En la profundidad del bosque se encuentra aquella cabaña, propiedad de los Hoffman. Duros golpes se escuchan y mientras que la joven que se encontraba en un profundo sueño, se despierta con temor al no saber que esta pasando.
Lentamente se levanta y observa como ya es de noche. Los golpes se vuelve a escuchar.
Y con cautela se acerca a donde estos provienen.
-Alexander- susurra con temor al ver el estado en el se encuentra aquel joven.
Alexander se encuentra con una gran herida en la cabeza, toda su ropa se encuentra manchada de sangre ahora seca.
-¿Pero que te paso?- pregunta con preocupación.
-Vámonos, en el camino te explico pero tenemos que irnos ya- responde rápido y trata de tomarle las manos.
Krystine no sabe como reaccionar, y otro golpe se vuelve a escuchar pero esta vez de otro lugar.
A sus espaldas Christhop se encuentra con hacha y dando a demostrar el porqué de su apodo.
Demonio.
Como un demonio se encuentra el más joven de los Hoffman.
-Vámonos ahora- dice agarrándola de los brazos para empezar a caminar.
-Alexander, Alexander es mejor que la sueltes en este momento- la voz de Christhop sonaba gélida.
Krystine seguía sin saber que estaba pasando, pero con el temor cada vez más fuerte.
Christhop siguió acercándose mostrando su rostro, aquel rostro mostraba locura y cinismo.
No estaba bien.
Krystine sabía que el joven Hoffman no controlaba las emociones ni mucho menos las acciones estando en aquel estado.
Al estar frente a frente, Krystine se puso delante de aquel joven médico, quería protegerlo.
-Christhop mírame este no eres tu- le dijo suavemente, pero el joven eso no le importaba.
-Krystine apártate- vocifero molesto.
Aún con miedo la joven puso sus manos sobre el rostro de aquel demonio.
Quería que su mirada azulada se centrara solamente en ella.
Solamente son ellos dos contra todos.
Era eso lo que el joven demonio y ella pensaban.
A partir de esa distracción el joven enfermo agarró un jarrón estrellándolo en la cabeza de Christhop.
Krystine ahoga un grito al ver como cae al piso y preocupada se acerca a revisar su herida.
Pero Alexander sabe que necesita salir de hay lo antes posible.
-Krystine vamos el despertará- habla rápido e intenta tomar sus manos nuevamente y se da cuenta que la chica no reacciona.
-Christhop me hizo la herida si seguimos aquí nos matará- el rostro de Alexander mostraba el terror que tenía.
Agarrando todo lo que le podría ser útil en el viaje, al volver observó que la dulce joven seguía en el piso con el cuerpo del menor de los Hoffman.
Y se preguntaba porque confiaba en ellos, porqué no veía como eran realmente.
El sabía que en todo lo que estuvieran involucrados los hermanos Hoffman, significaba tres cosas: locura, peligro y muerte.
Sin pensarlo la cargo su hombro, ella no reclamo porque seguía en transe ante lo sucedido.
Los dos jóvenes se adentraron nuevamente en el bosque.
Alexander corría los más rápido que podía y Krystine pensaba a toda velocidad.
El joven no quería que aquel demonio los atrapara, no quería que persona muriera y el no pudiera hacer nada , él iba a hacer todo lo posible ante que sucediera una horrible tragedia.