Ada se detuvo a unos pasos del auto. Había regresado por su teléfono en cuanto se dió cuenta que no lo tenía. Entonces escuchó la conversación que Mason estaba teniendo mientras sostenía su propio teléfono.
—¿Por qué llamas a esta hora?— le dijo a la persona en el teléfono.— ¿Necesitas que repita la pregunta?
Ada no supo que fue lo que respondió la persona al otro lado pero Mason sonó furioso al decir.
—Todo lo que le concierna a la señora Walk me concierne también a mi.
Mason colgó entonces la llamada cortando por completo la conversación.
—Lo siento— dijo de pronto. Ada no supo a que se refería hasta que la sorprendió girándose hacía ella.
La había visto.
—Tienes suficiente con tu esposo para que tengas que lidiar también con mi obsesión por el control— dijo caminando hacía ella, Ada quizo retroceder un paso pero él le sostuvo el brazo para impedírselo— pero por favor… por favor no te inmiscuyas en mi pasado.
Ada honestamente se sintió intimidada en ese momento, él no solía mostrarse molesto con ella nunca a excepción de ese tema. Y con cada vez que ella preguntaba o intentaba averiguar era una vez que él se ponía más y más molesto.
Ella miró tras de si. No había nadie cerca pero esa era la casa Walk, tarde o temprano los rumores correrían. Tiró de su brazo para que la soltara pero el no cedió un centímetro. Su fuerza era impresionante por que ni siquiera parecía que lo intentara.
—Cada vez que huyes mas del tema más me haces querer saber al respecto.— admitió ella— ¿qué es tan terrible que no puedo saberlo?
Mason apretó ligeramente la fuerza con la que la detenía.
—Basta Ada. No quiero perder el control contigo.— la soltó finalmente y extendió su teléfono hacía ella— era la detective. Seguramente querrá que le regreses la llamada.
Ada tomó su teléfono. La confusión y la curiosidad estaban comiéndosela viva pero podía ver que Mason estaba perdiendo la paciencia y no quiso preguntar mas al respecto.
Se giró para irse a su habitación cuando escuchó unos pasos rápidos tras ella y después alguien tiró de su brazo haciéndola regresarse sobre sus pasos. Entonces Mason la acorraló contra la pared y besó sus labios con fuerza. Él sabía a cafe y a un dolor crudo y antiguo que parecía arrastrar consigo.
Mason la envolvió de la cintura y tiró de ella hacía arriba para acércala mas a su altura. Ada se aferró a su camisa para para facilitarse alcanzarlo mientras se paraba sobre las puntas de sus tacones.
Estuvo al punto de dejarse llevar cuando las manos de Mason viajaron de su cintura al arco de sus glúteos cuando de pronto se sintió observada.
Abrió los ojos de golpe al ver sobre el hombro de Mason. Aron, su hermano menor los miraba con curiosidad pero al mismo tiempo con indiferencia.
—Sigan con lo suyo, yo solo pasaba por aquí— dijo volviendo la atención a su teléfono.
Ada se apartó de Mason quien también dió un paso atrás claramente incomodo.
Aron siguió su camino sin darles una segunda mirada.
—Será mejor que te vayas— le dijo ella mirando al suelo, temía que si lo miraba a los ojos se abalanzaría sobre él y le suplicaría que la tomara en ese mismo pasillo. La frustración s****l por poder estar con él estaba en aumento cada día y eso no era nada bueno en especial por qué Aron era el segundo de sus hermanos que descubría su relación con Mason. Si se descuidaba de nuevo estaba vez podría ser su padre y entonces estaría acabada, ella y su hijo que seguía en el poder de su padre estarían acabados.
Mason, sin embargó, dió un paso hacía ella y se inclinó cerca de su oído para susurrarle.
—La invitación para mandar todo a la mierda y huir conmigo sigue en pie.
Ada cerró los ojos dejando que sus palabras y la suave caricia de su voz profunda penetrara en las terminaciones sensibles de su piel. Estaba húmeda con solo escucharlo.
Estaba perdiendo por completo el control de si misma con él cerca.
—Vete Mason— fue su cortante respuesta y se dió media vuelta para irse antes de que él intentara detenerla de nuevo.
Un dolor nuevo se instaló en su pecho al reconocer el verdadero mensaje en sus palabras.
Ella le había pedido que se fuera, pero que se fuera para siempre.
Su presencia solo estaba complicando sus planes.
Mason había entendido perfectamente el mensaje.
Suspiró con molestia antes de volver hacía el auto y arrancarlo con rudeza.
Tenía una visita que hacerle a una detective entrometida.
