Capítulo 12: Cacería y Reto

3928 Words
Kendrick Estoy sentado y ansioso porque sea medianoche. Mi mente trabajando para mi próxima maniobra. Tiara está en el baño con la vivaracha amiga de Fabian. Nuestro amigo la trajo de sorpresa. Cuando estábamos en la cancha, Fabi se veía nervioso y preocupado. Eso nos pareció extraño, él siempre es calmado, pero estaba distinto. Nos dijo a todos que lo más seguro iba acompañado al lanzamiento. Todos nos quedamos pasmados, en estos días él se pierde y se ha aislado. No le di importancia, pensaba que era por su mamá. Sin embargo, creo que huele a romance. La manera en que Fabi la mira y la cuida es a otro nivel. Estoy feliz por él, es bueno que se enamore. Esa chica es hermosa, claro está, no como mi Sirena. Fabi con su genio que se gasta debe agradecer a Dios que le enviara una pintoresca y hermosa chica a su vida. Recorrí la vista por el salón y me fijé en mis padres bailando una balada. Están muy enamorados y felices. Mi mamá es perfecta, está radiante con su vestido en oro y mi nana me deja sin habla. Amo a mis mujeres, mi nana no ha parado de decir: Te llevaste la lotería con esa chica. Quiero mencionar, que lo dice en cada oportunidad que puede y tiene toda la razón. Esta noche están todos mis seres queridos conmigo, me siento afortunado y sobre todo por tener a mi lado a Tiara. Ella cada vez me sorprende más, su reto me fascina y hace que mi adrenalina fluya. Siempre supe que bajo esa capa de timidez, nerviosismo se escondía su aventurera y estoy encantado de que salga a la luz. Ella está hecha para mí, es lo que faltaba en mi vida. Es mi adrenalina para siempre. La chica que me atrae, me vuelve loco y me hace vibrar. Jamás la soltaré, ella es mi adicción y por ella haré todo. Observo a la nana hablando con Jorge, ella siempre habla de recetas con él. Hoy Jorge está con sus rizos brillantes, tiene una camisa vino de manga larga, pantalón n***o de vestir y zapatos. Al lado veo a Timoteo con su sombrero n***o, copa alta, parece mago emo, tiene una camisa de cuadros y chaqueta encima negra. Su estilo es elegante, pero siendo Timoteo, mahón crema y tenis negros. Está hablando con una amiga y no ha parado de picar de los entremeses. Zuriel está vestido con pantalón de vestir crema, camisa de vestir blanca y tirantes. Zuriel se dejó el pelo suelto y está hablando con Pit0. Nuestro Pit0 nos ha sorprendido con su estilo, se ha cortado su pelo largo y ahora es de color blanco. Le queda bien, pero lo mejor es su camisa mitad blanca y mitad negra con su lacito. Me interrumpe de mi exploración Oscar, se acomodó a mi lado. Me percaté de su semblante enojado y trae dos tragos de ron con “Coca Cola”. Oscar me da mi vaso y de cantazo se vacía el suyo. Meneé mi vaso, lo observé y dejé que baje el trago caliente. Él está con una camisa de vestir blanca, pantalón n***o y unas botas altas. —¿Qué sucede? —Le doy un sorbo a mi trago y él levanta la vista. —Nada nuevo, ya desconecté —murmuró y me palmeó el hombro—. Es tu noche hermano y la pasaremos bien. Iba a insistir, pero aparece Fabian y no está solo, viene con Celia. Empieza a mirar a los lados con sus ojos maniacos, está nervioso y me coloca su mano en mi hombro Celia. —Hasta que por fin estás solo —su mano me incomoda—. Quería felicitarte por tu logro, pero te necesitaba sin novias —dijo Celia con su seguridad y frivolidad. Está igual que siempre, clamorosa, con su traje rojo sensual y su cabello rubio suelto le dan un toque exótico. Sus ojos verdes de tigresa, pero al mirarlos ves un muro y frialdad. Ella es bella, pero nunca me cautivó. Estar con ella fue sexo, simplemente eso y nada se compara con mi Sirena. Muevo mi hombro de cantazo y ella pasmada dejó su mano en el aire. No quiero que llegue Tiara y piense mal. Desde que estaban en el baño la otra vez juntas sé que algo pasó, pero Tiara no quiso hablar y tampoco quise obligarla. Estoy consciente de que Celia es insensible y se cree mi dueña. —Gracias