El secreto de un buen matrimonio.

1884 Words
“¿Te puedo llamar de vuelta? Estoy junto a tu esposa en estos momentos” CHARLES LUCKY LUCIANO Intentó empujar a Mason pero él no se movió. Ada comenzó entrar en pánico cuando la voz de Ramses se acercó más y más a ellos. Y el jodidamente gigante de Mason no se movió un centímetro. El cuerpo de él la sostuvo con mas fuerza contra la pared sin darle espació para huir. —¡Mason, maldición!—exclamó ella pero sobre su voz se escuchó la voz de Mason, él tenía el teléfono en el oído y habló. —Señor tenemos los resultados de la prueba de embarazo, la mujer fue llevada al hospital particular de la familia Walk y será transportada a la brevedad— dijo Mason con un sorprendente control en su voz mientras apretaba a Ada contra la pared. Los pasos de Ramses se detuvieron a un instante del pasillo donde ellos se encontraban. Finalmente su sombra reflejada en la pared opuesta dió media vuelta y se fue dejando la esencia de su presencia tras él. Ada no sabía si estaba temblando por que casi se arruinaba todo o por lo que acababa de escucharle decir a Mason. —¿Prueba de embarazo?— preguntó levantando la mirada de los pectorales de Mason para mirarlo a los ojos. Mala idea. Quedó congelada en su lugar ante su presencia. Dios ella tenía que recuperar el control de si misma y del temblor en sus piernas. Se apartó contra la pared para mantener cierta de distancia de Mason pero fue inútil, él invadía su espacio de una forma sorprendente. Lo mas sorprendente, sin embargo, era que ella en el fondo deseaba que él se acercara mas. El tomó aire al responder. —Ramses ha estado viendo a otras mujeres, una de ellas lo amenazó con estar embarazada hace algunos días. La localizamos y fue llevada al hospital para realizarle una prueba de embarazo. Ada no sentía ningún afecto por Ramses, no lo amaba ni lo quería de ninguna manera, el desprecio hacía él era lo único que despertaba en ella al mirarlo, pero su ego como mujer no pudo evitar ser herido al escuchar las palabras de Mason. Claro que Ramses estaba viendo a otras mujeres. Ya la había forzado a tener relaciones sexuales con ella, ya la había golpeado y humillado en cada ocasión que tuvo oportunidad, que le fuese infiel era el menor de sus problemas. —¿Y bien?— preguntó ella esperando que Mason le dijera la verdad. Él rostro de él se endureció al decir: —Salió positivo— afirmó. Mason la sostuvo de los antebrazos cuando ella perdió fuerza en las piernas. —No sabemos si es de Ramses o no— dijo él respondiendo a la pregunta que Ada no formuló— pero es probable. De todas las mujeres que ha frecuentado es con la que mas tiempo lleva viéndose. —¿Trabajas hace mucho para él?— preguntó ella y por primera vez Mason desvió la mirada. —Algo así— fue todo lo que él dijo pero no pasó desapercibido para ella que él estaba ocultándole algo. Sin embargo la atención de Ada siguió sobre la mujer en el hospital. —Sabes que piensa hacer Ramses sobre el embarazo de esa mujer. Mason finalmente se alejó de ella al decir. —La hará abortar. Ada contuvo el aliento. —Ramses quiere un hijo tuyo, quiere que tu padre elija a su hijo como el heredero futuro de la compañía, un hijo con otra mujer solo le estorbaría, esa mujer tendrá suerte si Ramses no se deshace de ella también. Ella no pudo evitar sentirse mal por la mujer que ni siquiera conocía. Pero si el bebé que ella esperaba era de Ramses eso resultaría increíblemente conveniente. Ada la usaría. —¿Puedes llegar a ella primero que Ramses? Mason apretó la mandíbula al entender lo que Ada le pedía. —No hay nada que hacer por ella, es muy noble que intentes ayudarla pero… —No es para ayudarla— lo interrumpió ella— voy a usarla. Mason asintió y se alejó por el pasillo hacia la puerta principal de la casa sin decir nada mas ni dedicarle una segunda mirada. Cuando él ya no estuvo cerca de su vista Ada se dejó caer al suelo, se llevó una mano al pecho para recuperar el aliento. Dios. Estaba tan húmeda que no podía creer que el piso no estuviera empapado bajo sus pies. No sabía si era una atracción real o solo el producto del descuido al que la había sometido Ramses pero Mason había logrado humedecerla mas con un solo beso que con las duras penetraciones durante el sexo de Ramses. Mason era un factor que no estaba en sus planes, y sin bien había resultado útil también estaba convirtiéndose en un problema. En especial si la humedad entre sus piernas tenía algo que decir al respecto. Mason volvió poco después. Ramses no. —¿Qué ocurrió?— le preguntó Ada levantándose de la cama y cerrando el libro en su regazo impidiendo que Mason viera lo que realmente había en el interior del libro. —Llegué antes, la lleve a una zona cerca de mi antigua casa, estará segura ahí por un tiempo pero Ramses tarde o temprano la va a encontrar.