Incluso después de toda esta mierda sigo de pie,
Por que una princesa no llora.
CARYS (The princesses dońt cry)
—Solo déjenme verlo. ¡Por favor sólo déjenme verlo!
Gritó Ada Luchando con los hombres que la sostenían a la cama.
—Papá te lo suplico solo déjame verlo una vez. ¡Maldición!.
El parto había sido doloroso, pero cualquier dolor físico que hubiese sentido se esfumó al escuchar las palabras de su padre.
“Llévense al niño”
Ada olvidó cualquier dolor. Luchó por levantarse de la cama. Luchó contra los hombres que la sostenía, les arañó los ojos y los mordió donde pudo pero eran demasiado para ella. Aún así no paró de gritar, su garganta se desgarró mientras suplicaba.
—Papá por favor. ¡Solo quiero verlo una vez! ¡PAPÁ!
Su padre que estaba de espaldas a ella con su hijo en brazos se detuvo en la puerta al escuchar sus gritos pero no se volvió. Su amplia espalda le impidió ver al niño en sus brazos.
—Por favor.— suplicó de nuevo. Los hombres la sostenían con fuerza haciéndole daño pero no le importó.—Solo quiero mirarlo. Aún que sea a la distancia.
—Si lo miras, aun que sea a la distancia te encariñaras con él. No voy a tolerar que vayas por la vida persiguiendo un niño que solo traerá problemas.
Derek Walk salió de la habitación dejando tras de si esas palabras.
Ada perdió el control.
Comenzó a gritar como nunca en su vida lo había hecho. La doctora que había asistido el parto no pudo evitar bajar la mirada con dolor. Era una imagen desgarradora.
—¡No me lo quites! ¡Por favor no me lo quites!
Siguió luchando contra los hombres. Escuchó a uno quejarse de dolor y llevarse una mano al ojo derecho cuando Ada le enterró las uñas ahí. Pero nada de eso fue suficiente.
—¡Me iré, no volverás a saber nada de mi hijo ni de mi! ¡Déjame tenerlo! ¡DÉJAME TENERLO!
Ada se silenció cuando escuchó que la puerta era abierta de nuevo. Era su padre pero su hijo no estaba en ningún lado.
—Es a lo que me refiero, eres codiciosa, hace un segundo solo pedías verlo y ahora ya quieres escapar con él. No puedo confiar en ti Ada.
—¿Dónde esta mi hijo?— preguntó ella mirando a todos lados.
Derek Walk le sonrió con astucia.
—¿Realmente quieres saberlo?
Ada asintió desesperadamente.
—Muy bien, te lo diré. Pero primero vas a demostrarme que eres digna de saberlo. ¿Harás todo lo que yo te diga a partir de ahora.
Ada asintió desesperadamente de nuevo sin comprender del todo la profundidad de esas palabras.
Derek Walk sonrió ampliamente.
—Excelente.— se acercó a la enorme cama en medio de la habitación de su hija.— suéltenla— le ordenó a los hombres que aún la sostenían.
Estos se alejaron al instante.
Derek Walk acercó una mano al rostro de Ada y limpió una lagrima que bajaba por su mejilla.
—Una Walk no llora— le susurró limpiando la otra mejilla. Le levantó el rostro con un gesto suave. Entonces su gesto se volvió mas duro cuando agarró su rostro con fuerza— compórtate como una Walk. Esa es mi primera orden.
Derek se alejó pero Ada se aferró a su brazo antes de que fuera demasiado lejos.
—¿Cuándo me dirás donde esta mi hijo?— preguntó aferrándoselo a su padre como a la esperanza.
Derek Walk se soltó de forma brusca pero le sonrió en su lugar.
—Algún día.
—¿Ada por qué estas haciendo esto? ¡Tu no eres así! ¿Qué han hecho contigo?— exclamó Anton luchando por soltarse de la silla a la que habían vuelto a atarlo.
Anton se cayó al recibir un golpe que le hizo sangrar el labio. Pero la persona que lo había golpeando no era Mason como él esperaba.
Era Ada.
—Hicieron conmigo lo que tu les dejaste hacerme.
Ada le levantó el rostro con la punta de la uña obligándolo a mirarla.
—Dijiste que tenías algo que decir. Te escucho.
Mason se mantuvo a una distancia prudente solo pensando en intervenir si Anton se salía de control.
El frío en el almacén era terrible y la humedad se filtraba mientras la lluvia se hacía más y más fuerte afuera. Tuvo el impulso todo el tiempo de quitarse el saco y ponérsela a Ada en los hombros pero se obligó a quedarse quieto.
Intervendría solo si era necesario o Ada se lo pedía.
Aún que no iba a negar que estaba disfrutando de ver la expresión de asombro total de Anton ante la poderosa mujer frente a él.
