Jessica esperaba que la elegante mujer se derrumbara, pero Ada solo miró el acta de defunción.
Para sorpresa de la detective, Ada tenía una expresión de incredulidad en su rostro como si no terminara realmente de creerlo.
El gran guardaespaldas que siempre la acompañaba se acercó a ella por detrás, Jessica pensó que el hombre tal vez querría leer lo que había en el documento pero en cambio solo se aproximo a la mujer como si temiera que en cualquier momento se derrumbara.
Ambos se quedaron sorprendidos cuando ella simplemente regresó los papeles al sobre y volvió su atención hacía la detective. Le extendió un pedazo de servilleta doblado en cuatro partes.
—Averigua a quien pertenece el auto con estas placas.
Jessica recibió el papel con cierta incomodidad.
La detective se hacía una idea de lo importante que era para la mujer el hijo que estaba buscando pero parecía sorprendentemente tranquila.
Jessica temió que solo se estuviera conteniendo y terminara explotando de ira al salir de su oficina.
Bueno por lo menos su oficina quedaría intacta.
—De acuerdo, en cuanto tenga esa información la llamaré.
Ada asintió y se dió media vuelta para salir de la oficina pero se encontró con el torso amplio de su guardaespaldas que tenía una expresión de sorpresa e incredulidad muy similar a la de Jessica.
—Ada…— comenzó él tratando de descifrar lo que ocurría en su mente.
Esta alejó la mirada de él y lo rodeó para dejar la oficina.
Los ojos de Mason y Jessica se encontraron, ambos parecían igual de desesperados por entender que estaba pasando por la cabeza de Ada.
—¿Estas segura de lo que dices?— preguntó Mason confiando en que Ada estaba ya cerca del auto.
Jessica miró de reojo su escritorio, un sobre sin abrir estaba en este.
—No puedo estar segura de nada ahora mismo, pero esa acta de defunción es totalmente legal.
Mason se quedó en silencio antes de finalmente ir tras Ada y dejar a Jessica sola en la oficina.
Jessica dejó salir el aire contenido en cuanto vió por la pequeña ventana de su oficina que el auto se iba.
Realmente no sabía que hacer con los papeles sobre su escritorio.
Ada no se lo había pedido pero Jessica había investigado a Mason en secreto y realmente temía de lo que encontraría en el sobre.
Ada se mantuvo en silencio todo el camino. Mason solo la miró de reojo en el retrovisor hasta la mansión Walk.
Se detuvo a unos pocos pasos de entrar a la mansión.
—Ada…— comenzó Mason.
—Se que estoy siendo ingenua— Ella miraba por la ventana cuando habló— pero no puedo evitar pensar que mi hijo esta vivo en alguna parte. No… no puedo renunciar a él tan fácilmente. No aceptaré su muerte hasta que tenga su cadaver entre sus brazos.
Mason se quedó en silencio.
—Pero en el momento en que lo confirme, en ese momento mi padre tendrá que encontrar la manera de huir de mi por que lo perseguiré hasta el fin del mundo para hacerle pagar lo que hizo.
—¿Qué piensas hacer respecto a Ramses?
Ada finalmente se volvió hacia Mason que le hablaba desde el asiento delantero.
—Mi padre cree que me esta usando, que soy su marioneta, algo que usar y desechar… pero soy yo quien esta usando a Ramses, el es una herramienta que guardaré para mas tarde. Solo tengo que soportar un poco mas.
Ada vió el cuerpo tenso de Mason desde atrás, claramente estaba en desacuerdo con la idea al grado de tener que contenerse para no explotar pero no podía hacer nada al respecto, una decisión apresurada en ese momento arruinaría todo lo que había planeado con tanto trabajo.
—No tienes que hacer esto conmigo Mason, esta es una misión suicida tal vez ni siquiera yo viva para vanagloriarme de mi triunfo si es que no me matan primero.
Ada vió como los nudillos de mason se ponían blancos contra el volante del auto.
—La seguiré hasta la muerte señora Walk.
Ada se saltó un latido al escucharlo.
¿Por qué?
Esa pregunta seguía rondándole cada vez que Mason decía o hacía algo como eso.
Era dolorosamente confuso. Pero él le había permitido tener sus secretos así que tampoco presionaría. En cambio dijo:
—Mason ¿Algún día podré saber quien eres en realidad?
