La mañana siguiente.
William fue hasta el comedor para desayunar, pero se encontró con la sorpresa de que quien hizo el desayuno fue una empleada y no su esposa como cada mañana.
—¿Vicky donde está mi esposa?— Preguntó William mientras tomaba un poco de jugo.
—Su esposa no ha bajado de su habitación, así que, por eso ordené que le prepararan el desayuno— Dijo Vicky en defensa de Aurora.
William se levantó bruscamente de la silla, sin pensarlo mucho subió las escaleras, entró a la habitación de Aurora soltando la puerta de golpe al entrar.
—¿Quién te crees para no levantarte y hacer el desayuno?— Le preguntó a gran voz.
Aurora no respondió, de hecho estaba arropada de pies a cabeza.
—¿No vas a decir nada? Aurora más te vale que te levantes y me hagas el desayuno— Le gritó una vez más
