ALEX Nunca nadie me había rechazado por una invitación para comer. Tampoco me había sentido tan confundido por todo lo que estaba pasando. Siempre mantenía el control de la situación, sin embargo, ver a Vanessa a actuar de esa manera me había descolocado hasta un punto en el que no sabía si estaba soñando y me decía a mí mismo que estaba actuando como un idiota al ir tras de ella. Pero vamos, era su esposo ante los ojos del mundo. Nadie podía quitarme ese papel, ni yo mismo podía hacerlo. Alcancé a Ricardo antes de doblar el pasillo que lleva al elevador. Lo tomé del hombro para que parara su curso. Tenía que hablar con él. — ¿Qué es lo que pretendes con Vanessa? —Ricardo se dio la media vuelta para encararme. — Llevar una buena relación con mi empleada. Si tú no has hecho lo mism