Los pies de Ada se movieron antes que su mente y buscó alcanzar a aquella chica pero las personas a su alrededor le impedía acercarse, empujó a algunas personas y le tiró el vino encima a un hombre, este parecía listo para reclamarle hasta que se dió cuenta de quien era y simplemente cerró la boca y se hizo a un lado.
Ada apenas le prestó atención, estaba por llegar a ella cuando un sonido de cristales rompiéndose llenó el lugar. Se detuvo en medio de la pista de baile al ver que la mesera que Ada había visto estaba ahora en el suelo. Su cuerpo delgado y frágil estaba rodeado por cristales rotos, una chica rubia que Ada reconoció como Alison la mujer con la que Azael había tenido algunos encuentro estaba parada frente a la mesera reclamándole por su torpeza.
¿Realmente era Lily? ¿Qué hacia ella ahí de todos los lugares, eso no tenía ningún sentido?
Ada notó un movimiento a su lado y se dió cuenta que Azael se acercaba a su lado. El parecía ¿preocupado? mientras miraba a la mesera en el suelo. Azael notó la atención de Ada y sus ojos dieron un mensaje muy claro.
“Por favor ayúdala” Ada no lo pensó dos veces y corrió hacia la chica. Luchó por mantener la cordura mientras veía a la chica que creía muerta estando viva frente a ella.
Pero cuando se acercó a ella y finalmente la tuvo frente a sus ojos se dió cuenta de algo.
No era Lily.
La chica era dolorosamente similar, pero no era ella.
Ada le ofreció su mano a la chica para que se levantara, esta la aceptó y Ada tiró de ella para ponerla de pie.
—Ven, vamos a limpiarte.
—Señorita, yo estoy bien, solo…— intentó decir la chica con claro pánico por su accidente.
Ada no pudo evitar recordar los ojos asustados de Lily cuando se enteró de su riesgoso embarazo, riesgoso por el peligro que presentaba el padre, si bien eran parecidas esta chica era aún mas menuda y parecía incluso mas inocente que Lily, en ese momento era un ratoncito perdido en un mar de tiburones.
— ¿Bien? — Respondió Ada mirando la sangre que caía por sus piernas— deberías mirarte la rodillas antes de decir que estas bien.
Ada tiró de ella hacia la escalera que llevaba al segundo piso, sintió la atención de Azael en su espalda mientras sacaba a la torpe chica del salón de baile.
Azael parecía extrañamente interesado por esa camarera.
Ada lo encontró muy interesante.
—Siéntate— dijo indicándole la cama
—Pero la ensuciare yo…— intentó refutar la chica y Ada la miró mal incitándola a que obedeciera.
Ada se acercó a ella con un pequeño kit de primeros auxilios.
— ¿Por qué me ayudas? —preguntó la chica honestamente confundida.
—Bueno, en realidad lo hago por Azael.— respondió Ada, y en parte era cierto, pero el recuerdo fantasma de Lily la empujó hacia ella.
— ¿Por Azael?— preguntó ella y Ada se sorprendió al escuchar la familiaridad con al que la menuda chica dijo su nombre.
—Mi hermano— le dijo sonriendo. La chica mostró una expresión de pánico al escucharla.— ¿Qué clase de relación tienes con él?— preguntó Ada mientras terminaba de quitar los vidrios rotos de la mano de ella con una pinza especial.
—Bueno, trabajo con él en la empresa, soy su asistente.
Ada se dió cuenta que la chica apretó los labios para no quejarse mientras le extraía los restos de vidrio.
— ¿Eso es todo? — preguntó la mujer.
—Si es todo.
Ada asintió antes de tomar un spray del maletín y rociarlo sobre la mano de Nicol que comenzó a arder horriblemente sin embargo ella se cayó y lo soportó.
Era una chica sorprendentemente fuerte para la primera impresión de debilidad que mostraba. Parecía que ni ella misma era conciencia del temple que podía llegar a tener.
—Te creó—dijo Ada rompiendo el silencio— ¿pero si trabajas para la empresa que haces aquí?
Claramente había algo extraño ocurriendo ahí y lo confirmó ante la expresión de pánico que mostró la chica con su pregunta.
—Le pedí al… señor Dante Lyod que me diera un empleo de medio tiempo por la navidad y él sugirió esto
Ada se sorprendió que la chica mencionara a su otro hermano, Dante. ¿Qué tenía que ver el en todo eso?
Ada soltó una suave risa antes de hablar
—Perdóname que te lo diga pero suenas como alguien que está leyendo un guion que alguien más le dió.
La chica cerró los ojos para ocultar su frustración.
Ada decidió no presionarla mas. Terminó finalmente envolviendo una gasa adhesiva en la zona dañada de la mano que era el último lugar que faltaba por limpiar.
—Pero todos tenemos nuestros secretos así que no presionaré— dijo la mujer con un tono tan paciente que a Nicol le sorprendió. — Lista— dijo liberado su mano.
La chica observó la curación y las medicinas.
—Eres buena en esto— dijo Nicol.
—Gracias— dijo Ada guardando los materiales— soy médico-partera en realidad.