Celia por venir y apoyarme —le agradecí monótono y cortando cualquier esperanza que pueda albergar conmigo. Ruidosamente carraspea Oscar, me aguanto las ganas de reír y ella voltea a mirarlo. —Oscar, ¿estabas ahí? —dice Celia con su voz fingida y se toca el pecho. —¿Qué tan pequeño soy? —preguntó con sarcasmo Oscar—. Por eso no me ves Celia. Ellos nunca se han soportado, ella se crispa y lo ignora. —¿Aún no llegan las chicas? —pregunta Fabian y mira hacia los lados. —Nada, iré por ellas —me voy a levantar y Celia me bloquea. —Mejor que vaya Fabian —indicó a mi angustiado amigo y me agarró la mano—. Ven a bailar conmigo Ken. Me siento tenso y veo que Fabian abre grandes los ojos. ¡Maldita sea! ¿Cómo me deshago de ella? Para complicar más el asunto llegan las chicas sonriendo, pero me fijo en el cambio de Tiara. Se pone seria al ver a Celia y su mirada baja a la mano de Celia. No se me escapa la alegría de esa arpía y me suelta al saber que jodió con la paz mental de mi chica. Celia cumplió con sembrar duda en mi Tiara y agradezco a la vivarachera de Dori por su ingenio. —Kendrick, no sabía que tenías una hermana —Dorian cortó la tensión y puso una sonrisa en sus labios—. Mucho gusto soy Dorian, me puedes decir Dori como la de Nemo —le tiende la mano y veo la rabia en Celia. Nunca le da la mano, pero en nada afecta a Dorian y me encanta su fuerza. —No soy su hermana, he sido algo… —Dorian la interrumpió. —Tienes problemas con tus manos —asintió y bajó su mano como si no la hubieran dejado plantada—, pero para tocar lo ajeno, ¿cierto? —su voz no es tan alegre y se ha puesto dura Dorian—. Tienes malos modales —levantó su ceja altiva y está demostrando que es de armas tomar—. Qué feo para tan finolis —comenta Dorian con seguridad. Todos nos reímos, incluso Tiara y Celia se puso en plan endemoniado. —¿Quién crees que eres? —sus manos puso en jarra y con su tacón pisoteó—. Eres una payasa, vuelve a tu circo. Dorian cierra sus puños, veo que Fabian la abraza por la espalda y le dice algo al oído. Ella empieza a calmarse y sonríe. Veo a Tiara reírse, pero no me mira y necesito sus ojos en mí. —Tienes suerte finolis, si no hubieras sabido lo buena que soy —alzó sus dos puños arriba—. Por supuesto, noqueando. Fabian se la lleva a bailar, en eso Celia no se rinde y empieza a j***r. —No me iré sin bailar contigo —volvió a poner su mano en mi hombro y me retiré haciendo que cayera su mano—. ¿Verdad, Tira? —mi Sirena la miró furiosa y agachó la mirada—, ¿qué no te molesta que baile con tu novio? Ni siquiera puede decir Tiara, ella es tan malvada. Por eso siempre dije que jamás me enamoraría de Celia. Tiara mueve sus manos, aún no fija su hermosa mirada en mí y de pronto al alzar su rostro se percibe su rabia. Me mira por un breve segundo y se acerca hacia Celia con su sonrojo vivo. —Me llamo Tiara, te había enseñado la última vez —resopló mi chica—. Tia. ra. —pronunció una sílaba a la vez—. No puedo esperar mucho de una joven con poca memoria —Tiara se ve a punto de golpearla—. Es lógico en alguien como tú —la miró de arriba abajo y Celia abrió la boca para discutir, pero no la dejó continuar—. Adelante, puedes bailar con mi novio —soltó como si fuera un juguete aburrido—, claro, te lo presto —su voz es sarcástica y hasta sonrió hipócritamente. ¿Qué demonios sucede? Tenía que decir: No. Por supuesto, soy la papa caliente de ambas. Tiara mira con rabia a Celia. Maldita sea, deseo esa mirada en mí, aunque sea de molestia. No quiero desperdiciar el tiempo en juegos mentales ridículos y de ninguna manera quiero bailar con Celia. Mis manos quieren tocar la cintura de mi Sirena, perderme en sus ojos y bailar con la que me hace perder la razón. —Tiara, nena… —me deja con la palabra en la boca y abierta. —Kendrick, baila con ella —con la mano me despidió—. Concédele esta pieza y bailaré con Oscar. Miré a mi hermano, él alza las manos al aire y está con su sonrisa maliciosa. Está disfrutando esta mierda, pero