Mason tomó a a Ada de la cintura y la levantó para salir de su interior.
—Él salió del hospital esta mañana— dijo en voz baja.— debí decírtelo antes.
Ada miró a Mason con horror.
Ada sintió entonces que era levantada del suelo y metida de vuelta en la ducha. Mason abrió la llave y después cerró la puerta con seguro.
Un instante después escucharon los pasos de Ramses acercándose.
—¿Ada? ¿Estas aquí?
Ada miró a Mason desde el interior de la ducha tratando de comprender que era lo que planeaba.
Mason le hizo un gesto de que debía responderle.
—¿Ramses?— dijo ella controlando su voz. Agarró la bata mas cercana y cerró la llave como si acabara de terminar su ducha.— Escóndete en la bañera— le susurró a Mason.
—¿Estas hablando con alguien?— preguntó Ramses en un tono molesto y movió la perilla cerrada desde afuera.
Mason miró a Ada en silencio y después miró a la puerta donde Ramses estaba. Parecía debatirse entre abrir la puerta y romperle el cuello, y ocultarse como Ada se lo pedía. Los ojos desesperados de Ada lo hicieron escucharla.
Cerró la puerta deslizante del baño un segundo antes de que Ada abriera.
Ella salió y cerró la puerta tras de si antes de que Ramses pudiera ver al interior.
Ramses estudió a Ada en silencio un momento. Su cabello empapado cayendo sobre uno de sus hombros y su piel húmeda.
Había un claro deseo en sus ojos.
—Saliste del hospital— dijo ella y se la arregló para que de alguna manera su voz sonara feliz por ello.
Las fosas nasales de Ramses se ensancharon como si sus palabras le molestaran.
—Para tu desgracia así es.
Ramses miró de nuevo al interior del baño. Estaba sospechando. Ada cerró los ojos arrepintiéndose desde antes de lo que iba a decir.
—Yo… creo que deberíamos empezar de nuevo— se las arregló para decir. Las nauseas se acumularon en su estomago. Realmente se odió en ese momento pero si Ramses veía a Mason todo estaría acabado.
—¿Cómo?— Ramses de pronto quitó su atención de la puerta al escucharla.
—Estoy cansada de todo esto, de las constantes peleas. Quiero que este matrimonio funcione.
Ada no sabía si llorar o reír en ese momento pero logró mantener un rostro tranquilo esperando la respuesta de Ramses.
Este la estudió como si fuese un ser extraño frente a él. Ada no quería pero sabía que no tenía otra opción. Puso sus manos en el torso de él e hizo un movimiento discreto de acariciar sus pectorales mientras se apoyaba en el como una doncella débil al hablar.
—Este tiempo que estuviste en el hospital… realmente me preocupé.
Ramses pareció relajarse ante su toque. Su expresión sospechosa también se redujo.
—Me dijeron que fuiste a visitarme casi todos los días.
Ada sonrió para sus adentros pero mostró un rostro triste en el exterior.
—Me alegra que estes bien.
Ramses tocó su rostro mojado y limpió una gota que caía por su mejilla.
—Te perdonaré si me complaces correctamente.
Ada estaba segura que vomitaría en ese momento sin embargo su rostro seguía perfectamente imperturbable.
Ella se puso de puntitas y besó la comisura de su boca.
—Espérame en la habitación.
Ramses sonrió y olvido por completo lo ocurrido en el baño.
En cuanto los pasos de Ramses se perdieron en el pasillo Ada sintió que alguien tiraba de ella al interior del baño.
Se encontró con la furia de Mason.
—No vayas.— dijo y el agarre en su muñeca se volvió tan fuerte que casi le hizo daño.
—Es mi esposo, Mason y lo será hasta que encuentre a mi hijo. No hay nada que pueda hacer al respecto.
Para sorpresa de Ada los ojos usualmente distantes de Mason mostraron una profunda triste e impotencia al escucharla.
—Ada no voy a soportarlo por mucho tiempo. No tengo tanto control de mi mismo, menos cuando se trata de ti. No quiero arruinar tus planes, pero si lo vuelvo a ver lastimándote le arrancare la piel y le haré comérsela ¿lo entiendes?