La chica la miró impresionada
—Bueno lo soy en teoría pero no en la práctica, jamás he ejercido como tal.— dijo Ada ocultado con maestría el dolor tras esas palabras.
— ¿Por qué no? — la pregunta salió antes de que Nicol pudiera contenerse.
—Bueno—dijo Ada sentándose en la silla del elegante tocador blanco junto a la cama— eso es algo que se quedara en secreto como la verdadera razón por la que estás aquí ¿no es así? Creo que todos merecemos tener nuestros secretos.
La chica preció sorprendida por la respuesta pero igualmente asintió.
—Bien ahora hay que hacer algo con esa ropa.
Miró el uniforme arruinado.
—No es necesario yo…
—He perdido la cuenta de cuantas veces has dicho que algo no es necesario desde que te traje aquí, por favor déjame ayudarte, ¿sí? — habló con autoridad. Una parte de Ada no duo evitar desear proteger a la chica que era tan similar a Lily.
—De acuerdo — dijo Nicol finalmente.
—Soy Ada por cierto— dijo extendiendo la mano hacia Nicol quien la extendió respondiendo.
—Nicol—dijo esta mientras Ada tomaba con cuidado su mano para evitar las heridas.
La llevó hasta una puerta de la habitación y al abrirla un enorme guardarropa se extendió antes ellas, cientos de prendas, bolsos y zapatos.
—Veamos que te puede quedar.
Ada le puso uno de los vestidos que le quedaban pequeños, Nicol era mucho mas bajita y menuda que ella pero el vestido le quedó a la perfección con un par de modificaciones aquí y allá.
—Vamos— le dijo pidiéndole que la acompañara. La chica estaba claramente nerviosa por lo que la acompañó. Se detuvieron en las escaleras frente a todos los invitados. La atención se dividió entre mirar a Ada que era una clara presencia impresionante en medio de que aquel tumulto de gente y la chica desconocida que llevaba un suave vestido corto que acentuaba su pequeña figura.
Pero la atención mas fuerte que Ada notó fue la de Azael que miraba a la pequeña chica como si nada mas en el mundo existiera.
Ada la dejó sola confiando en que Azael pronto la alcanzaría.
Se alejó a la mesa de las bebidas para tratar de calmar su mente.
Por un breve momento ella realmente había creído que había visto a Lily pero no era así, ¿ella realmente se había ido?
Ada suspiró tratando de controlarse cuando la bebida bajó por su garganta. Era una bebida bastante mas fuerte de lo que estaba acostumbrada.
— ¿Ada que hiciste? — preguntó Azael llegando a su lado.
¿No estaba con aquella chica?
La bebida estaba comenzando a hacer efecto en su mente así que se limitó a encogerse de hombros y responder.
—De nada Azael.
—Ada— recriminó
—Ayudarte, eso es lo que hice, cuidar de la chica por la que parecía estabas dispuesto a dejar a un importante inversionista con tal de ayudarla.
Su hermano se encontró a si mismo sin palabras mientras su Ada miraba atentamente la luna que iluminaba el ventanal.
—No había visto esa expresión de impotencia en ti desde que murió mamá— dijo de pronto atrayendo la atención de Azael. — desde que tomaste el negocio parecías una roca sin vida, así que me alegra ver que no lo eres. Por cierto ella está ahí— dijo señalando a la barra al final de la pista, era difícil de ver pero pudo distinguir a Nicol que parecía tan perdida como ya era característico en ella.
Ada se le quedó mirando, retándolo a que fuese tras ella. A que confirmara lo que ella ya sospechara.
Y Azael lo hizo.
Ada sonrió para sus adentros y se caminó fuera de la pista de baile.
No había visto a Ramses en todo ese tiempo.
Echó un último vistazo a donde Azael llevaba a la menuda chica a la pista de baile.
Al menos su hermano era feliz. Se sentía un poco aliviada por ello.
Salió de la mansión buscando a Ramses sabiendo que ella no podía irse sin él. El lugar donde antes llegaban los autos de los invitados ahora estaba vacío. Le sorprendió ver a Ramses con las manos en los bolsillos de su traje mirando a la nada.
Ada se acercó a él.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo distinguir el penetrante olor a alcohol en él. Pensó en darse la media vuelta. Él no parecía haberla visto.
—Ada— le dijo cuando ella se daba media vuelta.— ven aquí.
Ada apretó los puños para controlar el impulso de mandarlo al demonio.
Lentamente un pie se movió tras otro hasta que estuvo frente a él.
—¿Qué ocur…
Ada no terminó la oración cuando él tiró de su cabello y la puso frente a su rostro.
—¿Quién es el imbécil al que te estas cogiendo?— preguntó con rabia y tiró con mas fuerza de su cuero cabelludo.
Ada agarró la mano con la que él tiraba tratando de amortiguar el dolor.
Maldijo entre dientes cuando él tiró mas fuerte.
Su mente poco a poco fue regresando a la pregunta que él le había hecho.
Acaso él…
¿La había visto con Mason?
