Un dólar.

1015 Words
La sonrisa de Aurora era espléndida, estaba lista para responderle a aquel empresario de negocios. —Señor su empresa funciona gracias a la empresa de telecomunicaciones de mi esposo, el gens paso que ha tenido la tecnología que ha creado mi esposo, ha hecho que hoy usted sea parte de esta reunión— Le dijo con seguridad. Algunos se rieron y otros solo se sorprendieron, no esperaban que una mujer les recordara de donde venían sus éxitos. Finalmente después de ese round, los empresarios dejaron a William y Aurora solos, no les quedó deseos en lo absoluto de quedarse allí. —Eso fue fantástico, pero para la próxima quédate callada, no hagas a las personas quedar en ridiculo, la única que puede quedar en esa posición eres tú— Le dijo mientras la sostenía de la mano y la apretaba con fuerzas. Durante toda la noche, Aurora decidió permanecer en silencio, su esposo era un poco agresivo, así que, prefería no decir nada. Después que William decidió irse, un empresario lo detuvo, y se le acercó. —William tienes una hermosa mujer, deberías prestármela— Dijo el empresario, se notaba que estaba un poco ebrio. —¿La quieres?— Le preguntó William con seriedad. —¿Quién no desearía pasar un rato con ese monumento de mujer?— —¿Cuanto pagarías por ella?— Pregunta William. —Lo que me pidas—Dijo sonriendo. —Dame un dólar por ella y pasarás la noche disfrutando de su cuerpo— Dijo William mientras miraba fijamente a los ojos a Aurora. El empresario rápidamente sacó de su bolsillo un dólar y se lo entregó a William, Aurora no podía creer que para su esposo ella valiera solo un miserable dólar. —¿Te has vuelto loco? ¿Tanto me odias como para entregarme q un desconocido?— Preguntó Aurora con llanto. —Por favor complace al hombre que me ha pagado por ti. La fiesta era un un hotel de lujos, así que William obligó a Aurora a subir a un ascensor junto al empresario, él los guió hasta una habitación e hizo que Aurora entrara a la fuerza. —Está habitación será testigo de lo que hagan esta noche— Dijo como sino le importará en lo absoluto lo que estaba haciendo. —William no me dejes aquí con este hombre, esta ebrio y no lo conozco, por favor apiádate de mi— Le suplicaba mientras se arrodillaba frente a William. —¿Piedad? ¿A caso la tuviste cuando mataste a tu hermana con un veneno? Ja ja ja, no pidas algo que no das— Fueron las últimas palabras de William al salir de la habitación. El hombre empresario estaba ebrio, tomó por un brazo a Aurora y la levantó del suelo, ella luchaba Pat a que aquel hombre no la tocara, estaba totalmente a su Merced. —No por favor, no, no, déjeme— Gritaba Aurora con todo galillo. —Yo te compré y ahora serás mía, solo me costaste un dólar y voy a disfrutar de ti— Le dijo aquel hombre. Aurora estaba perdiendo las fuerzas en su brazos para continuar luchando, estaba cansada, ya no podía más. Aquel hombre intentaba besarla y tocarla, y con las pocas fuerzas que le quedaban ella lo impedía. De sopetón la puerta de la habitación de abre, William hace que aquel hombre se levante del cuerpo de su esposa. —¡Ya basta hombre!— Dijo William con calma mientras lo hacía a un lado. William miró a Aurora y notó que de tanto llorar su buen maquillaje se había derramado por toda su cara. —William usted me vendió a su mujer por un dólar , debe cumplirme— Decía el borracho en su defensa. —Señor aquí tiene su dolar— Decía William mientras se lo ponía en sus manos. —No es Justo, un trato es un trato— —Señor si no quiere que hable ahora mismo con su esposa, mejor lárguese— Le decía William con calma. Aquel hombre desconocido se marchó cuando le mencionaron a su esposa, era mejor no tener inconvenientes con su mujer. Aurora permaneció parada hasta que aquel hombre estaba ahí, pero de repente se desmayó, iba a caer al piso pero William fue muy rápido y la sostuvo con sus brazos. William acostó cuidadosamente a Aurora en la cama, fue al baño por una toalla húmeda y limpió el maquillaje que se había corrido en todo su rostro. Realmente William se sentía ser el hombre más despiadado y miserable de toda la tierra, pero todo tenía una excusa, hacerle pagar por todo el sufrimiento causado. Después de una larga noche, Aurora despertó aún con su vestido puesto, estaba en la habitación donde casi abusan de ella sexualmente. Lo primero que los ojos de Aurora notan es que hay una pequeña tarjeta sobre la puerta, así que, se levanta rápidamente de la cama para leerla. —Cuando despiertes, solo abre la puerta, el chofer te estará esperando para llevarte a la mansión. De: William— decía la nota. Aurora caminó al baño para lavar su cara y al verse en el espejo notó que su maquillaje había sido limpiado. Cuando Aurora abrió la puerta, el chofer la estaba esperando, así que, se marchó hasta la mansión. Al llegar entró rápidamente a su habitación, abrió la dicha y entró con toda y ropa, se sentía sucia, aquel hombre la había besado y tocado. —Como quisiera odiarte William, pero algún día lo haré— Decía Aurora en voz baja, las lágrimas no se apreciaban porque el agua se derramaba por todo su cuerpo. Aurora se sentía la mujer más desdichada del planeta, solo vivía para ser torturada y vendida por un dólar. Unas horas después, Aurora decidió que era mejor recomponerse rápido, no le iba a dar cabidas a lo sucedido, de por si ya su vida era miserable por estar al lado de William. Aurora iba bajando las escaleras y William iba subiendo, cuando de repente, ella tropezó pero William terminó por atraparla.
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