Maddie estuvo toda la mañana muy ocupada, estuvo de un lado a otro, su abuela ya no iba a trabajar, así que ahora sí era la mano derecha del presidente de la compañía. Había tenido una reunión muy importante de la cuál había salido exitosa, Ginna y Eddy eran grandiosos trabajando juntos, de hecho ella podía llevarle el ritmo a ambos, amaba su trabajo y siempre se había propuesto ser mejor cada día. Al medio día, llegó una mujer increíblemente hermosa, su cabello pelirrojo natural resaltaba sus hermosos ojos verdes y un cuerpo que cualquier mujer envidiaría, pero no le gustó la mirada de esta y ver como la ignoraba mientras seguía directo a la oficina de su jefe. —Disculpe señorita no puede pasar — dijo deteniéndola antes de que entrara —¿Sabes acaso quién soy? — preguntó la mujer t