Aparcó el auto en el edificio viejo de siempre. Estaba por bajarse del auto cuando vió a la distancia a unos hombres salir del edificio, lucían muy parecidos… muy parecidos al mismo Mason. Esa apariencia que solo se lograba con un cruel entrenamiento, músculos definidos y un cuerpo perfectamente entrenado para ser maquinas de matar. Mason los reconoció de inmediato.
¿Qué había ido a hacer ahí?
Esos hombres eran la fuerza especial y oculta de la familia Walk, por lo tanto solo Derek Walk pudo enviarlos ahí.
Eso quería decir que Derek Walk sabía lo que Ada estaba haciendo.
Mason no pudo evitar el terror que lo invadió ante la idea.
Quizo volverse sobre sus pasos y correr de vuelta a la mansión Walk para avisarle a Ada pero algo lo movió a querer entrar al edificio y comprobar el estado de la detective.
Se bajó del auto en cuanto los hombres se subieron al propio y se alejaron de ahí.
Corrió al interior del edificio.
En cuanto entró a la oficina improvisada se dió cuenta del desastre.
Todo el lugar estaba destrozado, los papeles esparcidos por el suelo. El pesado escritorio volcado. Pudo ver un brazo extendido que sobresalía de este. Mason corrió hacía el cuerpo inconsciente atrapado bajo el escritorio.
Se apresuró a quitar el pesado escritorio de metal.
—Jessica, ¿puedes escucharme?
Hubo silenció y por un momento pensó que ella había perdido la conciencia por completo.
—Claro que puedo escucharte, vienes con altavoz incluido, probablemente te escucharon hasta el siguiente edificio.
Mason se aproximó hacía ella ignorando el comentario.
—Me alegra ver que no perdiste tu sentido del humor.— dijo aproximándose para levantarla pero en cuanto quiso tirar de su brazo ella gritó horriblemente de dolor.
Mason la soltó al instante.
—¿Qué ocurrió?
—No me vengas con eso, sabes perfectamente que ocurrió. Tu los enviaste.— respondió ella sentándose por si misma.
—No los envíe— dijo él mirando por la pequeña ventana con temor de que regresaran.
—Claro que los enviaste. Eres solo otro perro de Derek Walk.— dijo ella intentando mover la mano pero deteniéndose en cuanto el dolor la invadió.— como ya sabes te he estado investigando y por lo que veo eso no te hizo mucho gracia. ¿Verdad?
Mason volvió su atención a ella al escucharla.
—Exacto, soy un perro, yo hago los trabajos sucios, siempre los he hecho. No dejo que nadie mas lo haga por mi.
—¿Esa es tu manera de decir que no los enviaste?
—No— dijo simplemente.
—¿Puedes ponerte de pie?— preguntó él acercándose y apoyándola en el otro brazo.
Ella asintió con la cabeza dejando que él la ayudara a ponerse de pie.
—Te llevaré al hospital.
—¡No!— se apresuró a negar.
—¿Por qué no?—respondió él claramente impaciente. Tenía que volver con Ada cuanto antes.
—Tienes tus enemigos yo tengo los míos. En un hospital estaré demasiado indefensa. Solo llévame a mi auto.
Jessica se quejó cuando Mason la soltó bruscamente en el asiento del copiloto y luego cerró la puerta. Cuando ella intentó abrirla se dió cuenta que tenía el seguro para niños.
—Este no es mi auto— reclamó cuando él subió al asiento del conductor.
Mason bajó los seguros antes de hablar.
—No quisiste ir al hospital entonces me escucharas aquí.— miró por el retrovisor esperando no tener espectadores.— ¿qué es exactamente lo que ibas a informarle a Ada sobre mi?
—La información que comparto con mis clientes es confidencial— respondió ella intentando abrir de nuevo pero con una sola mano y las piernas heridas era muy difícil luchar en ese momento.
Sintió entonces la frialdad de un cañón contra su cabeza.
Suspiró frustrada como si ese tipo de situaciones fuesen una molestia habitual en su vida.
—Bien— dijo ella con cansancio mientras Mason le apuntaba con el arma— pero creo que preferirás no haber preguntado.
Mason aumentó la presión del arma sobre su cabeza como respuesta.
—Tu lo sabías— dijo ella y su voz se oscureció con dolor y empatía— lo has sabido todo este tiempo pero aún así no dijiste nada.
El agarre en el arma de Mason flaqueó ligeramente.
—¿Qué cosa? Habla claro. ¿Sabía qué?
—Lo que ocurrió con su hijo…. Tú… tú estuviste ahí… ese día.