—William mira bien porque la única mujer que podrá bailarte en los próximos días, será tu esposa Gretel— Decía Ezequiel en tono de chiste.
—Querido Ezequiel, desde que conocí a Gretel no me ha interesado nadie más, así que, eso no es problemas para mi— le respondió como todo un hombre enamorado.
Las bailarinas empezaron a bailar para todos ellos, un poco de alcohol le caería muy bien, solo serían algunos tragos para pasar la noche.
William ama tanto a Gretel que no tiene espacio para engañarla con otra mujer, sus sueños se habían cumplido, sería padre, la mujer que tanto quiere le daría la familia que tanto ha deseado.
Finalmente unos días después, era la noche antes de la boda, por lo que los padres de Gretel invitaron a William a una cena especial.
La familia Colin estaba feliz porque su hija se uniría a un hombre forrado en dinero, incluso había estabilidad económica para ellos.
—Queremos hacer un brindis por este matrimonio, finalmente mañana se van a casar— decía Cristina, la madre de Gretel y Aurora.
Todos levantaron sus copas y chocaron, estaban muy contentos por la unión, la única persona que parecía sentirse incómoda, era aurora.
—Cariño ya mañana nos casamos, todo está listo para nuestra boda— dijo Gretel entusiasmada.
—¡Así es! Seremos muy felices, prometo cuidarte toda la vida— William le devolvía el cumplido.
—Nosotros vamos a retirarnos, tenemos que ir a una reunión de negocios, pero fue un placer William tenerte en casa— decía Henry mientras se levantaba de su silla.
Los padres de Aurora y Gretel, se retiraron a su reunión de negocios, mientras que William y Gretel se sentaron en la sala a llenarse de besos, Aurora prefería no ver eso, aunque no importaba, al final ella era un fantasma para ambos.
William no volteaba a verla, eso dolía en el corazón de Aurora, debía conformarse con ser solo la cuñada, y tratar de olvidar ese sentimiento por el futuro esposo de su hermana.
Mientras Aurora estaba en su cama , unos minutos después, Gretel entró a la habitación, su sonrisa sarcástica hacía que su hermana se molestara.
—Aurora querida, espero que tengas un vestido adecuado para la boda—dijo Gretel mientras cruzaba los brazos.
—No te preocupes por mi ropa hermanita, preocúpate por favor por ti, serás una novia muy linda— dijo de corazón.
—Ya sé que seré una novia encantadora, tengo todo listo para lucir radiante, por favor no sufras por ver a William casarse conmigo—
—Gretel no menciones eso por favor, te gusta hacerme daño, me siento feliz por ti, vas a formar una familia con el hombre que amas”, le dijo tajantemente.
—Aurora, ja, siempre tan buena y entregada a la felicidad de los demás— Gretel sabía que su hermana tenía un gran corazón, aunque realmente lo decía de burla.
Aurora se tiró la sábana en todo el cuerpo, deseaba que Gretel saliera de la habitación y lo pudo lograr, estaba realmente dolida.
William jamás se había detenido a mirarla, él era simplemente un amor platónico, alguien intocable, a quien solo tendría que ver de la mano de su hermana.
Durante unas horas de la noche, Gretel volvió a la habitación de Aurora, encendió las luces para despertarla.
—Aurora déjame por favor dormir aquí, se ha dañado el aire acondicionado y no puedo dormir de la calor, necesito descansar, no quiero amanecer con ojeras, mañana es mi boda—le dijo en tono de una orden que cumplir.
Aurora solo suspiro profundo, tomó su almohada y se fue hasta la habitación de su hermana.
Se sentía muy traumada con todos esos acontecimientos, su hermana Gretel disfrutaba verle la cara cada vez que mencionaba esa boda, ahora ella debía pasar calor para que pudiera dormir bien.
Aurora aceptaba fácilmente su vida, así que, se tiró en la cama, se quitó la pijama hasta quedarse en ropa Interior, realmente hacía calor, pero debía tratar de descansar, así que, apagó las luces.
Aurora dormía tranquilamente, hasta que sintió un cuerpo sobre ella, no pudo evitar asustarse, no esperaba eso, aunque por un momento llegó a pensar que estaba soñando.
—¿Qué pasa?—preguntó Aurora en voz baja.
—No pasa nada, solo quise venir porque te deseaba— dijo William para su sorpresa.
—William yo no..—antes de que pudiera decir algo tapó su boca para que no siguiera hablando.
—No te preocupes cariño, esta será la última vez que venga aquí— le respondió.
William besaba los labios de la persona equivocada, Aurora intentó decirle que no era Gretel pero él prefirió por callarla, ahora no sabía cómo salir de ese momento.
William besaba apasionada a Aurora, sus besos eran un aroma impregnado, se sentía en las nubes, tocaba sus pechos y con su boca los acariciaba, recorría con su mano su parte más íntima, sus gemidos eran tímidos, pero lo disfrutaba.
William sabía cómo hacer disfrutar a una mujer y Aurora no era la excepción.
Inesperadamente para Aurora, William se entró dentro de ella, sintió un leve dolor, pero aún así le gustaba.
—Cariño estás muy apretada esta noche—dijo William sin imaginar que estaba haciéndole el amor a la persona equivocada.
Aurora no dijo nada, solo quería disfrutar de los movimientos que ejercía William sobre su cuerpo, disfrutaba de cada beso, cada cambio en la cama.
William cada vez más se movía más rápido sobre ella, hasta el momento de la liberación dentro de ella.
William terminó un poco exhausto y dejó caer por completo su cuerpo sobre el de Aurora.
La respiración de Aurora solo se escuchaba agitada, no podía hablar, no pensó jamás que su primera vez fuera de esa manera, pero lo que que si imaginó muchas veces es que era con William.
William se levantó y se empezó a poner su ropa, le dio un beso apasionado nuevamente a Aurora, disponía irse hasta que se devolvió.