu estilo, Ohio, ahora dime, ¿Cuánto tiempo estarás en la ciudad? —La verdad no lo sé, estoy probando algo de suerte aquí, quiero ser más independiente, pero es un poco complicado Me da una mirada rápida mientras yo recargo mi cabeza contra el asiento, su Jeep es bastante cómodo, me gusta su estilo —¿Complicado? Pregunta, suspiro mirando hacia el camino —Es difícil conseguir un empleo, quiero un trabajo para ganar lo suficiente para un alquiler, pero tener el tiempo para la escuela y las tareas —Tengo una proposición, pero necesitas ser de mente abierta —Adelante, soy toda oídos —En mi familia tenemos creencias algo excéntricas, mamá tiene una tienda de artículos esotéricos, yo suelo ayudarle en mis tiempos libres, pero la tienda ha crecido un poco y necesitamos una mano más, está buscando a una buena chica que le ayude a tener todo bajo control, rara vez me dejo guiar por mis instintos, pero estoy teniendo una corazonada con esto, sé que suena loquísimo, lo siento Ríe con algo de nerviosismo bajando la velocidad —Oye, no debes de avergonzarte, yo también tengo creencias paganas Arquea una de sus cejas mientras aparca el Jeep, veo una pequeña cafetería a nuestro lado, un par de mesitas redondas afuera, grandes ventanales que permiten ver hacia el interior, luce realmente acogedor —Bree, ¿Hablas en serio? Apaga el motor y se gira en su asiento para mirarme de frente —¿Qué tiene de raro? —No me sigas la corriente No tengo ni la menor idea de lo que significa esa frase, no soy un rio, lago o lo que sea para andar en una corriente —¿Qué? Suspira y sus labios se curvan en una media sonrisa, pareciera divertido —Eres un asco para esto de las expresiones ¿Cierto? Ruedo los ojos con algo de fastidio, odio que me juzguen por mi “Ingenuidad” bueno, creo más que sería ignorancia, pero no puedo ir por ahí diciéndole a todo el mundo que soy un hada, jamás lo entenderían —Solo no soy buena con las frases y haces que me ponga nerviosa Suelto sin pensar, me sonríe y mis mejillas se sonrojan al máximo, su mano va hacia mi gorra tomándola por la visera quitándomela, se acerca a mi besando mi mejilla haciendo que mi pulso se dispare, un aroma a menta invade mis fosas nasales, me agrada —Me encanta tu sinceridad, no te enojes conmigo, soy un imbécil la mayor parte del tiempo Suspiro mientras se aleja un poco de mí, solo lo suficiente para verme a los ojos —No eres un imbécil, no me gusta que las personas con las que convivo se ofendan, porque no soy de juntarme con idiotas Espeto frunciendo el ceño —Eres un caso, niña, me agradas, prometo tratar de ser menos imbécil, ahora, antes de entrar dime, ¿Qué creencias tienes? —Tengo raíces celtas —¿Estás en un coven? —Practico en solitario, creo que mejor sola que mal acompañada —Ni yo lo hubiera podido decir mejor, ahora, sí realmente te interesa un trabajo, puedo hablarlo con mamá, solo que te someterá a un interrogatorio, es muy apasionada de sus creencias Dice haciendo ademanes, le devuelvo una sonrisa —No te preocupes, sé del tema y en verdad te agradecería mucho que me consiguieras ese empleo, creo que solo así podría ser un poquito más independiente y no tener encima de mi a Alfred todo el tiempo —¿Alfred? —Phillips, el hermano menor de Crystal y Simon Phillips Explico y veo como esa expresión de confusión desaparece de su rostro —¡Oh ya veo! Los conozco, Crystal no me dio clases, pero Simon es bastante estricto, metodología de la investigación me ha partido el culo por un tiempo Trato de ahogar una risita por su expresión —Si, Simon tiene un genio de perro rabioso, pero no me queda de otra más que estar en su casa —Lástima que las habitaciones de la universidad se saturan, creo que te hubiera venido bien el estar en una para no lidiar con nadie, en fin, tu bonita gorra se quedará aquí La deja sobre el tablero de su lado y sale del Jeep, lo imito, rodea rápidamente alcanzándome y me toma de la mano —Ahora Bree, conocerás el mejor lugar de Paninis en la zona, te van a encantar Abre la puerta haciéndonos pasar, me siento un poco apenada por tener que hacer preguntas tontas, pero mejor eso a una tonta que no pregunta, trago en seco mientras nos encaminamos hacia el mostrador —Max —¿Sí? —¿Qué carajos es un panini? Me mira desconcertado, me encojo de hombros en verdad no se a lo que se refiere —No inventes, ¿Es enserio? ¿No sabes lo que es? Agacho la mirada jugando con mis pulgares algo molesta —No estoy jugando Max, prácticamente me tuvieron viviendo en una maldita burbuja y odio que se burlen de mí Escucho como suelta una pesada respiración, una de sus manos se cuela bajo mi mentón haciendo que lo mire de vuelta —Lo siento, no fue mi intensión, solo me sorprendes, la mayoría sabe lo que es un panini, te explico, es una especie de sándwich pero hecho con pan italiano, yo prefiero el focaccia al ciabatta, tiene un sabor increíble —Por favor, pide por mí porque no sé qué elegir —Bien, ¿Alguna alergia? —No, ¿Por? Me da una sonrisa y caminamos un lugar en la fila —Hace poco vinieron unas chicas aquí, creo una de ellas se llama Susan, va en nuestra escuela, comió algo de ensalada y por poco muere asfixiada, es alérgica a una de las especias que le ponen al pan, fue todo un escándalo, le hablaron a la ambulancia y vinieron los bomberos porque en emergencias dijeron que era un incendio, yo solo veía de lejos como la chica se ponía como un globo —¡Wow! pobre —Si, por eso mejor prefiero preguntarte, no queremos accidentes —Gracias por cuidarme —Es un placer, Bree Me dedica una sonrisa y no evito sonrojarme no entiendo del todo lo que provoca en mí, seguimos avanzando en la fila hasta al fin llegar al mostrador, un tipo con un gran bigote nos atiende —Hola Tony, vamos a ordenar dos Paninis con pan focaccia Saluda muy familiar, el tipo no quita su mirada de la pantalla —¿Pollo a la plancha, BBQ o BBQ tocino? Pregunta al fin poniendo su atención en nosotros —BBQ tocino y no olvides las papas en gajos —¿De beber? —Bree, ¿Cola o sabor? —Cola está bien —Dos de cola, medianas Asiente tecleando a la vez que observa con atención hacia la pantalla, pareciera un robot —Son treinta y cinco dólares Max saca su cartera del bolsillo trasero y le entrega un billete al tipo que le devuelve el cambio, sin dudarlo, Max pone las monedas en un frasco que tiene escrita la palabra propinas —Gracias Tony El tipo asiente y nos alejamos a una de las mesas —El llamará en cuanto esté lista la orden —Es un tanto frío el tipo Me da una sonrisa tomando asiento —No es frío, tiene un grado de autismo, casi es un milagro el que trabaje, es eficiente en lo que hace Mis mejillas de nueva cuenta se tiñen de rojo —Lo siento, no lo sabía —Tranquila, no pasa nada, ahora dime, ¿Qué te gusta hacer? —Tengo una gran lista —Tenemos tiempo —Me gusta la música, disfruto de largas tardes con un par de audífonos y una gran lista de reproducción, me gusta nadar, me encanta ir a acampar, ya sabes, la aventura al exterior, también me gustan las películas —¿Qué tipo de música? —Casi de cualquiera y ¿A ti cual te gusta? —Rock, creo que se me nota hasta en la forma de vestir Extiende sus brazos mirándose así mismo, sí, tiene apariencia de chico malo, me gusta —¿Cuántos años tienes? —Veintitrés, perdí un año de escuela, otro día te diré el porqué, no creo que sea el momento, pero ¿Y tú? ¿Cuántos tienes? —Veinte, estoy por cumplir veintiuno, también me perdí de unos años, no me decidía que estudiar —Interesante, te llevo poco, me gusta, ¿Practicas algún deporte? —Sí esconderme de Alfred aplica como deporte, entonces si lo hago Respondo divertida ganándome una sonrisa de su parte —No creo que cuente, yo practico lucha, de hecho soy el segundo en el equipo de la universidad —¿Lucha? ¿No te ganas muchos golpes? —No, no es por presumir, pero soy muy ágil y me termino madreando a los tipos que se me pongan enfrente Da un guiño, el tipo del mostrador le hace una seña y se pone de pie para recoger nuestro almuerzo, Max me despierta demasiada curiosidad, tanto que creo que podría ser peligroso, pero vale la pena.    
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