CAPÍTULO DIEZ Mientras Caitlin y Caleb sobrevolaban el campo israelí y el sol comenzaba a ponerse y la temperatura empezaba a bajar, Caitlin repasaba en su mente la inscripción que había visto en la pared. Decía: Cuando las tumbas se levantan, el olivo tiene muchas ramas. No tenía ni idea qué significaba. Caleb creyó que era una referencia, una pista que les indicaba que necesitaban ir al antiguo Monte de los Olivos, la legendaria montaña en las afueras de Jerusalén. Era un lugar místico, dijo, parte cementerio y parte olivar y, durante milenios, había sido uno de los lugares más importantes de la energía de los vampiros. Se rumoreaba, dijo, que era el hogar de la cofradía de vampiros más poderosa. No habían dejado de volar, mientras se dirigían al monte, a Jerusalén. Todo el tiempo, C