Anton tembló de frío por el agua helada que Ada le había vertido encima.
—Tu…. Tu padre me amenazó. Me amenazó con hacerme daño y hacerte daño a ti también. ¡Lo hice para protegerte!
Anton se calló cuando Ada le volteó una cachetada que dolió como miles de agujas por el frío del lugar y su cuerpo húmedo.
—Mi padre me hizo daño cuando te fuiste, me ha hecho daño desde entonces y no quiero ni imaginar lo que le ha hecho a mi hijo. Del cual ni siquiera se si esta vivo.
Anton levantó los ojos antes sus palabras.
—¿Cómo que no sabes si esta vivo?
—¿Qué no lo sabías? Él me lo arrebató el día en que nació. No he sabido nada de él desde entonces. No lo vi ¡Ni una maldita vez lo sostuve en mis brazos! Si acaso esta vivo no soy mas que una desconocida para mi propio hijo ¡Debe odiarme por abandonarlo y tu solo huiste, maldito cobarde!
Ada tiró del cabello de Anton obligándole a inclinar la cabeza hacía atrás.
Anton se quejó de dolor pero no luchó contra ella. La culpa era clara en su rostro.
—Ada… no lo sabía mi amor. Lo siento tanto.
Ada lo golpeó en el rostro, una, dos, tres veces. Las lagrimas bajan por su rostro. Entonces alguien tiró de ella desde atrás. Ada sintió como Mason la estrechaba contra él.
—No vuelvas a llamarme mi amor en tu maldita vida.
—Basta, te haces daño— le dijo Mason sosteniéndola. Ada dejó que lo hiciera.
La sangre escurría por la boca de Anton en una cascada de saliva hacía el suelo mientras mantenía la cabeza agachada, ya fuera por dolor o por vergüenza. Anton lloraba también.
—Lo siento— dijo con voz llorosa.— lo siento tanto— gimió Anton con la mirada en el suelo.
Mason sostuvo a Ada cuando sintió que sus piernas eran muy débiles para sostenerse por si misma.
Siempre había sido así.
Ada se dió cuenta que Mason siempre la había sostenido. ¿Pero era la culpa lo que lo había movido todo ese tiempo?
—Mason…— empezó Ada pero en ese momento sonó el teléfono de Mason interrumpiéndola.
Ada pudo ver que Mason trato de mantener un expresión neutral al escuchar lo que le decían en la otra linea.
Cuando él colgó Ada no pudo evitar preguntar.
—¿Qué ocurre?
Mason miró su teléfono en silencio un momento antes de hablar.
—Tienen a Jessica.
Ada se quedó estática un momento antes de correr hacía la entrada de almacén sin esperar a nadie.
Mason corrió tras ella.
Ninguno vió la expresión de odio profundo con el que Anton los miraba cuando Mason la abrazó.
—¡Ada espera!— le gritó Mason cuando Ada se bajó primero del auto para entrar a la casa de Jessica.
La puerta estaba sin seguro, claramente había sido destrozada para poder entrar. Aún no había oficiales de policías ni vecinos asustados tratando de saber que había pasado. Era un lugar residencial, entrar no debió ser tan fácil.
Solo un hombre podría haber hecho un trabajo así de limpio.
Derek Walk.
Ada corrió al interior de la casa pero un pequeño cuerpo la dejó congelada a la mitad de la sala.
Se llevó una mano a la boca al ver el cuerpo inmóvil del perro de Jessica. La sangre lo rodeaba, sus ojos estaban abiertos y miraban a la nada.
—No puede ser— apenas logró pronunciar.
Se acuclilló frente al gran perro y puso una mano en su cabeza sangrante.
Estaba muerto.
Se levantó justo cuando Mason entraba a la casa y corrió a la habitación.
Nada.
Después fue al estudio.
Nada.
Pero en ese lugar notó algo extraño.
Todo estaba en su lugar… y todo olía a cloro y otros limpiadores mas profundos.
Como si hubiese sido limpiado a profundidad hacía poco.
Entendió entonces lo que había pasado.
—Ella estaba aquí. Se la llevaron y mataron a su perro para que no hiciera ruido.— dijo Ada al saber que Mason estaba tras ella.
Su voz fue fría. Sin sentimientos.
Mason no pudo evitar preocuparse. Caminó hacía ella y la giró para que lo mirara.
—Se la llevaron— le dijo de nuevo de forma inexpresiva.
Entonces de la nada comenzó a temblar y sus ojos se fueron tornando rojos.
—Se la llevaron… ¡Mason se la llevaron!— le gritó empujándolo.—¿Por qué te avisaron? ¿Cómo es que te enteraste?— lo miró con acusación.