espera mi aprobación, nunca haría nada sin mi consentimiento y más con mi chica. Vamos juguemos esta mierda, asiento y él me saca la lengua. Agarré a Celia de la mano, la guie hacia la pista y no volteé a ver a mi chica. La canción que suena es la de Shakira y Carlos Vives, “La Bicicleta” y está en la parte del coro. La mirada invasiva de mi Sirena la siento encima y puse mi mano en la cintura de Celia. Mi chica quería ser fuerte, la pondré a prueba y seré un poco malo. Me aproximé a Celia y ella se contonea feliz. Tiara debió negarse, insisto y si se enoja, ella se lo buscó. Empiezo a cantar mientras me muevo con el ritmo. A tu manera, descomplicado En una bici que te lleve a todos lados Un vallenato desesperado Una cartica que yo guardo donde te escribí Que te sueño y que te quiero tanto Que hace rato está mi corazón Latiendo por ti, latiendo por ti Me encanta la canción, le meto sabor y Celia baila bien. Estamos meneando el cuerpo y por el rabillo del ojo veo a Tiara moviendo sus caderas. «¡Eso nena, muévelo!», la animé en mi mente. Suelto las caderas de Celia y ella dio una vuelta. Aproveché para observar a mi nena, se mueve con todo y Oscar le sigue el paso. Le tiré una guiñada a Tiara, aunque no lo crean, siento que bailamos juntos aun estando separados. Mi chica me gana y me deja sin respiración cuando hace con sus manos un corazón y lo mueve como si latiera. Pero lo mejor es que me señala, su corazón late por mí y no me puedo mantener lejos con ese detalle. —Disculpa —volví a ver a Celia y se ve enojada, al parecer vio nuestra demostración de amor. Hundí mis hombros con una sonrisa de picarón y me acerqué para que me oyera por encima de la música—, no puedo apartarme de ella. —¿Qué? —comenta fingiendo que no entiende, pero no contesté y la guie por la cintura hacia Oscar. Oscar me ayuda, sin hablar se dio cuenta de mis intenciones y tiró de Celia, la pega a su pecho y atraje a mi nena a mi cuerpo. Mis manos se van directo a sus caderas, nos dejamos llevar por el ritmo pegajoso y la besé. Me recibe, nos besamos y ella demuestra lo mucho que late por mí. Al morder su labio, chupar y soltar, ella gimió. Me empuja, baila sensual para mí separada y sigo sus movimientos. Veo que Fabi viene aplaudiendo, empieza a bailar con mi chica y los dejé compartir. Veo que Celia se marcha dejando a Oscar solo, él se acerca muerto de la risa y agradezco que se fuera. —Se fue echando chispas, quiero que sepas —susurró en mi oído—. Su ego quedó por el suelo. Hermano, la dejaste con la lacra de tu amigo —soltó con su sarcasmo presente y nos empezamos a reír. Mis ojos siguen las caderas de Tiara, me percaté que la pandilla completa está bailando y aplaudiendo alrededor de nosotros. Somos una familia, siempre juntos en todo. Mi Sirena se acerca sensual y mis ojos siguen sus movimientos. Tiara se agarra de mi cuello con su sonrisa radiante y cantamos. Lleva, llévame en tu bicicleta Óyeme, Carlos, llévame en tu bicicleta Que si a Piqué algún día le muestras el Tayrona Después no querrá irse pa' Barcelona Lleva, llévame en tu bicicleta Nos quedamos bailando canción tras canción y hemos bailado todos juntos. Sin problema alguno las chicas han bailado y he visto lo bien que se llevan ambas. Me gusta verla feliz con una amiga, ella merece todo. Luego nos sentamos a comer, estamos todos en la mesa y mi padre hace un brindis. —¡Brindemos por mi hijo —alzamos las copas—, por nuestra maravillosa familia extendida y por cada uno de ustedes! —papá recorrió con la mirada a cada uno de los presentes—. ¡Gracias por su apoyo! —¡Salud, salud! —decimos al unísono y chocamos las copas. Empezamos a aplaudir y hacer mucha bulla por el brindis. Mi padre hace reverencia, entrega el micrófono y viene hacia la mesa. Me levanté, lo alcancé con un abrazo y todos aplaudieron. Volvemos a la mesa juntos, mi mamá nos recibe y me besa de piquito. —¡Eres adorable mi Ken! —dice mi mamá y mi abuela sonrió apretándome. Comimos entre una charla