Los días se tornaron como su vida: doble. Cumplía con su horario laboral, manteniendo la empresa en constante vigilancia en la parte contable, permitiéndola crecer de nuevo; incluso, mantuvo el nuevo proyecto que por un momento consideró se perdería cuando recién regresó a su puesto. Por las noches, pasaba el tiempo revisando los movimientos contables del pasado, considerando que Ward estaba diciendo la verdad; y que Thomson era el culpable de todo, tal cual había declarado Méndez.
Dawson, atendía varios casos durante el día, viajaba a los tribunales si era necesario, o a recolectar papelería con sus clientes; pero por la noche, llegaba puntual para la cena con la familia Vietz, y estudiaba cada evidencia que le enviaba Murray, que pasaba todo el tiempo fuera del radar, evitando que alguien sospechar siquiera que estaban en contacto.
Las conversaciones entre Dawson y Ángela comenzaron como laborales, compartiendo información e intercambiando ideas, que de manera natural las pláticas fueron pasando a lo personal.
-¿Tiene familia Dawson? –Ángela, decidió preguntar cuando se levantó por una taza de café cerca de la medianoche.
-Sí – pensó por un momento, para después extenderse en la respuesta. –Tengo un hermano menor, quien aún está estudiando y vive con mis padres en Ciudad Kappa. –
-¿Ciudad Kappa? –Ella se sorprendió.
Dawson sonrió –Vine a estudiar la especialidad aquí, por una… llamémosle oportunidad laboral, me quedé por más tiempo del que debía – entonces se levantó para preparase también un café.
-¿Tiene planes de regresar? -Volvió a cuestionarlo.
-En algún punto de mi vida - sintió la añoranza en su voz. -Sé que quiero pasar mis últimos días en Kappa - le dijo en medio de una sonrisa, esa era una de las ideas más seguras que tenía respecto a su futuro.
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El día de la junta general con el comité, llegó. Presentó los balances, mostrando cómo no solo se habían mantenido, sino que comenzaron a crecer de nuevo. Todos tuvieron diferentes conjeturas respecto a los inconvenientes, iban desde que había sido un mal manejo por parte de Gabriel, hasta del Departamento de Contabilidad, ya que realmente nunca revelaron nada de las pruebas con las que contaban. Haber creado el nuevo departamento con Linda a cargo, no lo encontraron sospechoso; además, todos los movimientos turbios parecían haber cesado. Los nuevos cambios y el funcionamiento, pareció agradar a todos, se ganó la confianza y respeto, que al final era lo que buscaba ansiosamente, para poder que cada quien fuera revelando su verdadero rostro.
El juego comenzó en la fiesta anual con todos los empleados. Dawson la acompañó tal como le había solicitado, siendo una sorpresa para todos los que estaban en el gran salón cuando atravesaron la puerta juntos, con Ángela tomándolo del brazo.
-Licenciado Dawson, un placer verlo de nuevo – saludó amablemente Violeta; pero el tono que utilizó, alertó a Ángela, que algo se venía venir.
-Señora Wright – él respondió cortés, y tomó su mano para besarle el dorso; sabía cómo actuar frente a señoras de la alta sociedad, sabiendo que con eso podría obtener puntos a su favor.
Violeta sonrió, aún era un inmaduro para ella. –Discúlpeme por mi atrevimiento, ¿cree que podría traernos una copa de champagne a mí y a Ángela? –La reacción fue de segundos: ambos se vieron, sabiendo que Violeta quería hablar con ella a solas, por lo que Ángela le sonrió y Dawson asintió, para dirigirse al área de las bebidas.
-Es un poco extraño que vengas con el Licenciado a este evento – su madre intentaba sondear.
-¿Por qué? –Se hizo la occisa.
Pero por la respuesta, Violeta supo que tenía que ser directa. -¿Estas teniendo una aventura con él? –
-¡Por Dios madre! – Ángela prestó atención a su alrededor cautelosamente, con la esperanza de que nadie la hubiera escuchado.
