PAOLA Quiero creer en Camilo, Dios sabe que sí, y debo reconocer que él hace un muy buen trabajo convenciéndome. Camino al supermercado, que me queda a solo tres cuadras de mi casa, puedo percatarme que no solo estaban molestando en mi casa, también en todo el barrio. Incluso, una vecina trata de calmar a su hijo pequeño que quiere salir corriendo y ella le indica que no puede, que están los policías por ahí y que anda un delincuente muy peligroso. Yo sonrío. Supieran... El supermercado está más lleno que otras veces. La gente está desesperada por comprar, como para luego esconderse y no salir por el "delincuente". De vuelta del supermercado, me detiene mi vecina. ―Cuídense mucho, dígale a Camilo que recuerde todas mis lecciones, él siempre fue un muy buen aprendiz, muy aplicado, sab