amena y en familia. Es hora del discurso y no preparé nada. Me recargo en los ojos de mi chica y pasé la mano por su hombro. No me importa subir con la cabeza en blanco, simplemente pienso en mi reto. Estoy a cuarenta minutos de que sea medianoche, casi nada para cumplir mi reto. Coral se aproxima hacia la mesa y justamente en mi dirección. Gracias a ella mi chica está preciosa, debo agradecer y la saludo. —¡Gracias, Coral! —dije cuando llegó al frente de mi silla y ella sonrió. —Sabes que a tu madre no puedo negarle nada —su voz es artificial, no sé, nunca me suena real. Siempre la he sentido envidiosa y supuestamente es la mejor amiga de mamá. Pero nunca me ha latido. ¿Será por su natural frivolidad? Ella sonrió tan plástica hacia mi Sirena y creo que sus mejillas se romperán. —¡Hola Coral, que bueno verte! —comenta Tiara y su sonrisa hermosa le regaló. Coral se inclinó para darle un beso en la mejilla a Tiara y no le compro tanto afecto en ella. —No podía dejar de saludarte —Coral juega con su pulsera en la muñeca—. Ya vi que conoces a mi hija. La duda en la cara de Tiara se refleja y nos mira ambos. Cuando voy a hablar se acerca su hija, su joya y trofeo. —Mamá, aquí estás —Celia se guindó del brazo de Coral—. No molestes a los novios —dijo disgustada y nos miró seria. La cara de Tiara es de confusión, se puso roja y se levantó de la silla. Sin hablar se va, al parecer mi mamá no mencionó nada. Me voy detrás de ella, va casi corriendo, pasa a los meseros y casi tumba a uno. Pero me bloquea mi socio Felix, no puedo ignorarlo y estoy atrapado. —Kendrick, el discurso es ahora y no hay excusa joven —comenta el Sr. Felix y maldigo por lo bajo. Mi socio me guía hacia la tarima, mis ojos siguen a Tiara y la vislumbré irse hacia los baños. Frustrado me pasé la mano por la cabeza. Empieza hablando Felix, no presté atención a nada y solo tengo cabeza para Tiara. Logré hacerle señas a Oscar, es que amo a mi hermano y se acerca a la tarima. Me puse de cuclilla y no perdí tiempo. —Hermano, busca a Tiara —susurré angustiado y él asintió escuchando—. Se fue huyendo hacia los baños —se giró a verme con el ceño fruncido y alcé un hombro—. Quiero que escuche mi discurso, si logras eso te debo una en grande. Él asiente, me dio su mirada de, dalo por hecho y se marcha corriendo hacia los baños. Mi corazón late rápido y me levanté tenso. Me puse al lado de Felix y disimulé que todo marchaba de maravilla. Siento la mirada invasiva de Celia y su cara de alegría no me sorprende. Esa arpía cree que arruinó todo y caeré a sus pies. Se equivoca, mi historia con Tiara nunca terminará. Me niego a soltarla y le recordaré siempre que nos necesitamos. Los ojos de mi chica me hacen girarme en su búsqueda y no me equivoqué. Esta es mi Sirena con su mirada fuerte junto a mi hermano. Ella se cruza de brazos, me muestra lo molesta que está y lancé un beso en el aire. No me importa que me rechace, su sonrojo está y sus ojos en mí no me sueltan. Eso nena, voy por ti y te recordaré que eres mía. Todos aplauden a la mierda que habló mi socio y me tiende el micrófono. Bajé la mirada, respiré profundo y me siento más que listo para luchar por lo que es mío. Encaré a las personas, sin embargo, mis ojos se detienen en ella, solo en mi nena. —¡Buenas noches! —hablar por micrófono no es lo mío, pero no le temo al éxito—. Realmente no preparé nada, las palabras nacen solas —las personas se ríen y cuchichean—. Quiero agradecer a mi socio y a la compañía por cumplir mi sueño —desvié la mirada al lado, buscando a Felix y él palmeó mi espalda sonriente—. Estoy muy emocionado de haber logrado sacarlo al mercado, es un logro de muchos más que vendrán —apreté el puño arriba—. Su nombre no lo tenía pensado, era complicado porque quería un tema que valiera. Algo único, con sentido para mí. Al conocer a mi novia… —he vuelto a esos ojos enormes, pendientes a mis palabras— me dio luz y el nombre salió. Desde que la conocí he sido cazado y