— Mason dejó de hablar cuando su mirada se posó en el cuerpo de ella que las sabanas de la cama ya no cubrían cuando Ada se levantó. Llevaba una bata de pijama de una tela sorprendente delgada que dejaba ver unos pezones duros por el frío. El resto de la seda acarició su cuerpo hasta el suelo, una de sus piernas largas y delgadas se asomó por la abertura de la bata. Ada sintió un escalofrío que puso sus pezones mas erectos al darse cuenta del camino de la mirada de Mason que la bebió con la mirada sin siquiera disimularlo. Él iba a ser su ruina. —Lo que sea que planeas con esa mujer tendrás que hacerlo rápido, ella tampoco accederá a quedarse quieta por mucho tiempo— dijo finalmente mirándola a los ojos de vuelta. Su perfectamente simétrico rostro la estudió como si fuera una pantera que no había almorzado. Ramses tendía a mirarla de manera similar, pero mientras con Ramses solo quería salir huyendo con Mason era como ser un mosquito directo a la luz de su muerte. Solo quería acercarse más y más hasta que la consumiera entera. Dios. Realmente lo deseaba. En dos pasos estaba frente a él. Tiró de su camisa y la acercó a ella, Mason tardó menos de medio segundo en corresponderle cuando ella se paró de puntitas para alcanzar sus labios. Débil. Estúpida. No pudo evitar insultarse a si misma mientras Mason la empujaba contra su buró haciendo que la lampara de noche cayera al suelo con todo lo demás sobre este. Estaban en su habitación de casados, Ramses llegaría en cualquier momento pero lo único que quería Ada es que él la tomara en ese mismo momento. Vió el cielo y las estrellas cuando los labios de él dejaron sus labios para acariciar su cuello y seguir bajando. Era tan hábil con su boca. La seda de su bata se deslizó por sus hombros y cayó hasta su cintura. Ada no usaba nada debajo de la bata por que eso facilitaba los asaltos de Ramses, si él no tenía nada que quitarle los encuentros sexuales duraban menos. Pero mientras la atención de Mason se detenía sobre sus pezones erguidos pensó qué tal vez ya no era tan buena idea. Jadeó cuando la mano aún fría de Mason envolvió por completo su pecho caliente. —Mason, esto no es buena idea.— dijo ella con la voz ahogada cuando él se llevó el pezon a la boca. —Lo se— fue su única respuesta cuando comenzó a succionarla. Su cuerpo se movió contra su raciocinio y no pudo evitar envolverlo con sus brazos cuando él le dió un mordisco que la dejó sin aire. El teléfono de Mason comenzó a sonar. Ada saltó cuando la mano de Mason se posó a la mitad de su muslo y subió dolorosamente lento hasta la parte más húmeda de su cuerpo en ese momento. Para sorpresa de ella, él no se detuvo pero si descolgó la llamada. Ella lo miró con horror cuando al mismo tiempo él respondía: “¿bueno?” la mano de él subió el restó del camino y el pulgar de él se movió para alcanzar los pliegues de su v****a húmeda y necesitada sin ninguna prenda que lo detuviera. Ella no pudo evitar jadear y se llevó una mano a la boca para callarse a si misma. —No señor— respondió Mason comenzando a hacer un movimiento arriba y abajo dibujando sus pliegues con el pulgar tan lento que Ada sintió que moriría ahí mismo.— ella no estaba en el hospital, parece que alguien se la llevó antes de que pudiéramos llegar— Ada admiró la calma en la voz de Mason al responder mientras la miraba fijamente a los ojos y empezaba a hacer movimientos circulares sobre su c******s hinchado como nunca lo había estado. Ella recobró el sentido de si misma y agarró la mano de Mason por la muñeca para que se detuviera. Pero él no lo hizo. Ella apretó su propia boca con la otra mano obligándose a callar cuando lo único que quería era gemir de placer. —No se preocupe señor, yo vigilaré a su esposa— dijo y su mirada se oscureció al decir— no irá a ningún lado sin mi permiso.— la manera en la que lo dijo le envió una punzada extra de calor y humedad que comenzó en la punta de sus pezones y terminó entre sus piernas. Entonces para sorpresa de Ada, Mason dejó el teléfono en la cama y puso el altavoz. Antes de que ella tuviera tiempo de procesar lo que estaba pasando él tiró de ella para besarla e introdujo dos dedos en su interior al mismo tiempo. La boca de él impidió que ella gimiera en voz alta. La voz tranquila de Ramses habló a lo lejos ajeno a todo lo que pasaba. —Probablemente vuelva por la mañana, no le permitas salir a ningún lado e infórmame cualquier comportamiento sospechoso que ella pueda tener. La lengua de Mason exploró su boca un poco mas profundamente antes de responder. —Por supuesto señor… cuidaré bien de su esposa.— los dedos de él se enterraron mas profundamente mientras su dedo pulgar se agitaba contra su c******s, el orgasmo la alcanzó un segundo antes de que Ramses colgara la llamada. En cuanto escuchó el sonido de colgado Ada dejó escapar el gemido desesperado del orgasmo que Mason prolongó al no dejar de acariciarla mientras ella se contraía contra sus dedos. Jamás había tenido un orgasmo tan fuerte, de hecho ni siquiera recordaba la última vez que se había corrido. Ella intentó bajarse del buró cuando Mason sacó los dedos de su interior pero una mano de él en sus cintura se lo impidió. —Espere señora Walk, aún no terminamos, y tenemos toda la noche.
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