CAPÍTULO NUEVE Mientras se ponía el sol, Sam caminaba con Samantha por un área desolada de Jerusalén, alejada de todo. Habían estado caminando durante horas, Samantha lo conducía en silencio, y él la había seguido sin decir una palabra. Había algo en Samatha, siempre había habido algo en ella -que hacía que Sam quisiera estar con ella, seguirla, sin ni siquiera preguntar por qué. Sam pensó en la primera vez que la vio, en el Valle de Hudson, cuando ella vivía sola en esa casa. Era la primera vez que se había sentido atraído por alguien, y la primera vez en que se había enamorado. Mientras caminaban y Samantha lo conducía por las partes oscuras de la ciudad, los recuerdos de su relación le llegaron de golpe. Sam recordó su viaje juntos ese día en el Valle de Hudson, su llegada al parque