Ada dió un paso hacía Mason y tiró de él para besarlo, a diferencia del beso casto que le había dado a Ramses, tiró de Mason y lo besó profundamente, él al envolvió y la saboreó profundamente.
—En cuanto encuentre a mi hijo, serás libre de hacer con Ramses lo que prefieras.
Mason estaba por ir tras Ada cuando recibió una llamada.
¿Nicol?
Había tenido un par de encuentros con esa niña, incluso Ada había agarrada una especie de sobre protección con ella debido a su parecido con Lily y el hermano de Ada estaba claramente interesado en ella.
Mason no pudo evitar sentirse mal por la chica que sin duda estaba entrando en la boca del lobo al meteré en esa familia.
—¿Qué ocurre?— contestó cuando Ada ya se había alejado.
Las palabras al otro lado del teléfono lo dejaron congelado.
—Necesito tu ayuda, le disparé a Dante.
—¿Qué?
—Estoy en en Tecnologías Zyro. Dante… descubrí algunos de los negocios de Dante y el intentó atacar a Azael así que… le disparé. Necesito irme antes de que llegue la policía.
Mason recordaba a la chica menuda de la fiesta de navidad, era pequeña y torpe y extremadamente insegura. No podía imaginarla sosteniendo un arma con firmeza y disparándole a alguien.
Mucho menos a alguien como Dante.
Se preguntó como había terminado involucrada con alguien como Dante cuando solo trabajaba de asistente en la compañía.
Ella era la asistente de Azael, el CEO de la empresa. Mason no pudo evitar reír ante la ironía, Azael Walk el primer varón de la familia, más frío que el hielo involucrado con una chiquilla tan tímida como ella era difícil de imaginar.
Su mirada se fue al lugar donde Ada se había ido. Mason no quería dejarla al lado de Ramses bajo ninguna circunstancia.
Por otro lado…
Ada había mostrado cierto apego hacia Nicol. Si algo le pasaba a esa niña Ada no lo soportaría.
Ya había perdido demasiado.
—Espera— le dijo a Nicol que esperaba aún en la linea.— sal por detrás, llegaré pronto.
—Gracias.
Mason estacionó en la puerta trasera de la empresa.
Tecnologías Zyro la prestigiosa empresa del empresario mas importante del país: Derek Walk. Azael, el primer varón era el heredero directo. Mason se preguntó que tanto cambiaría eso ahora que Azael se había involucrado con su asistente.
Poco después de estacionar vió la cabellera oscura de Nicol asomarse a travez de la puerta de emergencia. En cuanto lo vió ella pareció aliviada y salió.
Para sorpresa de Mason, Azael salió tras ella.
Para su sorpresa aún mayor Azael tenía la camisa llena de sangre.
Mason no pudo evitar preguntarse ha que grado había sido el accidente y cuál había sido su alcance real. Especialmente cuantos habían sido los involucrados y cuantas bocas habría que callar. Eso era siempre lo mas difícil. Incluso más que deshacerse de un cuerpo.
Mason no pasó por alto la mirada de rechazo que Azael le lanzó todo el tiempo. Estaba claro que no confiaba en él. Para ser honestos Mason tampoco confiaría en si mismo.
— ¿Qué haces aquí?— preguntó comenzando a irritarse.
Mason rió cuando Azael dió un paso frente a Nicol como si la protegiera de él con su cuerpo. Azael pareció más molesto por su reacción.
—Nicol me llamó, tenía una deuda con ella y vengo a pagarla. Suban los sacaré de aquí. — dijo y entró al auto sin esperarlos.
Azael se volvió a Nicol con una expresión de confusión.
Nicol le sonrió con diversión.
—No te lo cuento todo— dijo en broma y se adelantó al auto de Mason.
Mason subió al asiento del conductor justo cuando unas sirenas de policía sonaron a lo lejos. Lo que había pasado ya era de conocimiento público.
Azael que pareció anonadado por un momento corrió al auto en cuanto vió a Nicol ya en el interior con Mason. Mason trató de no reírse por su incomoda situación pero es que ese hombre era demasiado evidente en su interés y sobreprotección por su asistente.
No había manera de que Derek Walk no supiera sobre ellos.
—Ponte esto.
Dijo Mason lanzándole una camisa a Azael desde el asiento del conductor.
—Tienes sangre en toda la camisa.— le dijo sin perder la atención del camino.
Azael se apresuró a quitarse la camisa.
Azael estaba por ponerse la camisa limpia cuando notó la mirada de Nicol a través del reflejo del cristal.
En cuanto se sintió descubierta miro hacia la calle como si lo no lo hubiese estado espiando todo ese tiempo.
Mason subió la ventanilla de la camioneta que separaba el asiento delantera del trasero para darle un poco de privacidad a la parejita.
—Los llevaré a uno de mis antiguos departamentos. Ningún policía se atreve a entrara esa colonia a menos que quiera acabar con una bala en la cabeza o un cuchillo de cocina en los ojos.
Azael lo miró con extrañeza.
— ¿En qué clase de colonia vivías?— dijo desde el siento de atrás
—En una que no le gustan los extraños— afirmó con una sonrisa de diversión. Sería divertido ver la forma en que se movería un hombre del nivel social de Azael en una colonia como esa. —No les gustan los extraños que no son invitados— se apresuró a aclarar al temer que Azael saliera corriendo del auto en ese instante— ustedes estarán bien.
Azael asintió sin estar muy convencido.
El lugar sin duda gritaba que ese era el último sitio en el que un turista querría perderse.
Las casas estaban deterioradas y grafiteadas a más no poder, y no había ni un alma en las calles pero Azael podía sentir mientras avanzaban con el auto que eran observados desde el interior de los edificios y casas a alrededor.
Los únicos que había en las calles eran una cantidad alarmante de perros callejeros que tampoco parecían muy amistosos.
Azael se aseguró de bajarse primero que Nicol cuando se detuvieron frente a un pequeño edificio departamental que parecía en peor estado que el edificio en el que vivía Nicol.
—Vamos— dijo Mason tomando la iniciativa.
Azael con ese costoso traje desentonaba mucho en ese lugar. Mason tendría que esconderlos antes de que llamaran mas la atención.
Azael tomó un respiro antes de entrar.
Un hombre muy pasado de peso con una camisa que claramente no había sido cambiada en toda la semana los esperaba en el interior tras un mostrador.
—Son ellos— le dijo el chofer señalándolos.
El hombre que miraba un pequeño y analógico televisor en su escritorio lleno de comida y cerveza apenas lo miró antes de lanzarles un par de llaves que el chofer atrapó con facilidad.
—Vamos— les dijo caminando hacia las escaleras al fondo de la improvisada recepción que lucían poco iluminadas y Azael se apresuró a tomar la mano de Nicol.
Justo cuando subían las escaleras unos ladridos siguieron de la imagen de un enorme pitbull corriendo hacia ellos.
Azael se interpuso entre el perro y Nicol cuando este se detuvo frente a Mason y pasó de ser un despiadado canino a un enorme y juguetón cachorro en minutos mientras se paraba en dos patas y se apoyaba en una de las piernas de Mason mientras le acariciaba las orejas.
—Hola amigo— le dijo al perro, en sus tiempos viviendo en esa colonia de muerte ese enorme canino con la capacidad de despedazar a una persona fue su mas fiel y confiable compañía. Mucho más que cualquier ser humano.— hacia tanto que no nos veíamos que pensé que me olvidarías.
El enorme pitbull en respuesta rascó su hocico contra su torso antes de alejarse y volver por donde había venido.
Le había dolido realmente dejarlo atrás cuando se fue a trabajar para los Walk pero no pudo llevarlo consigo.
Mason comenzó a caminar en dirección a su antiguo departamento.
Azael escuchó a Nicol reír tras él para después rodearlo y comenzar a ir tras Mason ya que Azael no parecía querer avanzar.
Azael parecía que sufriría un ataque al corazón.
El cuarto al que Mason los llevó era pequeño pero mucho más limpio y agradable que el resto del lugar con solo una cama, un ropero viejo y ninguna ventana.
—Me llevaré sus teléfonos para que no puedan rastrearlos.— dijo guardándose los celulares en el bolsillo de su uniforme de chofer que odiaba. Y para ese lugar era igualmente vistoso y llamativo.
—Tengo que llamar a Sandra— intentó objetar Nicol.
—No podemos arriesgarnos ahora. — objetó Mason sin ceder.