Mason soltó un bufido que sonó casi a burla.
—Espero que no, Ada.— respondió dejándola sin habla un momento.
—¿Por qué no?
Mason arrancó el auto sin responder obligando a Ada a guardarse su pregunta. Uno de los trabajadores los recibió y abrió la puerta para Ada. Ella se bajó del auto y no insistió más aun que lucía claramente molesta.
Cuando ella estaba fuera del campo de visión de Mason este se dispuso a responder su pregunta pese a que ella no lo escucharía.
—Por que en el momento en que descubras quien soy realmente… me odiaras. Me odiaras para siempre.
Jessica se quedó mirando el teléfono varios minutos, su mano se levantó para tomar el aparato peor luego la bajó con cobardía.
Sabía que llamar a Ada Walk y decirle la verdad en ese momento crearía una gran destrucción, si no le decía nada evitaría el tsunami de furia y desastre. Pero no decirle… no decirle sería aún peor.
Tomó el teléfono y marcó el número rápidamente antes de arrepentirse.
El teléfono sonó un par de veces antes de finalmente contestar.
—¿Por qué llamas a esta hora?
Jessica se congeló.
No era Ada.
Era Mason.
¿Por qué el contestaba su teléfono?
Se quedó muda.
—¿Necesitas que repita la pregunta?
—Lo que hable con la señora Walk es asunto solo de ella y mío.— respondió ella.
—Todo lo que le concierna a la señora Walk me concierne también a mi.
Él estaba claramente molesto.
En otras circunstancias Jessica se molestaría consigo misma por dejarse intimidar tan fácilmente pero Mason era un hombre que podía intimidar sin siquiera levantar la voz así que no se culpó por el temblor en sus manos.
—Comunícame con la señora Walk.
Para sorpresa de Jessica poco después escucho el sonido del teléfono siendo colgado.
Se recargó en su silla desgastada con agotamiento.
Tenía que llegar hasta Ada de alguna manera, no era su estilo, simplemente no se permitía involucrarse en los casos que le encargaban, se limitaba a hacer su trabajo y fin. Eso le había permitido sobrevivir en la vida, eso y todos los secretos que guardaba de las personas más poderosas del mundo.
Pero había algo en la situación de Ada que la estaba involucrando a un nivel que no pudo evitar.
Ada parecía ser un flanco abierto a ataques por doquier, estaba vulnerable y en peligro a donde miraras, Jessica sabía que era poco probable que en cuando todo colapsara fuera Ada la que saliera caminando de esa pelea.
Y la propia Ada probablemente lo sabía también pero no parecía dispuesta a detenerse y Jessica quería darle algunas armas para defenderse cuando llegara el momento.
Se guardó los papeles en la base oculta bajo el cajón de su escritorio un segundo antes de que abrieran la puerta de su oficina con brusquedad. Claro que se dio cuenta que alguien había entrado a su oficina sin aviso previo y usualmente no se quedaba tan tarde en ese edificio viejo pero era demasiado tarde para arrepentimientos.
Un grupo de tres hombres de cabeza rapada y casi tan grandes e intimidantes como Mason entraron a su oficina.
Ella bajó lentamente el brazo para alcanzar el arma en su tobillo.
—¿En que puedo ayudarles?— preguntó mientras le quitaba discretamente el seguro al arma.
—Descubrimos que estas metiendo la nariz en asuntos privados de la familia Walk.
Jessica levantó el arma en respuesta dandole a la cabeza al hombre que habló. Los secuaces sin embargo no parecían intimidados con la muerte de su compañero, el mas cercano al escritorio lo empujó sobre Jessica dejándola inmóvil bajo el mueble.
Ella intentó alcanzar el arma pero esta se deslizó lejos de ella. El hombre que parecía el mas joven de los dos que aún quedaban de pie se acercó a ella y puso un pie sobre la mano que intentaba alcanzar el arma haciéndole daño.
Jessica gritó por el dolor pero el hombre no se detuvo poniendo mas peso.
—Toma esto como una advertencia, si vuelves a meterte en asuntos privados de los Walk…me asegurare de que no puedas volver a trasmitir ninguna información… jamas.
El hombre hizo mas presión y Jessica sintió como sus huesos se tronaban bajo su pie.