cada momento con ella es un reto. ¡Dios! —me sobresalté y ella se ve anonadada—. Ella es mi gran reto cada día, simplemente soy el Kendrick real a su lado —admití al frente de todos mi amor por Tiara—. Espero que disfruten de mi videojuego. Que se dejen enamorar como yo, les presento: “Cacería y Reto” —los aplausos y silbidos no se hacen de esperar—. ¡Gracias! Muestro la pantalla, es la señal para que muestren un demo y veo que Tiara se tapa el rostro. Suelto el micrófono en la base, Felix me dio un abrazo con palmada y me bajé de la tarima. Camino hacia mi nena, al llegar saqué sus manos y vi sus lágrimas. La pegué a mi cuerpo, los aplausos y gritos van en aumento. Sin embargo, no puedo celebrar si Tiara no está bien. Puse mi mano en su barbilla haciendo que se enfocara en mí. Ella sonríe, beso sus labios y agarré su mano. Los flashes encima de nosotros nos persiguen y necesito sacarla de tantas miradas. Vamos hacia afuera, se siente la noche fría y veo que hay fotógrafos. Diría que muchos, necesito una distracción para estar solo y cumplir mi reto. Saqué el móvil y envié un texto a Oscar. Hermano, has un caos, atrae a los periodistas de afuera. Necesito privacidad, ¿entiendes? Oscar contesta: Caos ahí voy. Entiendo, cachondo. Me empiezo a reír por sus ocurrencias. Mi nena me miró con su sonrisa en los labios y la acerco a mi pecho. La vista aquí es hermosa, estamos en el último piso. La piscina está a un lado y el cielo a nuestra disposición. —No huyas así, nena —la regañé. —Necesitaba aire —se ha pasmado y pensaba ocultar el rostro, pero no la solté—, pensar en el baño y salí a la prisa. —¿Qué sucedió allá? —No sabía que la persona que me ayudó a vestir era la madre de la chica que me odia. La chica que desea a mi novio y fue una gran sorpresa —confesó. —Créeme, si mamá no lo mencionó es porque estaba envuelta en ti —mi madre tampoco sabe que no se llevan bien—. Debes saber que nunca me ha caído bien Coral, ella dice ser mejor amiga de mi mamá y no lo creo. Es envidiosa, son tal para cual ella y su hija. No es por hablar demás, pero siempre han sido falsas ambas y no soy de hablar de las mujeres. Pero sí me acosté con ella —Tiara se tensó por mis palabras, pero es necesario—, solo fue sexo y más nada. Tengo que ser sincero y poner las cosas claras. —Entiendo un revolcón —dijo afligida. Me da gracia la manera en que lo dice y ella me empuja. Me doy cuenta de que mi plan va en marcha. —¡Hey, vengan, adentro está que arde! —gritó un periodista. Todos van corriendo, es hora de actuar y agarré la mano de Tiara. —Vamos nena, es nuestro momento de huir. Entrelazamos las manos, no discute y se deja llevar. Paso de largo la piscina, el gimnasio y siempre mirando que nadie nos siga. Está todo despejado, me dirijo hacia el cuarto de mantenimiento y al voltear el pomo pido que esté sin llave. Uf, abrió y al entrar busqué a ciegas el interruptor. Al encender, cierro la puerta con seguro y estamos entre detergentes. Espero que no le dé claustrofobia, mira hacia los lados y sonríe. Miro el reloj, estoy a tiempo y ansioso por cumplir el reto. —Son las 11:54 pm, estoy preparado para calentar a la nena —comenté con la voz baja. Ella saca de los senos su celular, lo coloca en la tablilla junto a los detergentes y se voltea. Alzó su cabello, me dio acceso y me aproximé a su cuerpo. Deslicé la cremallera, su traje lo dejó caer, me deleito y disfruto la vista. Ella sale del traje, se giró dándome la cara y me pierdo en cada curva. Mis ojos recorren cada parte de ella, desde su respiración, su piel, su sonrojo y sus labios. —Me encantan las bragas, son cómodas —se pasa la mano por el borde y continúa—. Ven, toma lo que es tuyo —ronroneó mi gatita sexy—. Te demostraré mi agradecimiento por ellas. Sus palabras me calientan, me pierdo en sus montañas y nos amamos. Las caricias nos unen más, piel con piel y sudamos. Entre jadeos, besos y tacto llegamos juntos.
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