Green

1202 Words
Su madre tuvo razón en algo, los pretendientes repentinamente aparecieron. El haber ido con un acompañante a la fiesta de la empresa, hizo saber que estaba disponible; después de poco más de un año de su viudez, los hombres a su alrededor sobreentendieron que ya no estaba guardando luto. No podían estar más equivocados. -¿Y ese arreglo? –Preguntó realmente asombrada cuando entró a su piso. Un florero de cristal contenía un bouquet de 24 rosas rojas, lucía sencillo, pero sumamente elegante. -Lo trajeron hace 15 minutos, son para usted – respondió Bella. Ángela, se acercó para tomar la tarjeta que estaba estratégicamente colocada sobre el ramo: “Sé que comenzamos con el pie izquierdo, acéptalo como una ofrenda de paz. ¿Irías a comer conmigo? Steve.” Entrecerró los ojos, sin poder evitar estar más sorprendida. ¿Qué era lo que estaban persiguiendo? ¿Hasta dónde estaban dispuestos a llegar? -¿Quiere que las ponga dentro de su oficina? –Preguntó Bella, interrumpiendo sus pensamientos. -Sí por favor – contestó. Si bien le gustaban las rosas, no le agradaba de quien provenían; no obstante, se recordó que estaba actuando, y debía mantener las apariencias. –Comuníqueme con Green – le pidió a Bella, antes de que abandonara la oficina tras dejar el ramo dentro. -Recibí su presente, muchas gracias por la atención – intentó escucharse interesada. -Es lo menos que podía hacer; sin embargo, la verdadera pregunta es, si aceptarás salir conmigo – él, le planteó sin preámbulos. -Sí, ¿hoy? –Tomó una resolución, estaba dispuesta a arriesgarse en el ámbito personal, aun cuando no se sentía cómoda, ya que habían pasado años desde la última vez que había tenido una cita; además de que Green era menor que ella y no le atraía en lo absoluto. -Paso a tu oficina a la 1 – le sonó como una orden, y el lado maternal retumbó en su cabeza: Green necesitaba ser educado. -Aquí lo espero – respondió fingiendo dulzura. Con sus actividades diarias, la hora de la comida llegó más rápido de lo esperado. Escuchó un ligero toque en la puerta, cuando levantó la vista, Green ya estaba adentro. -¿Lista? –Le preguntó con tono seductor. Ángela sonrió, le pareció divertida su actitud, especialmente porque ella no estaba interesada en una relación. -Sí – se puso de pie, tomó su bolso y caminó con seguridad a través de su oficina, con la mirada de Green sobre ella. Steve Green, mantuvo una conversación amena y lo más alejada de las cuestiones laborales, todo el trayecto y parte de la comida. -Y sólo por curiosidad, ¿ya se firmó el contrato con la alcaldía? –Ya habían terminado de comer, cuando finalmente preguntó. El radar de Ángela se encendió. –Aún estamos negociando – respondió un tanto con ambigüedad; información que Green ya sabía. ¿Cuál era su real interés? ¿O siempre había estado inmiscuido a diferencia de su padre? -Ya veo – se percató de la actitud de ella, y le dio un trago a su vino. -Ya sabes cómo es esto, debemos ser muy meticulosos con las cláusulas, no me gustan las sorpresas – le dijo con honestidad, intentando no perderlo. –Sé que tienes una especialidad en administración de empresas, ¿crees que podrías ayudarme con la revisión de ciertos documentos? - Observó la reacción de Green, que fue notoria, no pudo contener el brillo de emoción en su rostro. -¡Claro! ¡Estoy más que dispuesto! –Tenía que mantener a sus enemigos más cerca que a sus amigos. -¡Perfecto! Te enviaré los documentos a tu oficina ésta misma tarde – ya había revisado ella el contrato, e incluso había hecho algunas cuantas anotaciones, quería observarlo, ponerlo a prueba. Regresaron al corporativo, tal cual lo prometió, le envió el documento, y pasó el resto de la tarde con sus propias ocupaciones. Llegó a casa puntual para la cena, encontrándose con que Dawson estaba conversando con Max en el jardín, a solas, y parecían muy serios, ¿de qué estaban hablando? La cena pasó sin ninguna otra novedad, entre conversaciones y chistes de sus hijos, terminaron el día; aunque para ella era como su segundo turno. Estaba en el despacho, trabajando con Dawson. En ocasiones levantaba la vista, para observarlo concentrado en los documentos o haciendo anotaciones, pero su duda pudo más. Suspiró. Por primera vez en mucho tiempo estaba pensando en las palabras correctas, para no ofender a Dawson. –No quiero ser grosera, y espero pueda entenderme – Dawson levantó la vista, y se quedó observándola con atención. –¿De qué estaba hablando con Max en el jardín? –Terminó siendo directa. Dawson sonrió. –Al parecer quiere estudiar abogacía –Ángela se sorprendió, no lo sabía. –Estaba preguntándome acerca de eso. – -¡Gracias! –Realmente apreciaba que le hubiera dedicado tiempo a Max. -No tiene por qué agradecerme, me agrada hablar de mi trabajo – fue sincero con su respuesta, haciendo que Ángela sonriera. Una noche más pasó, en medio de documentos, intentando desglosar cada una de las evidencias que iban llegando y organizar todo para el caso. -¿Crees que vamos por buen camino? –Ángela preguntó con un poco de desesperanza. Dawson levantó de nuevo la vista, con poco entendimiento y ella lo notó. –Me refiero a que si lograremos encontrar las pruebas para que todos los inmiscuidos paguen –complemento el comentario. -Lo dije en serio Ángela – se estremeció, no solo por el tono con el que le habló, también por cómo se escuchó su nombre cuando lo pronunció. –Voy a hacerlos sufrir – de alguna manera, Dawson lo había hecho personal, y no descansaría hasta cumplir su palabra. ///// Ángela llegó temprano al corporativo, como cualquier día laboral. -¡Buenos días Bella! –Saludó con cierto entusiasmo. -¡Buenos días, Señora Vietz! –Comenzó a caminar detrás de ella, para darle el itinerario del día. -Steve Green, quiere tener una reunión con usted –Ángela entrecerró los ojos, ¿qué era lo que quería? –Le dije que tenía que revisar con usted, si podía hacerle un espacio por la tarde. – -Llámalo –Bella salió de la oficina para cumplir con su pedido. Mientras esperaba la llamada, pensaba cómo manejar la situación, tenía que tener tacto y paciencia para poder tratarlo, Green no era ingenuo, y sacarle la información que necesitaba, le iba a requerir toda su astucia. El teléfono sonó, y Bella le anunció que del otro lado de la línea estaba Green. -Buenos días, Hermosa – cada vez se atrevía más con sus palabras. -Buenos días, Green – no obstante, Ángela conservó la distancia, no quería darle una mala idea. –Me dijo Bella que necesita reunirse conmigo. – -Es correcto, ya revisé el contrato y me gustaría discutir contigo algunos puntos –le pareció sumamente interesante. -Bien, ¿le parece si comemos juntos de nuevo para discutirlos? –Le estaba dando migajas. -¡Me parece perfecto! ¿Pasó por ti de nuevo? -Una vez más notó su emoción. -Sí – sonrió, porque sentía cómo iba formándose un plan.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD