PAOLA ―¿Estás enojada? ―me pregunta preocupado. ―No, no. Es que estaba recordando... Pensando... Él baja la vista, al parecer incómodo con mi escaneo. ―Recordé cuando volviste a buscarme. ―¿Recuerdas eso? Estabas muy mal. ―Recuerdo que lloraste. Él traga saliva. ―Pensé que morirías ―expresa de un modo que sentí sincero. ―Y en vez de llevarme al hospital, te pusiste a llorar ―me burlo sin maldad. ―No te podía llevar en ese momento, tenía que detener tu hemorragia primero, en el auto no iba a poder hacerme cargo de ti y esperar por una ambulancia, era eternizar. ―¿Y qué más daba si me moría? Ni siquiera me conocías hasta ese momento. ―No. No sé. Algo pasó. No lloro muy seguido y tú fuiste la tercera causa por la que lloro. ―¿Tercera? ―Lloré cuando murió mi papá y yo est