Mason la miró con dolor.
—Tu padre quería que fuera a ayudar… quiere… quiere que obtenga información de ella.
Ada tocó el borde del escritorio limpio para equilibrarse antes de hablar de nuevo.
—Mason voy a hacerte una pregunta y espero que respondas sinceramente. Soy buena leyendo a la gente y sabré si mientes. Así como mentiste respecto a matar a Anton y a mi hijo. Estoy en desventaja, no hay nada que pueda hacer al respecto así que solo aceptaré lo que me digas.
Mason miró al suelo y luego de nuevo a ella.
—Seré honesto.
Ada asintió y se sentó en el borde del escritorio como si sus fuerzas para sostenerse fueran pocas.
—¿De qué lado estas? ¿Por quien darías la vida? ¿Por el poder de los Walk o por mi?
Mason abrió la boca pero Ada lo interrumpió.
—Y antes de que respondas quiero que seas consciente de que no tengo nada que ofrecerte, nada mas que dolor, peleas y mas dolor. Los Walk te darán una buena vida siempre y cuando seas un perro obediente. Entonces ahora si respóndeme. ¿De que lado estas?
Mason miró a Ada en silencio. El dolor en sus ojos era evidente, también la culpa.
—Estoy de mi lado, Ada.
Ada abrió los ojos sorprendida. No esperaba esa respuesta.
—No soy el perro de Derek Walk, tampoco soy el tuyo. No te protejo porque me sienta culpable o porque me lo ordenen. Hago esto por que quiero hacerlo, por que he decidido hacerlo. He decidido pelear a tu lado. Incluso un perro tiene voluntad propia como ese chico muerto en la sala que seguro luchó para proteger a su dueña y murió en el intento.
—No espero que mueras por mi— dijo ella.
Mason sonrió.
—Incluso si tomo esa decisión será por mi voluntad.
Mason se acercó a Ada y tomó su rostro entre sus manos fuertes y callosas.
—Voy a traer a Jessica de vuelta a ti con vida por que yo quiero hacerlo así. Y Jessica también tomó la decisión de ayudarte por su propia voluntad así que no quiero que escuches esos pensamientos en tu mente que te dicen que eres la culpable de que fuera secuestrada.
Ada no se dió cuenta de que había lágrimas en sus ojos hasta que Mason las limpió.
—Ahora deja de escuchar esa voz en tu cabeza y escúchame a mi: No eres la culpable de ser una Walk, no eres la culpable de tener al demonio como padre, no eres la culpable de que Anton sea un cobarde y no eres la culpable de haber perdido a tu hijo. Y no te mereces nada de lo que te esta pasando. ¿Lo entiendes?
Ada jamas se sintió mas pequeña y expuesta en toda su vida mientras Mason le hablaba como si pudiera penetrar en su alma.
Mason la soltó pero Ada se aferró a su manga antes de que se alejara.
—Mason… tengo miedo.— admitió y él volvió sobre sus pasos. Tiró de ella y la abrazó con fuerza hasta casi hacerle daño. Ada se aferró a él como un salvavidas.
Su salvavidas.
—Yo también— admitió— pero tengo mas rabia que miedo… y se que tu también.
Ada sintió como le llevaba una mano al cabello y le acariciaba la cabeza. Era sorprendente como un hombre tan grande y tosco como él podía hacer un gesto tan dulce con tanta naturalidad.
—Ahora necesito que seas la mujer imparable que conozco y que hagas el trabajo sucio desde aquí mientras yo lo hago allá. Juntos traeremos a Jessica de vuelta y a tu hijo también… después haremos correr sangre. ¿De acuerdo?
Ada asintió contra su pecho donde estaba recargada.
Ella se alejó de él y se puso de pie.
La determinación y al ira volvieron a sus ojos. No había rastros de la mujer frágil de segundos atrás.
—¡Doctor!— gritó la enfermera atrayendo la atención del hombre de blanco.
—¿Qué ocurre?
—Recobró la conciencia— dijo aproximándose al paciente en la cama de hospital.
El paciente abrió los ojos poco a poco hasta despertar por completo.
—Bienvenido de vuelta señor Ramses.
Nota de la autora: Personitas bellas muchas gracias por todas sus felicitaciones por mi cumpleaños me han hecho muy feliz. Espero que hayan disfrutado (y no sufrido tanto) el capítulo de hoy. No olviden seguirme por mis r************* ig: anjiluz_z.b y unirse a nuestro grupo de f*******:: Anjiluz Z.B | Escritora donde podemos interactuar sobre cada capítulo. Como siempre les agradezco todo el amor y apoyo que le dan a mis historias todo esto es gracias a ustedes.
La canción de "The princesses dońt cry" siempre me recuerda a Ada :(