CHANTAL No sabía si el universo me odiaba o me amaba tanto, que me dejaba las batallas más espantosas para volverme más fuerte. Era como si se le había dado la regalada gana de entretenerse un rato con mi miseria. Me costaba trabajo ver que el desgraciado de Franco hubiera seguido adelante como si nada hubiera pasado con su vida. Hace apenas un año que estaba a punto de casarse conmigo, tirándose a su mejor amiga, por otro lado, y ahora estaba feliz, acompañado de la nueva dueña para la empresa para la que trabajo. Hace un año las cosas eran diferentes, y yo también, pero tenía que adaptarme al cambio, aunque por dentro la sensación de ahogo presionara mi pecho porque me estaba topando de lleno con el pasado. Le di un trago a mi copa de vino mientras veía cómo Sabrina estaba saludando