—Pero ella va a estar preocupada, después de todo lo que ha pasado ella...
Mason suspiró al notar el inminente pánico en la voz de Nicol.
—Tratare de encontrarla y se lo diré en persona, ¿de acuerdo?— dijo y Nicol pareció tranquilizarse con esa respuesta.
—De acuerdo.
—Bien, Nicol tiene mi número— dijo dirigiéndose esta vez a Azael—si algo sale mal... otra vez, llámenme y volveré por ustedes, por ahora no creo que los molesten aquí.
—Gracias— le dijo Nicol y Azael pudo ver el miedo volviendo a ella como si la situación lentamente le cayera encima.
Mason solo asintió con la cabeza.
No quería alertarlos pero ahora que la policía estaba bajo aviso sería difícil alejarlos de la prensa.
Y de la cárcel.
Mason caminó hacía la puerta cuando la voz de Azael lo detuvo.
—Espera— lo llamó cuando este ya se retiraba. — En realidad no sé cómo te llamas.
—Soy Mason— dijo como si fuese un dato sin importancia antes de salir de la habitación.
Azael que hasta ese momento se había mostrado distante y grosero de pronto cambió su expresión hacía Mason a una de preocupación y…
¿Agradecimiento?
Mason no pudo evitar sentirse incomodo. La familia Walk parecía ser una hedionda catarata de mentiras y falsedad cubierta de dinero. Pero tal vez el único problema ahí era el patriarca que dirigía todo. Por lo menos Azael pese a ser físicamente la viva imagen de su padre no lo parecía en el interior.
Cuando salió del edificio ya tenía varías llamadas del patriarca buscándolo.
Mason tendría que hablar con algunas personas y cerrar bocas. Derek Walk tendría que soltar mucho dinero si quería salir de eso sin que Azael pisara la cárcel.
Nicol por otro lado…
Al no tener nada que ver con la familia Walk ni ser una chica influyente era la que mas le preocupaba.
Mason terminó completamente agotado al final del día.
Ser un guardaespaldas cuando la prensa te persigue es lo peor de ese trabajo, es mucho mas sencillo lidiar con un maleante que con un reportero. A estos últimos no puedes golpearlos hasta la muerte sin ser mal visto.
Entró a la casa casi a la media noche.
Una elegante mujer de cabello dorado lo esperaba en la sala de estar con un te en la mano.
Mason luchó por recomponer su mala cara al verla.
—Volviste.— dijo ella.
Mason asintió tronándose el cuello.
—¿Cómo esta Azael?— preguntó preocupada mientras la televisión mostraban las noticias en la pantalla.
Mason se acercó a ella, le quitó el control del televisor y apagó la tele.
—No deberías ver noticias, te alterará.
Ella dejó su té con un movimiento fluido en la mesa, la porcelana no hizo ningún ruido al ser puesta en su base.
—¿Él esta bien?
—Derek Walk lo resolvió como siempre. Deberías ir a descansar, ha sido un largo día.
Ella no pareció escucharlo, su mirada estaba en el vacío frente a ella.
—¿Cuándo terminará todo esto? Estoy cansada de toda la maleza que ha sembrado mi familia. Solo hay una manera de terminarla… cortándola de raíz.
Ella apretó un puño frente a ella apretando el aire como si pueda imaginarse a si misma arrancándolo.
—Se que no te lo he dicho antes pero realmente agradezco toda tu ayuda. No se que habría hecho sin ti.
Mason bufó restándole importancia.
—Solo p**o mi deuda.— respondió de forma seca.
Ella asintió sin dejarse afectar por su actitud reservada.
El silenció los rodeó un momento antes de que Mason hablara.
—¿Puedo preguntarte algo?— le dijo dando un paso hacía ella que seguía sentada en el sillón oscuro.
Ella asintió sorprendida.
—Claro, es la primera vez que escuchó que quieres preguntar algo. Estoy interesada por que será.
Mason tomó y sacó el aire lentamente como si lo que iba a preguntar fuese realmente difícil.
—Dime Diana, ¿Cuándo vas a decirle a tus hijos que estas viva?
Dato curioso: La misma colonia de muerte donde Mason vivía de niño es el mismo lugar donde creció Enya.