VANESSA Cuando Alex salió de la casa, en ningún momento me dijo que Isabela vendría por mí para llevarme de compras. No quería ir de compras. No se me antojaba desnudarme en cada tienda a donde fuéramos, ni tampoco probarme ropa donde más del noventa por ciento terminaría desechada porque no sé qué criterios o estándares no terminarían convenciendo a Isabela. — No me gustaría ir —le dije rotundamente. — Mi amor, entiendo que te sientas estresada porque los reporteros te van a acechar, pero comprarte un outfit creo que es indispensable —me dijo moviendo esa melena afro de un lado a otro. — No creo que sea una buena idea —le dije frotando mis manos por el nerviosismos que sentía en ese momento. Isabela tan solo suspiró antes de volver a hablar con resignación en su voz. — Sabía q