-¡Escucha! Entiendo perfectamente tu situación; por supuesto que no te comparas con mi caso, ustedes ya habían hecho su vida cuando tu padre falleció, pero sé que puedes llegar a tener necesidades Ángela. Sólo cuídate de los caza fortunas, porque también los hay para nosotras – la experiencia en el asunto era innegable, sólo que no le agradaba la manera en la que se lo planteaba.
No quiso discutir con ella, después de todo no podía revelarle absolutamente nada del plan; por lo que cuando Green llegó para interrumpir, no se molestó en lo absoluto.
-Señora Wright, discúlpeme, pero quisiera que la Señora Vietz bailara conmigo esta pieza, claro si ella está de acuerdo – aunque prefirió que fuera Dawson, le dio una sonrisa, y aceptó para ya no estar con su madre.
-Adelante – a Violeta no le quedó de otra más que ceder, cuando vio que Ángela extendió su mano para que Green la tomara.
Dawson, llegó con las dos copas, pero ya había visto en la distancia a Green llevando a Ángela para bailar. Le entregó la copa a Violeta, y él se tomó la otra prácticamente de un solo trago. Al verla con otro, un sentimiento negativo se apoderó de él, no sabía el motivo, pero le dolió verla bailando con alguien más.
-Es mejor que no te hagas demasiadas ilusiones – le dijo Violeta permaneciendo a su lado. –Ella está fuera de tu alcance muchacho –se giró a verla, con molestia; aun cuando no tenía nada con Ángela, sintió pesar de que Violeta tenía razón. Él, era sólo un abogado que estaba luchando por obtener una reputación, además tenía que considerar la diferencia en la posición social y de edad.
-No se preocupe Señora Wright, yo mejor que nadie sé de qué se trata esto – no quiso responderle grosero, como creyó que se merecía; sin embargo, se sintió complacido al saber que ella no entendería su respuesta.
Mientras tanto en la pista de baile…
-¿Qué sucede Green? –Preguntó con cierta desconfianza.
-Llámame Steve, por favor – en algún otro momento, lo hubiera sentido una ofensa, ella no le había autorizado a tutearla; pero los fines iban más allá de eso. – Sólo quería bailar contigo Ángela – la tomó con más firmeza de la cintura, atrayéndola hacía él, haciéndola sentir incómoda. Ángela giró el rostro, Green estaba jugando peligrosamente y ella, prefirió buscar entre la multitud a Dawson, sin querer llamar demasiado la atención.
-¿Me permite está pieza? –Se sintió aliviada al escuchar esa profunda voz al lado opuesto de donde estaba su rostro.
-Está bailando conmigo –Green respondió con molestia.
-Le pregunté a ella –Dawson, contestó dándole una mirada retadora.
Ya estaba grande para estar en un trío amoroso, al menos eso fue lo que pensó, y más cuando el repentino interés era por conveniencia. –Muchas gracias Green por esta pieza, pero Jerome es mi acompañante para esta fiesta –Dawson sonrió victorioso, Ángela lo tomó de la mano, haciendo que Green se sintiera ofendido, y por ese motivo, se tardó unos segundos en soltarla, pero sabía que necesitaba abordarlo de otra manera, si realmente quería llegar hasta donde pretendía.
Ángela y Jerome se quedaron bailando, a la vista de todos.
-Por favor, no me dejes sola por tanto tiempo – casi le suplicó, tuteándolo, y cuando recordó que lo llamó por su nombre frente a Green, el anterior malestar desapareció por completo.
-No volverá a ocurrir – habló resuelto.
El resto de la fiesta transcurrió con conversaciones, con los empleados y con los socios; pero Dawson se quedó a su lado, incluso cuando Gabriel se acercó a ella. Se quedaron en el salón hasta que casi todo el personal se había retirado, y entonces la llevó a casa.
-Gracias por acompañarme, no sabe toda la ayuda que fue –Ángela le confesó antes de salir del auto.
-Ha sido un placer –Le dio media sonrisa, antes de ver como uno de los empleados de la casa Vietz, le ayudará a bajar.