KRYSTINE
Abrí mis ojos con algo de dificultad.
Lentamente trato de acostumbrarme a la fuente de luz que me resulta molesta, poco después empiezo a tratar de reconocer el lugar.
Las imágenes de anoche se repiten una y otra vez.
Sangre.
Golpes.
Christhop.
Navajas.
Dolor.
Oscuridad.
Me encuentro acostada en una cama.
¿Dónde estoy?.
Intento levantarme, pero fallo al notar mi cuerpo débil coloco mi mano en mi abdomen al notar el dolor.
¿Quién me cosió?.
Escucho como se van acercando unos pasos y observo como Christhop se acerca con rapidez a mi.
-¿Te encuentras bien?, ¿te duele?, ¿te lastimaste?- pregunta preocupado.
-¿Qué paso?- pregunto ignorando sus preguntas.
Me duele la garganta, necesito beber agua.
-Después de que te desmayaste, un médico te reviso y cerro la herida y después te traje aquí para que te mejores- dice antes de agarrarme en sus brazos y alzarme.
Me coloca como si fuera un bebé en sus brazos, mi cabeza esta en su pecho y puedo sentir su respiración.
Estar en esta posición me da un poco de nervios, siento como mis mejillas se empiezan a sonrojar.
-Christhop ¿porque has hecho eso?- le pregunto tratando de no sonar nerviosa
-No puedes caminar o realizar movimientos bruscos, ya que se te puede abrir la herida- me dice en un tono frío y camina.
Ya debería estar acostumbrada a sus cambios pero todavía no me acostumbro.
Observo alrededor y caigo en cuenta que esta no es la mansión, parece una especie de cabaña.
Llegamos a lo que creo que es la cocina y Christhop me coloca sobre la mesa.
Parezco un pavo servido apunto de ser comido.
No es algo correcto para una señorita.
Mi padre siempre me inculcó que una señorita correcta sería una buena esposa antes los ojos de este pueblo.
Ante la incómoda posición trato de bajarme pero antes de siquiera intentar levantarme, la fría mano de Christhop me detiene.
-No te muevas- ordena firmemente.
Asiento ya que a pesar de estar aquí herida por su culpa sigue siendo mi jefe y prefiero seguir manteniendo mi trabajo.
Ahora que estoy acostada observo que estoy prácticamente desnuda.
¿QUÉ?.
Mi vestido, sin pensar más al ver la situación en la que estoy me bajo de golpe de la mesa.
Un fuerte dolor se hace presente en todo mi abdomen pero no me detengo y me colocó en una silla que hay detrás del comedor.
-Krystine ¿Qué pasa?, te dije que no te bajaras- pregunta Christhop acercándose lentamente.
-Es que no-no tengooo ro-pa y usted no- no debería verme- digo muy nerviosa.
Trato de cubrirme lo más que puedo con la silla.
Dios en que situaciones me pones.
-No tienes porque ocultarte, ya te he visto completamente- dice con una risa divertida acercándose más.
Ahora si siento mi rostro apunto de estallar.
-No…Christhop, es que no-no deberías verme así porque soy mujer y me han enseñado que ningún hombre debería verme desnuda hasta que contraigamos matrimonio- informo firmemente.
Mi padre siempre me lo ha dicho y mi madre siempre ha tratado que se así, convirtiéndome en la persona que soy hoy en día.
Escucho reír fuertemente a Christhop.
-Adoro que seas así mi flor, siempre siendo una dama- dice sarcásticamente.
Haber ¿Desde cuando me adora?.
-Pero si estas más tranquila, te traigo algo con que taparte- dice antes de desaparecer para no se donde.
En menos de un minuto regresa con una manta, la agarro y la coloco sobre mi tapando casi todo mi cuerpo.
Parezco un burrito.
Christhop coloca un plato de sopa al frente de mi, y sonrió agradeciéndole.
-¿Cuándo regresamos a la mansión?- pregunto tímida.
-Cuando estés mejor, ahora come- dice otra vez en un tono frío.
Dios ¿habrá tomado su medicamento?.
Termino la sopa y Christhop me da una taza de té.
La observo con dudas y el al ver esto me dice
-Es para el dolor, tómala- sonríe.
Empiezo a tomar aquel líquido y siento como mi cuerpo se vuelve más pesado.
Mis ojos empiezan a cerrarse.
¿Qué tenía eso?.
-Christhop creo que iré a descansar- digo levantándome con sueño.
Empiezo a caminar y mis ojos se cierran de golpe, el sueño me venció .