Floreciendo en la Adversidad

Thomson

Ángela pidió comida para dos en su oficina; al ser ella quien lo invitó, no lo llevaría a un restaurante, además era el mejor lugar para conversar acerca de trabajo. Por supuesto que Green no esperaba eso; sin embargo, sabía que debía ir lento con ella, Ángela no era una más de sus conquistas, y ni por cerca se asemejaba en carácter o experiencia a las otras mujeres; tal vez podía ser la edad, le llevaba 6 años, y a eso le sumaba la trayectoria laboral que tenía, la cual no era un secreto.

Pasaron un poco más de su hora de comida discutiendo el contrato. Para sorpresa de Ángela, había hecho las mismas observaciones que ella, e incluso hizo una que le pareció buena idea, y que ella no había considerado. Pero entonces, ¿cuál era su objetivo? ¿Qué era lo que estaba buscando?

-¿Y bien? ¿Qué opinas de lo que te dije? –Green le preguntó entusiasmado.

-Son muy buenas ideas, en definitiva, cuando sea la junta pediré las modificaciones que ha mencionado – ella vio cómo cambió su expresión.

-Me alegró que vayas a considerarlo – le habló con más seriedad. En ese momento, como una revelación, encontró lo que buscaba Green.

-A menos que… -Green la observaba atento. –Creo que será mejor que asista a la junta – ella dijo con un poco de duda; pero vio cómo su rostro se iluminó, cual pequeño con juguete nuevo. –De esa manera tendrán una mejor explicación de usted – terminó con mayor seguridad.

-¡Por supuesto! Dime cuándo es, para agendarlo –Ángela le sonrió, con la certidumbre de haber descubierto lo que quería: atención y tal vez una posición de poder. Como todos en esa empresa.

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Esa noche, Dawson llevó un pizarrón muy grande a la casa de los Vietz, donde comenzó a armar su caso cómo se veía en las películas, con recortes o anotaciones de palabras clave, que a la vista de cualquier otra persona no tenían sentido; pero para él, todo estaba muy bien organizado. Y para su sorpresa, Ángela entendió a la perfección sus “garabatos”.

Ambos estaba frente al pizarrón, observando a detalle cada anotación. –Cada vez faltan menos pruebas –Dawson reveló con emoción permeándose en las palabras, haciendo que Ángela sonriera. –No habrá nada que impida que afronten a la justicia. –

Ella se giró a verlo, observando la seriedad y satisfacción que emanaba. –Gracias – le dijo con emotividad.

Dawson se giró a verla, con el ceño fruncido. –No tiene nada que agradecer, aún no he hecho nada. –

-Has hecho más de lo que cualquier otra persona ha hecho –Ángela había sido honesta, así lo sentía. Dawson, no solo estaba haciendo su trabajo, había estado para ella, ayudándola y aconsejándola.

-Creo que no entiendo a qué te refieres – ella le sonrió.

-Eres de las pocas personas que considero tiene mi confianza – la confesión, lo hizo sentirse orgulloso de sí mismo; – y has permanecido ayudándome en todo este tiempo. –

-Quiero admitir que lo he disfrutado, en todos los aspectos – en ese momento, ella sintió un cambio brusco en el ambiente. El magnetismo entre ambos, la hizo sentir nerviosa. Aun cuando Dawson sintió lo mismo, no iba a dejarse llevar por el sentimiento, especialmente porque no quería malinterpretar la situación; y no era de esos hombres que veía a las mujeres como algo pasajero, le gustaba inmiscuirse en relaciones de manera total y entregada. –Sobre todo porque el caso, es por demás una oportunidad para obtener reconocimiento – aunque no era lo único por lo que lo había disfrutado; sin embargo, no se lo hizo saber. Ángela sonrió, tuvo una dualidad en su reacción, aun así, se sintió tranquila al saber que no tendría que lidiar además con los sentimientos, suficiente eran las cuestiones laborales y el asunto del homicidio.

-Dawson, no importa el resultado al que lleguemos, tiene mi apoyo para cualquier cosa que necesite – le dijo de manera desinteresada y sincera. Él se percató del cambió de tono que hizo, ella le había hablado con profesionalismo otra vez.

-Agradezco sus palabras y su oferta, pero usted mejor que nadie sabe, que no hay nada como llegar a la meta por uno mismo –Dawson respondió sin querer escucharse grosero o malagradecido.

Ángela se carcajeó, compartía esa visión. –Le entiendo completamente; sólo que si algún día necesita algo, quiero que sepa que si decidiera acudir a mí, no lo juzgaría – le aclaró y él entendió, por lo que sólo asintió.

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-¡Buenos días, Ángela! –Green, saludó con entusiasmo cuando entró a la oficina, llegando a tiempo a la cita que tenía para la revisión de los pormenores para la junta con los inversionistas.

-Buenos días, Green – ella ya lo estaba esperando, después de todo Bella lo había anunciado.

Tomó asiento frente al escritorio, con los documentos. –Le pedí a Michael que nos acompañara. –

Ella se mantuvo inexpresiva, aun cuando la idea no le había agradado del todo, especialmente que le hubiera compartido la información con la que habían estado trabajando; pero entonces, pensó que sería una buena oportunidad para acercar a Thomson. {{Enemigos cerca.}} –Me parece bien – fue lo único que dijo, e inmediatamente después se escuchó el intercomunicador, anunciándolo.

Michael Thomson entró a la oficina. El castaño saludó con educación y amabilidad, con una sonrisa agradable y honesta. Se mantuvo atento a toda la conversación que Green sostuvo con Ángela, permitiéndole a ella percatarse que se estaba enterando recién de los detalles del contrato. Eso s[olo significaba que Green no había revelado nada.

-¿Qué opinas Thomson? –Le preguntó Green, mostrándole cierto respeto, haciendo que Ángela le prestara atención.

-Me parece que lo han preparado todo bien, especialmente las cláusulas para los inversionistas – le respondió de manera honesta.

-Como m*****o del ramo del transporte, creo que también deberías estar presente en la reunión –Green lo estaba invitando, lo que no agradó para nada a Ángela; sin embargo, ella se mantuvo imperturbable. Quería manejar primero la actitud de Green, descubrirlo en su totalidad; por lo que vio cómo una complicación agregar a Thomson en la ecuación; sólo le quedaba adelantar sus planes.

-Green tiene razón, deberías acompañarnos – ella le concedió.

Thomson no hizo ningún cambio en su actitud. –Está bien. -