Ada no pudo controlar su expresión de horror al pensarlo, si así era todo estaba malditamente jodido.
Todo se iba a ir a la mierda.
—¿De qué hablas?— preguntó ella tratando de descubrir hasta donde él sabía mientras seguía sosteniendo su cabello con rabia.
—Te vi salir del baño, Ada no quieras tratarme como un estúpido. Claramente habías tenido sexo con alguien. Fui al baño después de ti, pero la mierda estaba vacía.— el aliento alcoholico de él fue mas penetrante conforme le gritaba.
Ada se sintió ligeramente aliviada de que él no hubiese visto a Mason, él había salido primero que ella cuando Ada le dijo que necesitaba limpiarse y después de mucho insistir él había accedido a dejarla sola.
Ramses tiró mas fuerte y Ada sintió que le arrancaría el cabello.
Entonces vió a lo lejos…
Era su padre.
Por su expresión había escuchado la conversación. No pudo mirarlo mucho mas por que Ramses la lanzó al suelo y sus altos zapatos no hicieron mucho por ayudarla a mantener el equilibrio.
El cemento le raspó los brazos y las piernas. Se golpeó en la cabeza y un mareo momentáneo la invadió. Levantó el rostro y pudo ver a su padre a la distancia. Él la miró en silencio un momento antes de darse media vuelta e irse.
Ada vió sus pasos alejarse antes de que Ramses tirara de su cabello de nuevo para hacerla mirarlo desde su lugar en el suelo.
—No vas a engañarme, no vas a hacerme esa mierda a mi ¿lo entiendes verdad?
Ada no pudo evitarlo las lagrimas se acumularon en su rostro, al desesperación la invadió por completo. Estaba tan casada, tan cansada de toda esa mierda.
Ramses o su padre, o algún otro demonio en medio de toda esa mierda que era su familia había matado a Lily una chica embarazada e inocente que no le había hecho daño a nadie, y también le habían arrebatado a su hijo, ni siquiera pudo sostenerlo, ni siquiera pudo ver su rostro al menos una vez.
A veces dudaba de que siguiera vivo.
Y eso dolía mas con cada día que pasaba.
—Si, te engañé ¿y que?— dijo ella y pudo ver la expresión de sorpresa de Ramses ante su respuesta— te engañé y lo haría de nuevo si tuviera la oportunidad, ¡maldito bastardo! ¿Cómo no esperas que te engañe cuando eres incapaz de satisfacer a una mujer en la cama? Claro que tu eyaculación precoz tampoco ayuda mucho. ¡No eres un hombre, eres un niño y el tamaño de tu pene lo confirma!
Ada no pudo seguir hablado cuando Ramses la empujó al suelo de nuevo. Ada calló boca abajo en el asfalto. Ella esperaba que la golpeara pero entonces se dió cuenta de algo.
Él se había bajado el cierre del pantalón.
Ramses se puso encima de ella y Ada se dió cuenta de lo que iba a pasar.
No pudo evitarlo, el pánico la invadió. Comenzó a luchar debajo de él pero Ramses era mas fuerte.
—No, Ramses basta ¡maldición!
Ramses había tenido sexo con ella varias veces, peor esto era diferente. Él iba a lastimarla.
—Cállate, voy a enseñarte a comportarte, cuando no puedas moverte por días espero que te replantees el tamaño de mi pene. Si tengo que atarte como a un perro desobediente lo haré pero tu no volverás a estar con nadie mas y en cuanto encuentre a ese maldito bastardo lo desmembraré frente a tus ojos.
Junto con su miedo Ada sintió una rabia subiendo por su cuerpo. Se giró al brazo que Ramses tenía al lado de su cabeza y lo mordió.
Ramses peleó con ella buscando soltarse.
Ada aprovechó la situación para salirse de debajo de él.
Se puso de pie con trabajo y comenzó a correr. Sintió que él corría también, justo cuando iba a alcanzarla ella se giró hacia él y lo pateó en la entrepierna tan fuerte que le dolió la rodilla.
Ramses calló al suelo con dolor. Ada iba a darle la espalda de nuevo cuando lo vió sacar algo de su pantalón.
Entonces él le apuntó con un arma.
—Eres mía Ada, no permitiré que seas de nadie mas.
Ada vió el cañón de la pistola apuntando en su dirección.
Él realmente iba a matarla.
Ramses se puso de pie aún apuntándole con el arma.
—Te prefiero muerta antes que con alguien más.
En ese momento Ada escuchó el motor de un auto acercándose a ellos, lo siguiente que vió fue el cuerpo de Ramses salir disparado hacía el frente por el pavimento.
El auto que era una camioneta blindada se quedo quieta un momento como si la persona en el interior observara lo que había hecho antes de dar media vuelta con impresionante habilidad e irse.
Ada perdió la fuerza en las piernas y calló al suelo mientras veía al cuerpo de Ramses inconsciente a unos metros de ella, sangre salía a chorros de su cabeza.
El auto estaba blindado y polarizado por lo que era difícil ver al interior pero Ada juraba haber visto que la persona que conducía era una mujer.